MITOS QUE NO TE PERMITEN SER FELIZ

Hoy a mis 55 años me he atrevido a recordar y escribir los traumas que dejan las falsas creencias y mitos creados por la imaginación e ignorancia de adolecentes fantasiosos, haciendo que todo lo que sale de sus bocas parezca realidad, creando historias que para un niño se convierten en lastres que perturban y destruyen el crecimiento interior.

Solo tenía diez años cuando aprendiendo a nadar en un charco de un arroyuelo en las afueras de mi pueblo, algo así como un balneario público donde nos encontrábamos una gran cantidad de adolescentes en plan de divertirnos y nadar.

No era raro que los chicos se quitaran los pantalones para cambiarse al traje de baño mostrando así sus intimidades; hasta se hacían bromas sobre cómo lo tenía cada chico. Yo por mi parte esperaba la oportunidad de quedar a solas para cambiarme, pues era más retraído y con principios religiosos muy marcados al respecto; anoto que en mi familia somos católicos.

En casa solo éramos mi padre de 40 años mi madre de 38 con sus respectivos y absorbentes trabajos de hasta más de 8 horas en oficinas del estado. Mi hermana 16 y yo con diez años como ya lo había dicho. Yo en primaria mi hermana en secundaria era poco el tiempo para la diversión pues también me preparaba para mi primera comunión intentaba seguir con firmeza los diez mandamientos especialmente el que más me preocupaba el de la fornicación, del cual nos recalcaba mucho el catequista: el respeto por nuestro cuerpo, desconociendo realmente el acto como tal de fornicar.

Les puedo decir que para mí: ver a otro chico desnudo era traumático aun cuando a los demás les parecía normal y divertido; esto sumado al tamaño de sus penes que estando dentro del mismo rango de edad, eran para mi muy grandes lo que me hacía sentir distinto o tal vez anormal.

Una tarde me prepare para la diversión en aquel balneario y para no tener que desnudarme allá, me coloque el traje bajo mi pantalón y me dispuse a la diversión en aquel paradisiaco lugar, luego del aval de mi madre, quien era la que llevaba las riendas cuando mi padre no estaba.

Llegue cuando un grupo de mis amigos se estaba cambiando y sin pensarlo baje mi pantalón consiente de que tenía mi pantaloneta, evitando el bochornoso momento de esperar a quedar solo para cambiarme; cuando uno de los chicos por la espalda me bajo el traje de baño o pantaloneta y quede expuesto a la mirada de todos; las risas y la gritería de todos por poco me provocan un colapso, mi recogido pene quedaba perdido y aún pareció esconderse más por la vergüenza, mi reacción fue subir mi calzón y luego el pantalón para salir despavorido para mi casa.

No me sentía capaz de volver a aquel lugar, hasta que un día mi hermana dijo que quería nadar que si la acompañaba al balneario, pero yo me negué; motivo por el cual mi hermana empezó a hacer preguntas...
Que? porque no la acompañaba
Que? tanto que te gustaba nadar
Que? porque esto que porque lo otro
Que? eso si se le hacía extraño
Este bombardeo de comentarios inquisidores lo único que hizo fue ahondar más mi vergüenza haciendo que me volviera más egocéntrico cayado y evadiera mis amistades; Evitaba los juegos pues ya empezaron las bromas y los apodos que hacían referencia a mi pequeño pene.
Una vez mi hermana me pregunto porque me decían ?chito? que era uno de los apodos que hacían alusión a mi defecto otros me decían camarón, Lo que me hacía sentir peor. Conteste con voz fuerte y a la vez preguntando porque sabes eso? Quien te lo dijo? Hiso cara de ignorante y se retiró.
Un día en medio de mi depresión estando en mi cuarto entro mi hermana a hacer nuevamente preguntas sobre que me pasaba, porque ya no salía a jugar etc. solo decía que no me pasaba nada y que no quería jugar; ella insistió argumentando que era de confianza que le contara cual era el problema, con su tonito tierno de hermanita discreta, que ella me ayudaría a solucionar el problema que confiara en ella blablabla; yo solo hacia silencio hasta cuando me hiso reaccionar con las palabras porque te dicen chito?
Como sabes eso? Pregunte nuevamente con tono más suave. Estaba cerca a tu escuela cuando vi que uno de tus compañeros te gritaba esa palabra por eso quiero que hables con migo.

