Autor: rob.gal | 27-Aug
Hace un par de años por cuestiones de buscar un cuarto o departamento que quedara cerca tanto de mi trabajo como de mi escuela (ya que actualmente sigo con mis estudios ),me mude a un nuevo departamento en el distrito.
Desde que me mude el departamento ?F? no terminaba de venderse lo cual era bastante bueno par mí porque mi dormitorio esta pegado a uno de los ambientes de esa casa y las paredes de la mía, eran bastante finas así que se escuchaba todo.
Los domingos, cuando lo visitaban los futuros compradores, tocaban mi portero eléctrico en lugar del de al lado y me interrumpían permanentemente.
Mientras la gente de la inmobiliaria mostraba el lugar, yo podía escuchar ciertos comentarios que hacían sobre lo lindo que era, la luz que tenia y todas esas cosas de un piso nuevo.
Es más, en uno de los ambientes de mi casa hay un claro de luz que da de lleno al ambiente superior de la casa contigua y se ven hasta los movimientos de quienes vienen a querer conocerlo así que la comunicación era casi inevitable.
Hace cosa de un mes me enteré que lo habían vendido pero no supe ningún detalle mas hasta que los nuevos dueños se mudaron Era un matrimonio joven, de unos 30 años cada uno más o menos. El hombre era alto, fornido y Ella era un poco mas baja que él, con un cuerpo que la verdad, quitaba el aliento, cabello oscuro y ojos profundamente negros.
Lo que más me llamó la atención de ella fue su físico. Era imponente, tenía unas tetas pocas veces vistas y un culo firme, parado. No era excesivamente bella de cara pero creo que la naturaleza había sido equitativa con su belleza porque equilibró todo con el cuerpo.
El primer día que los vi nos saludamos cortésmente y al otro día fue cuando nos presentamos.
El se llamaba Alan y ella Constanza pero le decían Connie.
El era nacido en Brasil pero vivía acá desde los diez años, los dos eran super educados y amables. A medida que pasaban los días y nos veíamos ocasionalmente, intercambiábamos más palabras.
Cuando lo veía a ella, se me iban los ojos. Era francamente hermosa , su piel brillaba a la luz del sol,Sus piernas eran un monumento y resaltaban su belleza con los vestidos cortos y pegados que usaba y el resto del cuerpo era casi escultural.
Para colmo usaba un perfume que siempre me había encantado y al salir de su casa dejaba a su paso un aroma tan delicioso que era irresistible.
De tanto en tanto podía escuchar alguna que otra charla que tenían, sobre todo cuando subía al último ambiente de mi casa y por ese tragaluz que había me llegaban sus voces.
Por las noches, la pared de mi dormitorio me traía los sonidos de la televisión de ellos, que por cierto parecían escuchar a un volumen bastante elevado pero como no la apagaban tarde, no molestaba.
Una noche que volví de madrugada de una fiesta, subí la escalera que me llevaba a mí casa y al pasar por la puerta del departamento de Alan y Connie, escuche ciertos sonidos que me parecían familiares.
Me detuve dos segundos frente a la puerta y ante lo inconfundible de la situación, decidí retirarme por una cuestión de pudor. Ambos estaban haciendo el amor y se escuchaban los gemidos de los dos de forma casi inusual.
Entre a mi casa algo nervioso y mientras me cambiaba para meterme en mi cama, pude apreciar que también desde allí podía escuchar todo. Algo me decía que siguiera atento a lo que pasaba, sentirme excitado parecía inevitable así que me metí en la cama y me quede conteniendo la respiración para no perder nada de lo que sucediera.
Dios mío ¡!! Que manera de coger ¡!!! A juzgar por los gemidos,Connie era más que una experta amante y de solo imaginar la situación, mi excitación aumentaba paso a paso.
La cantidad de cosas que se dijeron y llegué a escuchar, provocó en mi unas ganas tremendas de poder ver al tiempo que escuchaba pero no había posibilidades de eso así que me conforme con las palabras y mi imaginación.
