LA OPORTUNIDAD CON MI CUÑADA SE DIO CASI SOLITA

Les he contado que mi relación con Lupita estuvo siempre basada en una sensualidad muy rica. El hecho de haber sido yo quien la desquintara significó mucho para ella, y aunque nunca me pidió matrimonio o algo así, de alguna forma sentía yo cierta presión de parte de su familia para que ?formalizara?, aunque debo aclarar que todo eso venia de su mamá, una señora muy agradable y que al parecer sabia que su hija había ?fracasado? conmigo pero no decía nada y siempre me trató con cortesía. Por otra parte, estaban sus hermanos, que nunca se metieron en nuestra relación ni para bien ni para mal, quizá porque Lupita no salió embarazada. Su hermana Raquel, sin embargo, siempre enviaba mensajes fuertes respecto de que las cosas debían ?arreglarse? pero sinceramente yo me hacia tonto, como si no dijera nada, y además, por lo que Lupita me comentaba, Raquel era una mujer muy cachonda que le encantaba practicar el sexo en todas sus variantes con Jorge, su marido, un tipo de apariencia bonachona pero que, supuestamente, era un cogelón excelente, según me contaba Lupita.

Hubo una fiesta por allá por donde vivían, en una colonia del Vaso de Texcoco, y me invitaron. Era una fiesta familiar en una casa cercana a donde vivían los padres de Lupita y su hermana Raquel, aunque esta ultima vivía aparte y en una casa nueva que Jorge había ido construyendo de a poco, pero empezaron todos a beber, incluyendo a Jorge y a Raquel. Lupita no me insistió y además ella debía presentarse a trabajar en la clínica y con anticipación me había dicho que no había problema y que me quedara en la fiesta? con su familia, así que cuando Lupita decidió irse la acompañé a donde tomaba el camión rumbo al Metro y me regresé a la fiesta. Ya Jorge estaba bastante tomado y veía que Raquel estaba sufriendo lo suyo para controlarlo. En un momento dado ella me hizo señas para que me acercara y me dijo:

-Ay manito, me da pena pero mira cómo está Jorge? ¿Me ayudas a llevarlo hasta la casa? ?y como la casa estaba a cosa de una cuadra le dije que si y prácticamente sacamos a Jorge a rastras porque por haber mezclado se le había subido muy rápido y con trabajos se le entendía lo que hablaba.

Llegamos y Raquel abrió la puerta y me indicó que lo llevara hasta la recamara, en donde le quité los zapatos y la ropa dejándolo en pura ropa interior porque así me dijo Raquel, su mujer, que lo hiciera. Ya con Jorge durmiendo y roncando como un oso, me fui a la sala en donde Raquel estaba llorando. Me senté a su lado y, lógicamente, le pregunté si le pasaba algo malo y ella solo me miró y dijo:

-¡No sabes la pena que siento contigo! Mi hermana me ha dicho que tu no bebes así que de solo ver la escena que Jorge te dio siento una vergüenza que no sé donde meter la cabeza? perdona todo esto y no le digas nada a Lupita, ya que ella aprecia mucho a Jorge y se sentiría mas apenada que yo.

-No te preocupes? cuñada; Son cosas que pasan y ni modo. Pero me preocupa verte mal por eso? ¿No quieres que te prepare algo para que te calmes, porque te veo nerviosa?

-No, solo siéntate aquí y deja que me tranquilice. Lo bueno de cuando Jorge bebe es que ya dormido no hay poder humano que lo levante sino hasta mañana, y eso si ¡Se va a levantar con un humor terrible pero ya ni modo? cuñado!

-Bueno, con que le prepares un caldo de camarón se repone Jorge pero? permíteme Raquel ?le dije, y saqué un pañuelo para ayudarle a secarse las lagrimas- lo importante es que tu estés bien y eso de verte mal me preocupa. ¿Porqué no reposas un rato y si quieres yo me quedo el tempo que sea suficiente?

-¿De verdad lo harías por mi? Tiene razón mi hermana cuando dice que eres muy considerado? mira, espérame tantito, voy a cambiarme de ropa y de zapatos porque estos de tacón alto de plano me están matando- dijo y se levantó con rumbo a su recamara, mientras yo me quedé en el sillón, un amplio sofá de dos plazas.