Viéndome acosado y con su forma de hablar madura tierna y muy sabia pues ya era bachiller. lo digo en forma irónica. No tuve más remedio que abrir mi corazón jajajaj, contándole sobre mi ?pequeño? problema.

Mi hermana guardo silencio, contrajo su rostro parecía que iba a soltar carcajadas, pero puso su mano en la boca como tratando de contener la risa sin embargo se acercó me abrazo y con palabras suaves me dijo: eres un niño eso no es problema ya te ira creciendo, a unos les crece más que a otros pero eso no es problema, la cuestión es que te permita orinar y lo sepas usar cuando seas adulto.

Sus palabras me tranquilizaron no tanto por el concepto sabio de mi hermana, sino porque al fin tenía con quien hablar del tema, con quien desahogarme; lo que me hiso hacer la siguiente pregunta: sabes mucho de penes? Por qué sabes tanto? Ella me contesto que en el colegio les enseñaban en anatomía y también hablaba con sus compañeras sobre los penes de sus novios. Guardé silencio y seguí con mis tareas mientras mi hermana se retiró del cuarto.
La charla con mi hermana no ayudo mucho pero por lo menos no me sentía tan solo, aunque seguía muy retraído, a tal punto que mi hermana siguió con su papel de terapeuta psicológica; intentando ayudarme, entro a mi habitación diciendo: sigues acomplejado? solo guarde silencio, se sentó a mi lado me abrazo y tomando la regla de mi maleta de estudiante pregunto: que tan pequeño lo tienes? quede atónito, no esperaba esa pregunta mucho menos contestarla a una mujer peor aun siendo mi hermana.

Tomo la regla con su pulgar sobre la numeración?decía- así? moví la cabeza negativamente pues el tamaño que marcaba en ella era demasiado grande lo cual hizo que cambiara la posición reduciendo la distancia, sin pronunciar palabra repetí mi negativa hasta que llego aproximadamente al tamaño de mi pene; argumento diciendo ya sé por qué te dicen chito jajajaja.
Sentí rabia y lance mi puño intentando golpearla, mientras ella evadía el golpe y seguía riendo; quise salir de la habitación pero me tomo por el brazo obligando a sentarme junto a ella, luego de tranquilizarme, pregunto que si esa medida era cuando estaba erecto o cuando estaba flácido... como así no entiendo? es decir cuando está dormido o cuando está parado? o es que no se te para?

Con mis mejillas coloradas le conteste que en ocasiones me despertaba y lo tenía más grande pero que no era mucha la diferencia solo se ponía duro. Mi hermana se quedó en silencio, muy seria y le daba muchas vueltas a la regla que tenía en la mano derecha mientras se comía las uñas de su otra mano; parecía tener nervios como cuando la regañaba mi padre.
Luego con voz sabia dijo he leído que en algunas culturas la succión de un cachorro o un ternero mejoran el problema. Como así? Le pregunte. Si los hombres con este problema le colocan su pene a un ternero o a un cachorro para que les chupe y así aumentan el tamaño. Quedamos en silencio, yo imaginaba la escena de un animal haciéndome el procedimiento, opte por decirle: te sigues burlando de mí? ella dijo no pero está complicado conseguir el ternero o el cachorro. Ya veremos cómo te puedo ayudar.
Pasaron los días y mi incertidumbre crecía hasta que un día apenas hubo la oportunidad le pregunte a mi hermana: De verdad me vas ayudar? ella contesto: en que quieres que te ayude? Está bien lo olvidaste dejémoslo así; veré que hago y salí del lugar, entre en mi habitación cerrando con rabia mi puerta.

