Autor: juanchulo | 22-Aug
Hola la siguiente historia ocurrió cuando yo tenía 18 años y trata de como yo y mi compañera de clases Catalina empezamos a descubrir los placeres del sexo, ella era una chica bajita, de cabello rubio y algo rellenita, siempre quise tener algo con ella pero no sería hasta ese día cuando todo cambiaría.
Todo comenzó un día en que mis padres no estaban en casa, mi padre estaba trabajando y mi madre había ido con una amiga a comprar al supermercado, pero antes de irse, la amiga de mi madre pasó a dejar a su hija Catalina a mi casa para que no se aburriera. Catalina tenía mi misma edad y éramos compañeros de curso, hablábamos de vez en cuando pero no éramos grandes amigos.
-¿Qué quieres hacer? -le pregunté- ¿Quieres ver una película?
-Claro- contestó.
-Tengo la ultima de Transformers ¿La viste?
-Aún no, quería ir al cine pero finalmente usé el dinero para otras cosas. ¡Vamos a verla!
Coloqué la película en el DVD y nos sentamos en la sala a verla, mientras la observábamos, nos pusimos a conversar de qué habíamos hecho el fin de semana pasado, a donde fuimos, que hicimos, etc. Yo trataba de concentrarme en la película, pero de vez en cuando miraba de reojo el escote de Catalina, tenía unas tetas muy grandes que sobresalían por su blusa, que ganas de poder amasarlas con mis propias manos, y además llevaba un pantalón corto muy apretado, que uffff?en ese momento me empecé a calentar, pero trataba de que no se notara.
De repente, ella saca su celular y se levanta para contestarlo, debía ser alguna amiga ya que se reía mucho, mientras hablaba con ella se empezó a pasear por la sala, yo seguía viendo la peli pero mis ojos inmediatamente se desviaban hacia su culo, pese a que no era enorme, era muy redondo y bien formado, mi verga ya estaba tiesa y a punto de estallar, llevaba varias semanas sin una paja por lo que estaba verdaderamente cachondo.
Ella seguía hablando por teléfono y yo, desesperado, me levanté y fui al baño. Cerré la puerta, bajé mis pantalones y mis calzoncillos y me senté en el retrete con la verga hecha una estatua, comencé a deslizar mi mano de abajo hacia arriba lentamente para ir aumentando la velocidad de a poco. Pensaba en Catalina, en sus grandes pechos como se movían, en su culo con ese pantalón apretado, la imaginaba desnuda moviendo lentamente sus caderas y golpeando sus nalgas para provocarme, con una mirada penetrante y a la vez lasciva. Seguí pajeandome ahora a gran velocidad, totalmente concentrado, hasta que escuché una voz a mis espadas.- ¡Vamos! ¡Sigue así!
Detuve mis movimientos y sentí el pecho helado, alguien me estaba observado en la privacidad de mi baño, miré hacia la ventana que estaba sobre mí, pero no veía a nadie.
-¡Vamos! ¡Estoy que exploto!
-¿Catalina?- pregunté.
-Si, te estaba viendo desde la ventana.
Rápidamente intenté tapar mi verga con mis manos.
-No hace falta que la escondas -dijo ella- He visto la paja que te estabas pegando, pero sinceramente preferiría tener esa polla en mi boca. Ábreme la puerta.
Sin dudarlo abrí la puerta del baño y allí estaba ella, parada frente a mí, con sus ojos clavados en mi verga, se arrodilló y se acercó a ella.
-Tenía ganas de probar una verga, por fin cumpliré mi sueño -dijo ella.
-¿Jamás has probado una? Pues entonces siéntete con todo el derecho de disfrutarla- le dije yo- También esta es la primera vez que alguien me la chupa.
-¿En serio? Entonces eso haré ?me dijo mirándome a los ojos- Pero antes quiero saber, ¿Te estabas masturbando pensando en mi?
-Pues?claro ?le dije nerviosamente- Eres una chica muy linda y muy sexy.
-Eso sí que me calienta -me dijo y luego introdujo mi verga erecta en sus labios. Sentí un cosquilleo en la punta muy placentero. Comenzó muy despacio, saboreando lentamente mientras sus manos me masturbaban sin prisa, apretando mi polla, mirándome con deseo y disfrutando ver mi cara de placer.
-¿Te gusta como lo estoy haciendo? ?me preguntó sacando mi verga de su boca.
-Me encanta, sigue así ?le dije, totalmente en trance.
Antes de seguir en lo suyo, se quitó su blusa y su sostén, dejándome a la vista sus deliciosas tetas que tanto me gustaban, tenía unos hermosos pezones grandes y rosados, luego tomó mis manos y las llevó directo a sus tetas para que pudiera tocarlas.
-¿Te gustan? ¿Verdad?, he notado como las mirabas, ahora puedes tocarlas.
-Siempre he querido poder manosearlas ?le dije- ¡Que ricas tetas!
Seguí jugando con sus tetas mientras ella seguía mamándomela y pajeandome con sus manos cada vez más rápido, me sentía en el cielo, no lo podía creer, estaba recibiendo la primera mamada de mi vida y se sentía genial, pude aguantar así como unos 5 minutos más cuando empecé a jadear quedándome sin respiración.
-Quiero probar tu leche ?me dijo con una sonrisa picara en su rostro- Dame tu leche.
Apretó firmemente mi verga y comenzó a chupar más fuerte, sentí un orgasmo increíble que hizo que me desplomara en el inodoro, ella seguía chupando y tragando todo mi semen, creo que solté mucho porque ella casi se atraganta, pero no despegó sus labios de mi barra hasta que estuvo flácida.
¡Qué rica! ?dijo relamiéndose los labios- Y pensar que nunca me atreví a probarla hasta hoy.
-Qué bueno que te haya gustado, a mí también me encantó lo que hiciste tú, estaba que reventaba de calentura.
-Y todo por mí, soy culpable de eso, lo menos que pude hacer fue este gesto contigo.
-Y lo hiciste de maravilla para ser tu primera vez.
-Había visto muchos videos en Internet, pero nunca lo había puesto en práctica.
-Salió mejor de lo que creíste entonces.
Ambos nos reímos, luego sentimos el sonido de las llaves, rápidamente nos vestimos y volvimos donde la película que ya no nos importaba. Al abrir la puerta de la casa, entró mi padre y nos vio allí sentados en la sala.
-¿Qué tal la película? ?preguntó sonriéndonos.
-Mejor de lo que creíamos- le respondí mientras yo y Catalina nos miramos de manera cómplice y picara.
Luego de esa ocasión, tuvimos varios encuentros más, pero eso se los contaré en otra ocasión.