La oí hacer ruido, y en unos minutos regresó a la sala pero solo llevaba una batita ligera, transparente, que desde luego dejaba ver su cuerpo y este era mas torneado que el de Lupita que tendía a cierta obesidad. Sus senos eran firmes (No tenían hijos) y el cabello ya lo traía suelto, que es una cosa que me encanta en las mujeres. Le sonreí y me puse de pie diciéndole que estaba linda. Ella sonrió a su vez y se sonrojó, para luego sentarse a mi lado. Platicamos de todo pero ella misma fue llevando la charla al tema de sus relaciones maritales. Se quejó de que si bien Jorge la hacia sentir bien y a gusto? casi siempre, cuando bebía se ponía impertinente y ella se sentía con ganas de ahorcarlo (Así lo dijo) y fue entonces que le dije, riéndome:

-No tiene caso que te comprometas, cuñada. Lo que debes hacer es dejar en claro que tu eres una dama y por lo que me dices, supongo que cuando Jorge toma te busca sexualmente? pero no de una forma agradable para ti? ¿Estoy en lo cierto?

-Si, es verdad, y me siento mal porque no se lo puedo contar a nadie? a ti te lo cuento porque Lupita me ha dicho que eres discreto y que sabes guardar un secreto y créeme que esto es un secreto para mí. Eso de andar poniendo una cara cuando en realidad mi vida es otra me pone mal? ya viste a Jorge como es cuando bebe y es penoso que yo, como mujer, tenga hasta qué desvestirlo porque el ya no se vale por si mismo cuando se le pasan las copas. Pero no sé porque te estoy mortificando con estas cosas si tú eres feliz con Lupita, ya que ella me ha dicho que contigo es feliz? en todos los aspectos? ¡Tú me entiendes!

-Pues tal vez Lupita exagera? ¡No te creas, tengo mi carácter! Pero si, procuramos ser felices y ella pone todo de su parte.

-¿y qué tanto es? todo? Mi hermana me dice que ya tu y ella? han tenido? relaciones? y es mas, que tu fuiste el primero en ella? ¿Cómo se? trataron? Te pregunto porque me preocupa que ella, como no tiene experiencia, cometa errores. Jorge y yo siempre hablamos y en cuanto está a m alcance, platico con Lupita? ¿Qué no te ha contado nada de lo que platico con ella?

-Si, algunas cosas, y ya que estamos en esto, déjame decirte que te considero una mujer muy sensual? y creo que Jorge es un hombre afortunado al vivir contigo ?le dije yo, mirándola a los ojos, a sabiendas que corría el riesgo de que me mandara al diablo o que le fuera con el chisme a su hermana y esta dejara de coger conmigo, y ella me sostuvo la mirada, sonrió y me dijo:

-No te creas, Jorge a veces se pone fatal? ¡Ya lo viste ahorita, el dormido de borracho y o con ganas de hacer el amor! Eres un caballero y si Lupita ha sido sincera conmigo, eres bueno en la cama y la has hecho gozar del sexo? ven conmigo ?dijo Raquel, poniéndose de pie y tomándome de la mano. Pienso, siempre he penado, que una mujer se arriesga a algo así porque sabe que el marido no se va a enterar o que se dispone de tiempo y se puede hacer algo, así que me dejé llevar hacia el interior de la casa. Pasamos la recamara donde Jorge roncaba que era un gusto oírlo, y ella abrió una puerta indicándome a señas que no hiciera ruido.

Entré yo primero y luego ella cerró la puerta. Prendió una lamparita en el buró y acercándose, nos abrazamos y empezamos a besarnos. El cuerpo de Raquel era lindo y debo decir que superaba al de su hermana, sobre todo en la firmeza de los senos y en las nalgas, que es algo que me encanta en las mujeres. Raquel las tenia paraditas y duras, y después de unos minutos de besarnos, zafé el listón de su bata y ahí estaba Raquelita solo con un baby Doll? bastante parecido al que yo le había comprado a su hermana cuando empezamos a coger? ¡Se veía buenísima de verdad! Su cuerpo era armonioso y la pantaletita solo medio tapaba su vagina que al igual que la de Lupita, lucia unas greñas que era lo único que afeaba aquella vagina.