Rato después golpea mi hermana, me pregunta que si podíamos hablar, le dije que sí; cuando estuvo dentro me dijo: no lo he olvidado pero me ha sido imposible encontrar la forma de ayudarte, deje notar mi cara de frustración y calle; mi hermana se acercó me abrazo y me dijo?.. Pero si sabes guardar un secreto habría una posibilidad; cual? pregunte ansioso. Parecía ser que se arrepintió de decirme porque dio media vuelta y salió para su habitación.
Yo la seguí suplicante pidiendo su ayuda, ella insistía en si yo sabría guardar el secreto, mientras intentaba convencerla de que no le contaría a nadie. Ante mi insistente suplica luego de jurar ante la cruz y convencida de mi silencio, me abrazo como siempre y me dijo: ?. bueno como es imposible conseguir un ternero y debe hacerse varias veces entonces he pensado en que yo haga de ternero; me puse colorado y con risa le dije de verdad tú lo harías? me contesto que si pero que si llegaba a abrir la boca ella contaría a mis padres por culpa de quien se había quemado el cuarto de herramientas. Me asusté mucho porque yo pensaba que era mi secreto y si mi padre se enteraba me mataría.

Habiendo hecho el pacto de silencio me hiso acostar en la cama boca arriba, bajo mi sudadera hasta descubrir mis genitales mientras mi pene dormía recogido como camarón jajaja.

Ella me dijo que cerrara los ojos y se acostó boca abajo entre mis muslo dispuesta a realizar el remedio que aliviaría mis problemas. Con mis ojos cerrados sentí un corrientázo que arrancaba desde la punta de mi pene por mi espalda mi cerebro haciéndome retorcer. No sé si eran cosquillas, no conocía la sensación pero realmente delicioso, fue mi primer contacto sexual sin saberlo, pues nunca me había masturbado ni tenía idea de que eso se hiciera, pero desde ese día hasta ahora no ha habido sensación más exquisita.

Mi hermana metió mi pequeño pene completo en su boca y succionaba a la vez que lo jalaba como queriendo arrancarlo con sus suaves labios; era una sensación maravillosa lo que hacía crecer mi fe en el tratamiento.
Luego de varios chupones empecé a sentir la dureza de mi pene como cuando estaba recién levantado y unas ganas incontenibles de empujar mi cadera hacia su boca no podían controlar este movimiento y quería hacerlo con más rapidez. la curiosidad me hizo abrir los ojos quería ver si estaba creciendo mi pene; mi hermana estaba también con sus ojos cerrados una mano en mi pubis y la otra no recuerdo donde, pero no olvido nunca su rostro tierno de hermana caritativa.

Todo iba bien hasta cuando escuchamos la llave de la puerta entrar en la chapa; el susto de ambos fue de infarto era mi madre que acababa de llegar, subí mi sudadera y sobre saltados, tal vez en ese momento nos dimos cuenta que estábamos pecando contra el sexto mandamiento; salimos de la habitación sin darnos cuenta que estábamos exagerando la efusividad del saludo lo que instó a mi madre a preguntar que diablura ya estaban haciendo.
En coro contestamos -nada mami-. Ella apenas decía no les creo, alguna picardía estaban haciendo, entro reviso las habitaciones, viendo todo normal se calmó y pregunto: su papá no ha llegado? y contestamos encoró -no mamá- los nervios nos tenían actuando como autómatas.

Días más tarde y más retraído que nunca recordaba lo que había pasado, y viendo que mi pene no había crecido nada con los chupones de mi hermana, y aun peor pues cada vez que me acordaba de eso mi pene se ponía duro y no se recogía como siempre a tal punto que me dolía, lo que me llevo a hacerme panoramas terribles sobre castigos de Dios o al contrario que el remedio de mi hermana me había hecho daño.

Como ven mis problemas aumentaron ahora me daba pena verme a la cara con mi hermana y un complejo de culpabilidad que no entendía; mientras mi cerebro estaba a punto de explotar; solo en mi habitación; sentí un sobre salto, no sé porque me asusto el golpe en mi puerta tenia ahora un trama como si alguien me fuera a descubrir por un crimen que no cometí. Era mi hermana quien no espero a que le diera mi aprobación para entrar.
Que quieres? pregunte nervioso cerró la puerta con seguro tras de sí y se acercó diciendo pues continuar con tu terapia-- no supe que decir se acercó me abrazo y hasta me beso en la mejilla acto que se me hiso extraño. y le argumente tú crees que eso sirva para agrandar mi pene?
Ella contesto eso dicen nada se pierde con probar será nuestro secreto cierto? Le conteste que sí y le dije que no se preocupara por eso.
Luego le comente sobre el otro problema que me había resultado; mi pene permanecía duro y me dolía y no se dormía después de un rato; por eso tengo dudas de hacerlo de nuevo. Tranquilo ya tenemos más tiempo nuestros padres se demoran y podemos hacerlo completo; como así completo? le pregunte lo que pasa es que no lo pudimos terminar y te está sucediendo eso . ya verás.
Jalo mis piernas bajo mi piyama pues aun no me había vestido ni bañado era sábado en la mañana no teníamos estudio y nuestros padres trabajaban; de nuevo en la misma posición sin pedirme que cerrara los ojos nuevamente aquella sensación deliciosa sobre mi pequeño pene, que desde que escuche su voz al entrar ya se había puesto duro.