Conforme avanzaba la situación, podía sentir como mi pene se iva parando hasta que cuando vi tenia una ereccion monumental tenia que hechar manos a la obra, Siempre me gusto masturbarme, aun estando en pareja, así que no vi por que no podría hacerlo en este momento que mi cuerpo me lo pedía y que del otro lado del cuarto me estaban dando la oportunidad de que todo fuera más placentero todavía. Me deje llevar por lo que captaban mis oídos mas lo que me imaginaba a medida que escuchaba y empece a hacerme una paja como pocas veces lo había hecho.
Era altamente excitante masturbarme mientras escuchaba como del otro lado de la pared había una pareja gozando como lo hacían ellos.
Los gemidos de placer de Connie me calentaban cada vez más y me daban ganas de tenerla enfrente para chuparle ese par de tetas enormes y metersela toda
en su conchita y en ese hermoso culo, las palabras que alcanzaba a escuchar de boca de Alan me dieron envidia, yo queria hacer gozar a esa mujer,
En medio de esa exquisita calentura,me jale la verga tantas veces como calculaba que Alan le metía la pija a Connie en su concha, trataba de seguir el ritmo que podía escuchar a través de las paredes y repetirlo con mis manos.
Cerraba los ojos e imaginaba que esa tremenda hembra era a la que me cogia y la excitación aumentaba cada vez hasta que me vine salpicando de semen toda la pared, al tiempo que trataba de captar la acabada de mis vecinos.
Caí rendido sobre la almohada después de haber gozado de aquella sesión de sexo gratis que me habían regalado y descanse hasta el día siguiente como hacia mucho que no lo lograba.
En los días subsiguientes, cuando la veía a Connie no podía evitar excitarme al recordar lo que había pasado esa noche, no podía dejar de imaginarla cogiendo y lo que es mejor aun, conmigo en la misma cama.
Me parece que mis miradas eran algo más que sugestivas porque de buenas a primeras me dio la sensación de que ella había cambiado la forma de dirigirse a mí y eso me encantaba.
un día, estando sola en su casa, llego a tocar a mi puerta con la excusa (después supe que fue un pretexto) de pedirme el teléfono porque el de ellos no funcionaba.
La hice pasar a mi casa y mientras ella hacia una llamada, la invite con un café. Nos quedamos charlando en la cocina un rato y ahí me convencí de que sus miradas eran claramente provocativas, eran una preciosa invitación al pecado.La conversación fue adquiriendo un tono intimista que no venia nada mal en este caso y a medida que charlábamos, nuestras sillas se iban acercando cada vez más.
Suavemente depositó la taza del café en la mesa y con sus manos comenzó a acomodar su cabello hacia atrás, para dejar libre su pecho y no pude evitar ver ese par de senos, ella sonriendo me tomo de las manos, y sin dudarlo coloco mis manos en sus pechos yo quede un poco sorprendido no creia que eso estuviera pasando, los tome con fuerza y empece a acariciarlos, mientras tanto nuestros ojos no dejaban de mirarse profundamente, era una escena silenciosa pero con el aire cargado de erotismos. mis pulgares acariciaban sus pesones haciendo que adquirieran un volumen que elevaba la tela de su blusa,nos empezamos a besar jugando con nuestras lenguas la lujuria de su mirada me ponía cada vez más y más caliente,con un deseo terrible de arrancarle la ropa y cogermela allí mismo, sobre la mesada o el piso de la cocina.Había comenzado a deslizar una mano sobre mis muslos cuando escuchamos la llave de la casa de Connie abriendo la puerta e inmediatamente nos alejamos. Era más que evidente que Alan había llegado a la casa y la buscaría y lo más probable era que me tocara el timbre a mí para saber si la había visto.
Dejo pasar unos segundos hasta que calculo que Alan había entrado al departamento, para levantarse y salir, no sin antes tomarme de la nuca, atraerme hacia su rostro y dejando que su lengua me lamiera los labios a modo de provocación, me dijo:
La próxima llegamos hasta el final.
Por la noche nuevamente mis queridos vecinos me dieron cátedra de pasión a través de las paredes y nuevamente creció en mí la necesidad de probar aunque fuera una sola vez a ese monumento femenino que ahora mataba de placer a su esposo.Los gemidos de Connie me calentaban tanto, Se le escuchaba tan pasional, tan caliente, tan hembra que mi mente era un torbellino de tentaciones impensadas.