Me inquietaba que Jorge se levantara y se diera cuenta de lo ue hacíamos casi encima de él su esposa y yo pero Raquel parecía no considerar eso. Con sencillez zafé el listón del frente de su Baby Doll y ahí estaba ya, con sus senos al aire y con solo la minúscula tanguita y su manera de repegarse a mi cuerpo me recordaba un poco a Lupita pero ella tenia mas experiencia y lo demostraba en que, sin tocarme la verga para nada empleando sus manos, sabia estimularla con solo el roce de su vientre y con sus giros, el roce de esas lindas nalgas. Los besos eran cachondos y nuestras lenguas se entrelazaban que er aun gusto, y estando ella pegándome las nalgas a mi verga, toqué sus pezones y ella gimiò como Lupita, y es que sinceramente, creo que si uno es capaz de estimular los pezones y los senos en general de una mujer y logra que tenga un orgasmo, esa mujer por lo menos nos recuerda con cariño aunque nunca en la vida volvamos a coger con ella. Quizá por eso es que siempre procuro ir despacio y descubriendo los puntos eróticos de ese mapa delicioso que es la mujer en general, y las veracruzanas en particular, ya que tengo mas de 20 años radicando en Veracruz y en cuanto a cachondas, creo que no hay quien les gane a las veracruzanas. Raquel se dejaba llevar por mis caricias y al oído yo le decía cosas cachondas:

-Hummm, que ricas nalgas tienes, Raquel? que bien huele tu? pelo; Tus senos se antojan mamacita; Me encanta como te mueves, mamacita? siente como me la has puesto? se te sienten ricas esas nalgas mi amor? has de apretar bien rico con esto- le dije, metiendo mi mano debajo de su tanga y sobándole el botoncito metido en medio de esa maraña de vello púbico. Para ese momento, ya había yo logrado que Lupita se dejara rasurar el ponche y solo le dejé un poco de vello justo arriba del clítoris, y eso le encantó. Su hermana, en cambo, era bastante greñuda de ahí y supongo que Jorge, el marido, no tenia problemas con eso, pero como a mi me gusta hacerles a las damas el sexo oral, las greñas siempre son un impedimento aunque sea parcial.

-Hummm, deja? déjame apretártela, cuñado? haber, déjame sacártela ?dijo Raquel al tiempo que se volvía poniéndose de frente a mi, y ella solita me beso bien cachondamente mientras sus manos zafaban el cierre y me bajaban el pantalón. Luego, me bajó la trusa y mi verga saltó y Raquel dio un gritito de alarma que, sinceramente, me encantó, ya que lo hizo como si de verdad le hubiera sorprendido el tamaño de mi verga, que es mas o menos normal, nada del otro mundo, y si acaso, el glande es un poco mas grande pero nada que un buen ponche no se deje meter, pero el que una mujer tenga el buen detalle de hacernos sentir ben con el tamaño de nuestra verga nos habla de una persona no solo con experiencia sexual sino que tiene buenos modales sexuales diría yo.

Se hincó y comenzó a mamármela muy rico, como si fuera un helado y volteaba a verme, que es algo que me parece muy cachondo. Además me sobaba los huevos y ahí fue donde me dio una sorpresa sinceramente, ya que estaba en lo suyo, metiéndose la verga enterita en la boca y de repente con uno de sus dedos me comenzó a hurgar mi culo. Considero que si nosotros deseamos cogernos a casi todas las mujeres por su agujero trasero, el que ellas nos hagan este tipo de caricias nos habla de que son damas experimentadas y que así nos dan la pauta de lo que desean. Luego me enteré que a Jorge no le gustaba que lo dedeara Raquel y hasta se peleaban por eso, y me enteré no por Raquel sino por Lupita, ya que en alguna de las siguientes veces que cogimos, Lupita comenzó también a hurgarme el culo como lo hizo esa noche su hermana.

-¿Te gusta esto mi amor? Déjate, ponte flojito? quiero que de verdad goces esta noche. Ven, vamos a acostarnos para estar más cómodos-dijo Raquel, que se levantó y terminó de sacarme la ropa que arrojó en una silla. Luego, casi como si me tomara de la mano para pasear, me agarró de la verga y caminamos hacia esa cama mientras el marido seguía roncando en la habitación de al lado.