Esta vez sí pude ver claramente la posición de sus manos lo demás no cambiaba solo cerraba sus ojos succionaba de abajo hacia arriba mientras su mano derecha estaba debajo de su vientre en ese momento no entendía que hacía con su mano derecha pues ahora que lo recuerdo me siento estúpidamente ignorante.

Yo sentía pequeñas contracciones en mi ano cada vez que mi pelvis intentaba introducir más mi pene en su boca solo escuchaba los chasquidos de sus chupones y ciertos quejidos, como si algo le estuviera doliendo a ella, acompasados con movimientos parecidos a los que yo hacía al sentir sus chupones; presionaba su cadera contra su mano derecha aprisionándola contra el colchón. Súbitamente mi pene y mi ano empezaron a contraerse bruscamente con una sensación desconocida, exquisita, que no quisiera que acabara y que me obligo a apretar su cabeza contra mi pelvis con fuerza, no quería que lo sacara pero al mismo tiempo una sensación de sacarlo no soportaba la fricción de sus suaves labios, no quería que se moviera un milímetro su boca, mientras mi ano y la parte inferior de mis bolitas se contraían repetidamente con voluntad propia; lo que me hizo jalar de su cabello y retirarla. Mi pequeño pene brillaba con su saliva y parecía tener un ataque de epilepsia. Mi hermana lo observaba absorta y con una cara de agrado quiso pasar su lengua por la punta de mi pene pero no soporte el contacto me subí la piyama y fue peor la sensación al rozar la punta contra la tela; tuve miedo de lo que me pasaba salí de la habitación buscando el baño me senté intentando orinar pero tampoco me salía orina estaba asustado por lo que me pasaba; de nuevo vinieron a mi cabeza pensamientos terribles de pecado y complejo de culpa.

Sentado en el baño como si quisiera defecar aun con el pene erecto y con contracciones leves entro mi hermana y me dijo: ¿te sientes mal? le dije no sé pero no quiero volver a hacerlo siento que eso es malo. Ella argumento ves esta vez sí se hiso completo el tratamiento y lo que sentiste es normal todos los seres humanos lo sentimos y así se va desarrollando nuestros sexos. O sea que tú también los sientes? le pregunte- sonrió y me dijo claro que sí; más tarde te sentirás bien tranquilo date un baño y descansa. Al dar la vuelta mi hermana, sentí un olor diferente note que salía de ella porque después de unos segundos se desvaneció.

Unos días después empecé a salir a la calle me sentía mejor parecía que lo que mi hermana hacía para agrandar mi pene no lo conseguía pero si agrandaba mi valor. No tenía miedo de los apodos seguí jugando con los chicos que con los días olvidaron el tema. Mi auto estima creció lo mismo que las ganas de continuar con la terapia. No acababa de hacer una terapia cuando ya le pedía que me la repitiera jajaja y ella muy comedida me la repetía; fue cuando entendí que ella sentía la misma sensación deliciosa en sus genitales... que curiosidad mi hermana tenia genitales, que curiosidad, como es que ella sentía lo mismo que yo pues movía sus caderas igual que yo, se quejaba igual que yo, gemía igual que yo, pero ella no tenía pene entonces como haría?
La gran pregunta no se dejó esperar, en cuanto tuvimos un momento de privacidad... es verdad que tu sientes la misma sensación que yo pero si no tienes pene como haces y en qué momento la sientes? ella no supo que decir, por primera vez la vi en aprietos para contestar, ya su tonto hermano estaba pensando utilizando su cerebro jajajaj.

