Hola, soy Elvi, gracias por escribir mi amor, creo que poco les he contado de mis aventuras en la oficina, sabes? Siempre he tenido jefes cachondos, que ricooo.
Bueno, hace unos meses me mandaron a una sucursal a suplir por dos semanas a una chica; ese primer dia discuti con mi esposo, y me haboia yo quedado caliente porque no nos echamos el clásico mañanero.
Por ello, me vesti en forma muy sensual, una blusita muy pegadita y escotadisima, y na microfaldita que no dejaba nada a la imaginación; en cuanto me presente, todo el personal me devoraba, criticaba (ellas) y deseaba (ellos).
Y asi, mi jefe me vio??me llamo Elvi? le dije, .?Mi jefe era un hombre de unos 35 años (yo tengo 27) que estaba muy bueno y era muy guapo. Rubio, con el pelo peinado hacia atrás y unos ojos de un color azul grisaceo que de algún modo parecían decirme que me iban a devorar. No muy lejos de la realidad, durante la tarde fui a entregarle unos papeles que habian llegado. No era demasiado importante así que él se quedó hablando un poco conmigo.? Al cabo de unos minutos, me preguntó que qué hacia una secretaria sustituta.?-Hace el trabajo de la secretaria que no puede venir, ¿no?? Él sonrió pícaramente y me acorralo entre una cómoda y un archivador. De algún lugar sacó unas manillas y me dejó ahí ?atada? mientras él se aseguraba de que mantuviera mi boca cerrada poniéndome un pañuelo en la boca. Acto seguido desabrochó mi camisa y la dejó cuidadosamente en la copiadora, y admiró mis pechos por unos segundos antes de empezar a tocarlos. Por dentro me moría de deseo; era tan excitante que creía que era un sueño. ?Comenzó a bajar su mano lentamente hasta mi minifalda, desaprochandola, y tocandome rítmicamente mi sexo. Justo después me bajó mi tanga y siguió tocando, de modo constante pero cada vez un poco más salvaje. Yo, incapaz de aguantarme, gemí. El pañuelo que tenia en la boca no silenció mi gemido, y mi jefe me lo quitó con una sonrisa pícara, preguntandome si me gustaba como si yo fuera una viciosa del sexo o una zorra. No pude decir nada, solo cerré los ojos y afirme con la cabeza.? Acto seguido, él encontró mis labios y empezó a besarme con mucha pasión, mientras me masturbaba cada vez más y más rápido. Cuando separó sus labios de los míos y me dispuse a gemir de placer, me colocó un consolador en la boca evitando que gritara demasiado.? Se quitó su camisa, la corbata y con algo de torpeza e hizo los mismo con sus pantalones y sus calzoncillos. Su verga era enorme¡¡¡
Noté cómo movia su pene suavemente entre mis piernas, caléntandome, haciendome morir de deseo.? Me sentía como una actriz porno en aquel momento por lo irrear de la situación. Tenía el consolador en mi boca , incapaz de tragar mi saliva, comenzaba a babear vergonzosamente. Él se dió cuenta y me desató las manillas y me quitó el consolador. Yo me limpie mis babas y le miré exitada cañon, pero sin estar satisfecha empecé a masturbarlo (hacerle una paja) a su verga y la cosa fue a más hasta que terminamos en su escritorio; él me sento y me levanto las piernas a sus hombros, tomo su verga u penetró mi vagina y empezó a darme duro cada vez más rápido, hasta que alguien abrió la puerta. Fue el momento más excitante de mi vida. Él era un hombre algo viejo, que ra el encargado de cobranzas, yo lo habia visto un par de veces en oficinas centrales y siempre me mirava de pies a cabeza con unos ojos de lascivia que no disimulaba?y si tenia entendido le habian pillado viendo porno alguna vez en el trabajo. Tenia unos 55 años y comenzaba a volverse calvo. Le preguntó un par de cosas sobre qué estaba pasando y todo eso. Él sólo dijo que yo era la sustituta de Marta (la secretaria de verdad) y que debia hacer mi trabajo como tal. El hombre mayor se empezó a sobra la verga sobre el pantalón al verme asi: clavada y desnuda sentada en el escritorio.
Entonces mi jefe invitó al señor a unirse ?Vengase Ingeniero, esta puta esta bien rica?, el cual no se negó. Yo sí proteste y me levanté de golpe, pero el me tumbó a la fuerza en su escritorio. Cogió de nuevo una corbata y me ató las manos en un saliente semicircular del escritorio; quede con las nalgas ofreciendolas a ambos, con solo miz zapatillas de teibolera que ya conocen, . el invitado empezó a admirarme y a verme y tocarme toda sin ningún escrúpulo, me beso el cuello y lamió mis pechos con deseo. Yo me hacia que no quería pero el hecho de que el jefe estuviera observandolo todo me excitaba. Entonces éste puso su pene en mi cara y me apremió a mamarlo, que es lo que hice, y el viejo se puso atrás de mi y tomando su verga me penetro sin piedad por mi ano y empezó a penetrarme y embestirme con todas sus fuerzas.? Era una bacanal, donde los tres gemiamos y aullabamos de placer; mis dos amantes violadores s turnaban para yo inclinada sobre el escritorio, ofreciendo las nalgas al aire, me penetraba uno y luego el otro, a veces en mi vagina, a veces me la metian por mi ano? en otro momento me hincaron frente a ambos y me obligaron a meterme las dos vergas al mismo tiempo, y si las soltaba, me nalgueaban duro por mala? cuando estallaron las dos vergas en mi boca, me hicieron tragar,e todo el semen de ambos? que rico¡¡¡
La neta es que no se cuantas veces me vine?
Al cabo de una hora, los tres terminamos viniendonos al mismo tiempo y exhaustos por aquel rato que habíamos pasado.
Los bese a ambos en la boca, luego me vesti y ellos tambien..
?le ofrezco algo de tomar Ingeniero? le dije al viejo, quien se sonrio y me dijo ?no linda, es suficiente con mi semen que te tragaste, y el que te pusimos en tu culito, llevaselo a tu marido??y yo? cumpli su deseo.
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