Me puse flojito y así, mientras me besaba comenzó a meterme un dedo en el culo, pero antes se lo embarró de Vick y sentía yo cierto ardor y con el mete y saca de su dedo sentí que me estimulaba la próstata de una manera sensacional de verdad. No se si ella sabia que con meterme el dedo me sobaba la glándula prostática pero lo hacia muy rico, debo reconocerlo, y sentía yo la verga durísima. Tardó metiéndome el dedo unos minutos y me pedía que me acomodara de tal y tal forma a modo de que ella hiciera su trabajo con más facilidad, y esto sin dejar de besarme de una forma muy cachonda. Luego, hicimos un rico 69, y de la misma forma no solo le besé el ponche y metí mi lengua entre la mata de vello hasta alcanzar el clítoris, sino que también le di un beso negro que me salió estupendo, ya que tanto el culo de Lupita como el de su hermana estaban sanos, frunciditos, sin indicio alguno de una almorrana o alguna cosa semejante? y además, con el Vick que yo también use con ella, el ano de Raquel se distendía aun mejor que el de Lupita, indicio de que Jorge si se la había cogido por el agujero trasero, cosa que ella me confirmó esa misma noche mientras platicábamos después de terminar de coger.

Pude sacarle varios orgasmos estimulándole el clítoris con mi lengua, y con los besos negros, pero lo más sabroso fueron los que tuvo con la estimulación a sus pezones. Luego, se la metí despacito, a modo de que ella recordara de una manera exacta como le iba entrando mi verga. Usamos diversas posiciones: la de tijeritas, la de carretillita, la de patitas al hombro, la del perrito, etc. Pero como todas las damas, y cuando menos la primera vez que cogen con uno, Raquel quiso que terminara en la posición del MISIONERO que tiene un no sé qué hasta romántico ya que hasta ahora no hay mujer que no acepte besos cachondos mientras estoy en el mete y saca antes de venirme. Con Raquel no usé condón porque ella misma me dijo que acababa de pasar su regla y no había problema de un embarazo ya que ella se cuidaba tomando la píldora, así que cuando le dije que me iba a venir, ella sonrió y me dijo que si con la cabeza y luego se quedó quietecita, sintiendo los chorros de semen en el interior de su peluda vagina. Raquel tiene un PERRITO delicioso y los apretones que me dio en la verga hicieron que sacara hasta la última gota de semen. Luego de reposar un rato, platicamos ahí encuerados en la cama y hasta ahí oíamos los ronquidos de Jorge. Me limpié bien y me iba a vestir cuando Raquel me dijo:

-Mira, Lupita me dijo que no te fueras, que mejor te quedaras a dormir aquí, en este cuarto. Jorge oyó esa petición antes de que se emborrachara tanto, así que no te va a decir nada al rato que se levante y desayune contigo, mi amor? ¡Oye, que rico coges? con razón tienes enculadisima a mi hermana! Mira, si quieres ponte un short de Jorge para que duermas ¡Ni modo de que te quedes encuerado porque me van a volver a dar ganas! ?dijo Raquel riendo, mientras me arrojaba un short de su marido. A la mañana siguiente Jorge estaba crudo pero contento, dijo, de que me hubiera quedado? ¡Y hasta las gracias me dio de que lo haya ayudado a llegar hasta su recamara!

A lo largo de mis relaciones con Lupita, de casi dos años, Raquel y yo cogimos varias veces, siempre cuidando las apariencias y que ni Lupita ni Jorge se enteraran. Raquel se embarazó pero ni ella sabia bien si era mío o de su marido el niño y en esa época fue que terminé la carrera y me fui de México para radicar en Veracruz. Terminamos en buenos términos, y supe que Lupita se casó poco después de mi partida con un chavo de la religión evangélica que creyó firmemente que Lupita era Virgen, y hasta donde se, siguen juntos y felices, con dos hijos. Raquel y Jorge siguen casados, y las pocas veces que he visto a Raquel por algún viaje al D.F. la llamo, la invito a comer o a cenar, y casi siempre hemos terminado cogiendo en algún hotel? y sigue cogiendo riquísimo de verdad? ahora con más experiencia y más cachondez, aunque ya tiene dos hermosos hijos.

Con Lupita terminamos en buen plan, sin problemas. Ella se casó con un chavo de la religión, como ya les conté, y hasta donde me ha platicado Raquel son felices. Lupita no se enteró nunca de lo que hacíamos su hermana y yo, pero tampoco ha permitido que nos veamos de nuevo, quizá porque considere que es peligroso o que cometa adulterio conmigo, que es un pecado muy grave a los ojos de Dios en la Iglesia de su marido.