Bueno hermanito nosotras no tenemos pene pero tenemos algo parecido que se llama clítoris es como un pene más pequeñito solo que por el no sale orina. Y me lo dejarías ver? contesto cortante claro que no; soy tu hermana si quieres ver uno tienes que buscar una chica que no sea yo. Porque no? Como yo si te mostré mi pene! ella contesto: es diferente yo te estoy haciendo una terapia. Solté la risa con malicia y le dije si claro terapia que no sirve pero que si disfrutas haciendo jajajaj dio la vuelta eludiendo mis comentarios.

Pasaron unos días y la necesidad por la terapia era más intensa, y mi hermana no me daba la oportunidad de encontrarnos yo no entendía porque; otra vez me sentí estúpido que hice para que mi hermana me eludiera de esa forma? No sabía en que la había insultado u ofendido el caso es que la necesitaba no podía dormir y mi pene otra vez permanecía duro y con sensación de dolor.

No soporte más cuando ya todo quedo en silencio una noche pase a la habitación de mi hermana pero temía que al golpear se despertaran mis padres que raro la puerta estaba entre abierta, empuje provocando un leve chirrido, en ese momento mi hermana me dijo quedamente, cierra la puerta con seguro. Parecía que me estuviera esperando. Me jalo del brazo y me acostó en su cama, bajo mi piyama y como desesperada empezó a succionar tan delicioso como el primer día, solo unos pocos chupones y sentí esas deliciosas contracciones que me llevaban al cielo, fue tan rápido y fuerte que quise levantarme y salir para mi habitación dándome por bien servido. Cuando estaba de pie mi hermana me jalo del brazo de nuevo y me dijo de verdad quieres ver mi penecito? Que fue el nombre que le dio a su clítoris. yo quede como una estatua, la emoción me invadió solo me atreví a decirle -si claro pero como hacemos esta obscuro-, tranquilo ya pensé en eso y saco una linterna pequeña para evitar prender la luz del cuarto y llamar la atención de mis padres ya que las ventanas coincidían frente a frente; me la dio se sentó no tenía nada puesto solo un pequeño faldón que le serbia de pijama.
Tembloroso por la emoción empecé a revisar aquello; unos pocos bellos alrededor de una rajita, la cual abrió con sus dedos; sentí el mismo olor que había sentido en el baño comprobando que era de ahí que salía y a la vez me hacía respirar con dificultad, como si me oprimieran el pecho. Con uno de sus dedos señalo una protuberancia que brotaba de sus babosos pliegues que semejaban la piel interior de la boca. Ahí es donde nosotros sentimos lo que tu sientes cuando te hago la terapia y eso se llama orgasmo. y te lo han chupado ya? no nunca nadie me lo ha chupado. te gustaría hacerme la terapia ? le conteste de inmediato: no se me da asco, huele diferente, no se creó que no. ella me decía hazlo hermanito hazme el favor así como yo lo hice con tigo. Pero no temes que te crezca? me dijo a ti no te ha crecido yo no creo que sea cierto eso. Entonces porque me lo sigues haciendo? no me contesto y bajo sus piernas se cubrió con el faldón y me saco de la habitación.
No pude dormir al día siguiente mi hermana no me hablo y así los días posteriores; luego de unas semanas mi pene dolorido y tenso empezaba a pedir terapia. Pase a la habitación en medio de la noche pero estaba cerrada golpee con suavidad, pero no abrio, decidí volver a mi cama.
Pasaron los días y al ver que mi hermana no quiso darme más la cara opte por acariciar mi pene con mis dedos imitando sus chupones, no era igual pero empecé a sentir la misma emoción mientras imaginaba a mi hermana chupándolo; cuando vinieron las contracciones del tal orgasmo como llamaba mi hermana note que dos gota de un líquido espeso grisáceo y baboso emanaba del orificio de mi pene y no era orina pero salieron sincronizadas con cada contracción. no sabía que era, pero como es lógico mi ignorancia se puso a volar y a imaginar cosas terribles e inauditas sobre lo malo que había hecho, volvió mi complejo de culpa temores y cosas así; esta vez no tenía a mi hermana como confidente; solo opte por limpiar aquella substancia mocosa de olor fuerte extraño y para mi desagradable.
Meses después y luego de haber dejado las terapias trataba de olvidar aquel incidente en el que solo pensaba que me había causado una anomalía o enfermedad no me atreví a repetirlo. mi hermana por su parte seguía su vida normal como si no hubiera pasado nada volvió a hablarme todo volvió a la rutina. Mi pene no volvió a supurar esa sustancia mocosa, ni daba muestras de crecimiento, intentaba seguir mi vida normal.

