LUPITA, Y LO QUE APRENDIÓ DE SU HERMANA RAQUEL

Lupita, la linda enfermera a la que desvirgue, se convirtió en una amante experta que no solo aprendía rápidamente lo que yo le mostraba sino que siempre me contaba lo que su hermana Raquel, mayor que ella y casada con Jorge, le contaba sobre la vida sexual de las mujeres casadas. Obviamente, Lupita no le decía a su hermana que ella y yo éramos amantes aunque estoy seguro que la hermana, mi cuñada diríamos, lo sabia y lo sabia muy bien. Lupita era muy tierna y al mismo tiempo una mujer muy excitante que de verdad disfrutaba del sexo. Lógicamente en el trabajo teníamos que disimular porque el patrón, ya lo he dicho, era muy serio para esas cosas aunque en verdad pienso que era maricón, no obstante tener tres hijos y una esposa bastante atractiva, norteña ella, y muy agradable.

Lupita era bastante transparente y con ingenuidad contaba lo mismo un chiste sexual que las experiencias que a su vez le platicaban sus amigas y hasta su hermana Raquel, mayor que mi ?novia? y casada con un tipo muy agradable que se llamaba Jorge. Me encantaba que con naturalidad y siempre que podamos, ella anduviera encuerada sea en la clínica o en algún hotel donde pasábamos a veces un fin de semana completo, y hasta para lo mas elemental, como ir al baño por ejemplo, Lupita era muy sensual. Para ella, y así me lo decía, era la cosa mas natural que yo, su amante, la viera orinar o que nos bañáramos juntos, y aunque siempre fue muy discreta, de repente algunas cosas se salían de control y afloraban un poco de celos o de mal humor, pero en general los dos éramos una pareja que nos llevábamos bien y éramos cómplices en cuanto a lo sexual. Pero limitando el tema de este relato a lo que mi cuñada Raquel le enseñaba, les diré que una vez en que a Lupita le bajó la regla justo cuando empezábamos a fajar estando en un hotelito de Arcos de Belém, pensé que con esa tarjeta roja el partido se suspendería pero Lupita me dijo, abrazada como estaba a mi cuello y los dos acostados en la cama del hotel:

-Mira papacito? mi hermana Raquel dice que aun en esos días se puede hacer casi de todo. Si quieres usamos condón y solo tienes que evitar besarme ahí como a ti te gusta, o si tu así lo quieres podemos solo masturbarnos, y si quieres terminas es mi boca. Raquel dice que a veces así lo hace con Jorge y que es casi como si cogieran? aunque ESTO me gusta mas sentirlo aquí que acá ?decía, señalando primero mi verga, luego su vagina y al final su boca, y siempre con sentido del humor.

Me encantaba su buena disposición para coger, y que no le hacia gestos a nada de lo que le propusiera. Esa vez me acuerdo que le dije, medio en broma y medio en serio que podríamos hacerlo por atrás, o sea por el culito, y para mi sorpresa, Lupita dijo con entusiasmo:

-Muy bien, mi amor, si quieres metérmela por ahí no digo nada? solo que supongo que me debes coger con cuidado y además, ponerte algo? no se, tal vez un lubricante o algo así, o vaselina cuando menos, o ese Vick que tanto usas? ¿Traes una latita de Vick?

-Si mi cielo, siempre traigo pero? ¿A poco Raquel y Jorge lo hacen así?-dije, animándola a que me siguiera contando algo de Raquel, que sinceramente no dejaba entrever que fuera tan cachonda, y Lupita continuó diciéndome:

-Claro que si, mi cielo? ¿Te acuerdas que te dije que mi papá es muy celoso? Pues Raquel y Jorge se daban sus mañas para coger pero que no les saliera a la cara, como se dice vulgarmente, y mi hermana me cuenta que Jorge le dijo que con no metérsela por adelante sino por atrás no pasaría nada, y así fue como empezaron a coger por atrás. Ya habían cogido por adelante, como debe ser, pero mi hermana decidió que mejor cogieran solo por el culito para no salir con su domingo siete? y así estuvieron haciéndolo por meses, hasta que se casaron, y según me dice, siguen cogiendo así dizque porque el culo lo tenemos mas apretadito que el ponche? ¿Tu has cogido con alguna chica por atrás?... y no, no creas que te lo pregunto por celos o cosas así, ya que lo que no fue en mi año no fue en mi daño y, además, si coges tan rico conmigo? ¡es porque antes debes haber tenido alguna practica con alguna vieja y eso ni modo de negarlo!