Después de tres días sin ver a ninguno de mis vecinos, una tarde me arriesgué a tocar el timbre con un pretexto cualquiera, creyendo que me abriría Alan pero grande fue mi sorpresa cuando vi a Connie dejándome entrar a su casa.
- Viniste por lo que te debía ??
- Si? se nota demasiado ???
- No importa, esta vez vamos a llegar hasta el final, verdad ¿???
- Si Alan no nos interrumpe??.
- Y si llegara, que ¿??? Que importa ¿???
Mientras me calentaba con estas palabras, sus manos ya se habían apoderado de mi miembro y había comenzado a acariciarlo, Cuando escuche lo que me decía e imagine la situación, me excite mas y decidí decirle lo que conocía de ellos.
- Y te gusta lo que escuchas ?? Te calientas ??
- Claro que si?.
- Y te la jalas cuando nos escuchas ??
Me vuelvo loco de calentura, me masturbo hasta acabar con ustedes?
- Hummmmmm, como me gustaría ver eso?.
empezamos a desnudarnos el uno al otro se entretuve desabrochando mis pantalones, bajando torpe y apresuradamente mi boxer con mis manos y liberando mi verga, despues le quite toda la ropa en menos de un segundo, dejándola sentada en el taburete y completamente desnuda, a merced de mi boca y mis dedos. Metía sus tetas en mi boca y al sacarlas de ella las estiraba, dejando que sus pezones quedaran atrapados durante segundos entre mis dientes, mordiéndolos al liberarlos, A medida que mi boca hacia estragos con sus tetas, sus manos acariciaban mi sexo completamente y podía sentir como crecía y creía entre sus dedos,
como cada vez la piel se calentaba mas, como se endurecía y comenzaba a soltar liquido seminal
Al sentir el tamaño que adquiria mi pija entre sus manos no podía evitar un escalofrío de pensar que podía clavársela, que podía llenar su sexo con ella y hacerla gozar como hacia mucho que un hombre no lo lograba.La levante en andas,ella encerró sus piernas en mi cintura y la lleve hasta el dormitorio, situándonos frente a un espejo de cuerpo entero que tenían en una de las paredes.comenzó a besarme.
Su lengua invadió mi boca, la recorrió completa, mezclo su saliva con la mía hasta que parecía que podíamos ahogarnos y cuando no nos quedaba respiración, retiraba su lengua de mi boca y así, empapada como estaba, volvía a encargarse de mis pene se lo tragaba literalmente, pero ahora era mi turno volvi a acariciar sus tetas, sus pezones dejándolos tiesos como piedras y calientes como brasas. Con una mano me demoraba en ellos y con mi boca bajaba por su vientre, arrastrando mi lengua sobre su piel, dejándola abierta frente a mi paso y mojada por mi saliva.
Antes de llegar a su sexo me coloque detrás de ella y la puso frente al espejo, dejando su espalda pegada a mi pecho. Mientras ambos nos mirábamos en el espejo, desde atrás abrí sus piernas y pase una de mis manos por delante de su pecho, para que pudiera ver el momento exacto en el que volvía a acariciarle las tetas y con la otra mano bajaba hasta su concha.
Mientras cubría su cuerpo con mis manos, las de ella trataban de tomar por atrás mi verga, que estaba rozando sus nalgas. El vaivén de ambos cuerpos hacia que su sexo se frotara contra el mío y pudiera sentir el rítmico movimiento de mi dureza contra la carne tierna de su culo. No aguante mas la tumbe sobre la cama y le abrí las piernas firmemente, me situe frente a ellas Abrí sus labios vaginales con mis dedos, los acariciaba de arriba hacia abajo acompañando los movimientos con mi lengua y se la meti la humedad caliente de su vagina hacia que mi verga se pusiera mas dura estuvimos cogiendo por un buen rato con un mete y saca frenético mientras Connie gritaba y gemía con fuerza
-Hummmmmm, Siiiiiiiiiiiiiiii, esto quería?.
Así, duro , duro, !!!
Le adverti que ya me venia en eso ella se voltio poniendose de rodilla frente a mi terminando inundándose de leche su boca y mejillas,
Desde aquel día cogemos cada que hay oortunida y hasta un trio andamos planeando.