Cumplí mis once años el 16 de diciembre del 71 lo que permitió hacer dos celebraciones: por una parte mi cumpleaños, a su vez mi primera comunión. Luego de confesar al sacerdote mis pecados incumpliendo mi promesa de no contar nada a nadie sobre mi terapia; el sacerdote quien por su parte estaba muy disgustado, me puso una dura penitencia: Prohibiendo rotundamente no acercarme a mi hermana, pues ese terrible pecado se llama incesto y era muy grave; a su vez era fornicación que también era un terrible pecado.
Mientras tanto mi hermana estaba encantada con la visita de un chico que pretendía ser su novio, cosa que no me agrado mucho no sabía si eran celos; o que el chico me caía mal; o temía que mi hermana cayera en pecado. Mientras yo seguía casto y casi santo jajaja. Ella por su parte en ocasiones tenían disgustos con el chico y mi hermana entraba en depresión, lo que me hacía pensar que estaba necesitando ayuda psicológica como la necesite yo alguna vez.
Luego de haber rezado el típico rosario de diciembre en medio del jolgorio navideño note que mi hermana se fue a su cuarto la seguí y cuando estuve cerca le pregunte: qué te pasa? me contesto seco .-nada- insistí y esta vez utilice la técnica del abrazo vamos somos hermanos tú me escuchaste una vez y me sirvió de mucho ahora déjame escucharte.
Luego del clásico juramento empezó a relatar su pena: me dijo que habían peleado con su novio porque él quería sexo con penetración. Le conteste ¿y que quiere decir eso? Mira tonto lo que pasa es que yo le hacía a él las terapias que yo te hacia a ti, pero ahora él quería más, el quería penetrar su pene en la rajita que ya me había mostrado.
Yo tenía una sensación rara pues extrañaba sus terapias y saber que se las hacia a otro me daban rabia pero no la podía expresar. Solo le dije y porque no lo haces? tonto porque puedo quedar embarazada y no es tan fácil perder mi virginidad. Pregunté que es virginidad? mira nosotras tenemos una membrana que tapa el orificio de la vagina se llama himen y se rompe al entrar un pene.... ahahah ya entendí. Y haciéndome el despistado le dije:
No quieres que sea tu esposo? aun no estoy para matrimonios tengo que estudiar y estar segura de quien va a ser mi esposo para lograr un hogar unos hijos un buen trabajo salir adelante etc. blablabla
El romper tu himen duele? si claro pero si se hace con la persona adecuada no lo es tanto y hasta se disfruta .jajajaja dijo con burla. Luego de un silencio pregunto: como siguió tu pene? no se tendrías que mirarlo tú me dirás si creció o no. Ven déjame ver
Con esas palabras sentí de nuevo el endurecimiento de mi pequeño pene el cual en el momento de mostrarlo ya estaba al máximo.
Dijo:
mmm como ha mejorado quieres que iniciemos otro siclo?
La verdad te he extrañado mucho y te agradecería que lo hicieras. Era la oportunidad perfecta, el bullicio en la calle junto con la fiesta y la pólvora la euforia de los vecinos reunidos, mientras mis padres bebían cerveza en medio de la juerga, nos daba la privacidad que necesitábamos sin pensarlo, ella parecía estar víctima de la desesperación, tomo mi pene y succionaba como si esperara que de él saliera un manjar lo que provoco otra vez aquel delicioso orgasmo mi hermana retiro su boca quería ver el producto de su trabajo ella quería mirar mis contracciones; pero quede atónito cuando volví a ver aquel moco que emanaba de mi pene manchando su cara, sentí pena y tape mi órgano con ambas manos evitando chorearla más; corriendo con los pantalones a medio subir como siempre buscando el baño.
Hasta allí llego mi hermanita quien ya había olvidado su depresión para encontrarse con la mía. No había comentado a nadie sobre ese moco, y en ese momento no sabía qué hacer ni que decir; Pero era la oportunidad para comentárselo a mi hermana, quien asustada me preguntaba que paso porque corriste? mientras yo miraba aquellas gotas de moco en su cara.