-Pues la mera verdad si, mi amor, pero de eso ya tiene tiempo y no te preocupes, mi amor, porque me encanta como lo haces, Lupita, y no te voy a andar poniendo el cuerno, y menos si eres así de caliente, mi amor. Y ya que lo mencionas, mi amor, podemos intentarlo por el culito? ¿estas dispuesta, mi amor?

-Si, pero como te dije, tengo un poco de temor de que ya que me cogiste así, luego me ande? cagando ¡perdona la palabra! Raquel me dijo que la primera vez que Jorge le dio por el culito ella anduvo adolorida todo el día siguiente y que le ardía y dolía horrores cuando fue al baño. Tuvo que verla el doctor y le daba pena decirle que era por coger por atrás, así que le dijo que había comido bastante chile? ¡Bueno, en realidad si se lo había comido? pero el chile de Jorge, mi cuñado!- me dijo entre risas por el doble sentido que había empleado.

-Mira mi amor ?le dije- todo es cosa de intentarlo? despacito, y si te duele no le seguimos y nada mas me haces sexo oral? ¿Qué te parece, Lupita?

-Bueno, pues lo que se va a cocer que se vaya remojando; Mira, pero si te digo que pares? ¡paras, por tu mamacita te lo pido!

-Claro que si chiquita? déjame acariciarte el culito mi amor ?le dije a Lupita y comenzamos de nuevo a besarnos, a modo de irla calentando para lo que se iba a venir y me puse a pensar en que la tal Raquel era muy caliente, ya que eso de andarle contando a la hermana menor lo que hacia con el cuñado era algo que sinceramente no me pasaba por la cabeza, por lo menso en aquel momento de mi vida.

Y después de un buen rato fajando y besándonos, comencé a acariciarle el culito, a sentir en mi dedo lo apretadito de su fundillo, y como Lupita se puso en cuatro era lindo verle el Aniceto fruncidito y como lo empecé a lubricar con ese gel llamado KY, bien pronto pude meter mi dedo índice, desde luego sin dejar de besarla y de estimularle los senos que, como les conté, era un punto débil en ella. Lupita me preguntó cómo se la iba a meter, o sea, en qué posición y elegimos la de las cucharitas. Yo detrás de ella, ambos acostados sobre nuestro lado derecho, y ella alzando su pierna izquierda, sosteniéndola con su brazo para que pudiera yo colocar la punta de mi verga en su culito. Ella abría las piernas mas pero la entrada era estrecha así que yo le sostuve la pierna y ella se abrió de plano las nalgas y comenzó a mover el culo para que mi verga la penetrara? y así, despacito, comencé a sumir mi verga en su estrecho Aniceto que iba dando de si poco a poco, hasta que el glande penetró por completo? y Lupita soltó un grito que hasta tuve temor de que los del hotel nos vinieran a ver.

Yo no sabía bien qué hacer pero Lupita, siempre de buen humor, me dijo sonriendo pero con lágrimas en los ojos, al voltearme a ver:

-Ay papacito, ahora si que hiciste que las de San Pedro me brotaran, pero ya pasé el trago amargo así que sigue metiéndomela pero poco a poco? no te mandes ni quieras moverte como cuando me coges por el ponche? así papacito, muévete poco a poco ?dijo ella y como tenia alzada su pierna, en previsión de que se cansara, yo se la sostuve y ella metió su mano hasta alcanzar mis huevos y con la mano seguía el curso de la verga dentro de su culo. No se qué pensaría pero dijo:

-Ay Dios, ya casi me la metes toda? siento el culito repleto de verga y como si fuera a cagar? estate quieto un momento y no te muevas? así mero? déjame moverme yo? así? no, no te muevas por favor? ay Dios, que rico siento? mira mi amor, voy a mover la cadera en círculos? ¡Por favor no te vayas a venir porque me desfondas el culo!... dice Raquel que Jorge se vino sin avisarle y como la verga como que se hincha cuando se están viniendo ustedes, ella sintió que la verga de mi cuñado la reventaba el culo? ¡Porfa no te vayas a venir!

-Tienes un culo riquísimo mi cielo? aprietas rico de verdad y sobas mis huevos muy sabroso? ¿eso también te lo enseñó mi cuñada?

-Claro que si mi rey? ¿Por qué crees que mi cuñado anda enculadisimo con Raquel? Ojalá te guste como me coges para que tu también te encules conmigo? porque tu me tienes enculadisima? en este momento, mi amor? siento que los intestinos me van a reventar? que me retacaste la caca? oye mi amor, por cierto? ¿No te mancharé de caca la verga?... ¡Ay que pena, Dios mío, no había pensado en eso!... así, muévete poco a poco mi amor? déjame sobarte los huevos mi cielo? ay, me tienes feliz mi amor. Ten cuidado y avísame si te quieres venir para que mejor me la saques y te vienes donde gustes pero no quiero sentir lo que Raquel me dijo.

Movía mi verga solo lo indispensable para disfrutar de los apretones que Lupita me daba con el culo, pero las ganas de venirme iban en aumento y así se lo dije a Lupita en la mera orejita, y ella, sonriendo, giró la cara y me besó muy rico. Luego, ella misma buscó irse zafando de la cogida hasta que un ¡Plop! Indicó que mi verga ya no estaba en ese apretado estuche. Ella se hincó y tomando mi verga erecta la revisó para ver si no tenia embarrada un poco de mierda? ¡estaba totalmente limpia! ya que no hay nada al alcance de una verga cuando se hace el sexo anal y la mujer evacua bien su intestino antes de coger? y Lupita acababa de ir al baño apenas entramos al cuarto del hotel? e incluso, ahí fue donde se dio cuenta que le había bajado la regla. Convencida de que no había nada que limpiar, comenzó a masturbarme lenta pero rítmicamente hasta que de plano a no aguanté más? y fue entonces que le dije:

-En tu pelo, mi amor, quiero venirme en tu pelo? lo tienes lindo y siempre se me ha antojado terminar en el ?y Lupita, sonriendo, solo dijo que si con la cabeza y dirigió la punta de mi verga hacia su abundante cabellera que quedó embarrada de semen. Luego de que terminé, descansamos un buen rato, nos bañamos y comimos algo y seguimos cogiendo, y aunque ese día se la metí por donde debe ser, me puse un condón para no mancharme la verga de sangre menstrual. Los dos la pasamos súper y al otro día salimos de aquel hotelito abrazados como marido y mujer.

De hecho, Raquel, mi cuñada, se convirtió en una especie de asesora de su hermana en cuanto a coger, y sinceramente me daba algo de curiosidad saber hasta donde le contaba Lupita nuestras andanzas de cama en cama y de hotel en hotel. Yo no tenía coche y prefería ir con ella a algún hotelito que andar pidiendo a un taxista que nos llevara o pedir un coche prestado. No faltaba, insisto, el comentario de Lupita respecto de como lo hacia su hermana con Jorge, su esposo, pero en las pocas veces que los vi, me parecían una pareja bastante común y corriente, así que por mas imaginación que le echaba al asunto, no podía pensar en mi cuñada encuerada y dejándose llevar por la pasión practicando el sexo en todas sus variedades, y hasta pensé que era Lupita la que inventaba las cosas pero mas tarde, en una fiesta, pude comprobar personalmente que Raquelita tenia lo suyo, y además, tenia buen sabor y lo traía bien depilado? pero eso se los cuento en la siguiente vez que escriba.