No ves lo que quedo en tu cara? Ahahaha es eso? tu semen ? qué es eso ? pregunte- eso es normal todos los hombres les sale con el orgasmo; pregunte porque cuando me hacías la terapia antes no me salía? pues porque eres muy chico y hasta ahora estas madurando; te salía pero eran gotas muy pequeñas. Yo nunca las vi hasta un día que me hice la terapia con mis manos y me asusté mucho. No las veías porque quedaban en mi boca; además eres muy chico casi no te sale dijo con una carcajada; agrego: de algo sirvió la terapia te creció un poco y ahora ya produces más semen; dio la vuelta y salió.
Yo la seguí a su habitación preguntando: sigues deprimida? me contesto no hermanito gracias por tu ayuda; le dije no te ayude en nada. Me gustaría de verdad ayudarte. Como así hermanito? yo quiero hacerte la terapia, me contesto no te creo capaz, además me dejaste muy frustrada con esa cara de asco que pusiste cuando te lo mostré por primera vez. Esta vez será distinto quiero ayudarte por favor déjame hacerlo. Estas seguro? Pregunto? le conteste es más lo deseo y no entiendo porque? Mira mi pene esta otra vez duro.
Dentro de su habitación miro por la ventana, corrió la cortina, hecho seguro en la puerta se acostó al borde de la cama, subió su falda como siempre no tenía calzón, boca arriba con sus manos sosteniendo sus rodillas me dijo - hazle rápido- como si fuera caso de urgencia; obedientemente y de rodillas en el piso frente a su casi lampiño pubis, metí mi nariz buscado palpar con mi lengua aquella pepita para chuparla, como ella lo hacía con migo. Luego de escarbar con mi lengua buscando aquella protuberancia que no encontraba mi hermana soltó un quejido como de alivio.
Logre captar la dureza de aquella carnosidad con un sabor salobre y aquel olor fuerte que ya no me repugnaba, que hacia aumentar la dureza de mi pene, provocando leves contracciones en mi pequeño órgano. Mi hermana se quejaba con más fuerza, y sonaba como si la estuvieran ahorcando; a su vez movía con sus manos las piernas buscando agilizar la velocidad del movimiento; el cual identifique con los míos al llegar a mi orgasmo, haciendo que moviera mi mandíbula y mi lengua con más rapidez. yo quede quieto con la boca pegada a su vagina, sabía que era el momento de detenerme, pues después de iniciado el orgasmo se ponían los genitales muy sensibles, solo me limite a sentir los pequeños brincos parecidos a los que yo sentía cuando llegaba a mi orgasmo. Levante mi cara, dejó caer sus piernas y quedo desgonzada; me pare con la nuca un poco entumecida por el ejercicio, ella me tomo del cuello me acerco a su boca y me beso en los labios introduciendo su lengua y como saboreando sus propios fluidos. Desconcertado no supe que decir pues ese era mi primer beso intimo causando un agradable placer y desconcierto.
Los días posteriores y recuperados de nuestras depresiones, decididos a continuar con nuestras terapias mutuas, para ganar tiempo en las noches optamos por hacernos la terapia simultáneamente, hoy en día así se le llama al popular 69. Sesiones que eran muchos más prolongadas en los días sábados en que nos tomábamos toda la mañana, orgasmo tras orgasmo observando cada detalle de nuestros genitales acariciándonos una y otra vez buscando esa deliciosa sensación orgiástica.
Lo mejor de todo es que mi hermana se olvidó del chico que la acosaba buscando su penetración. Lo que nos permitió llevar una vida feliz hasta cuando yo cumplí mis 18 años y ya mi pene llego a su estado normal de crecimiento no era mucho pero me conformaba con los 17 cm que me había regalado la naturaleza; lo que hizo dar un vuelco total a esta historia la cual narrare en próxima ocasión.