LA SEÑORA ESTABA ABANDONADA? Y CON GANAS
POR GALENO ARDIENTE
Todas las damas nos ofrecen infinidad de posibilidades eróticas y sorpresas sin fin. Aun la que parece mas decentita, si tiene ganas de que se la cojan deja salir sus instintos y le vale lo que pase. Desde luego, la mayoría de ellas son discretas, por lo menos al inicio, y creo que lo hacen mas bien para ver si pueden confiar en nosotros como amantes, ya que muchos somos dados a hablar de mas aun entre los amigos, pero al menos en mi caso, aparte de que por mi trabajo tengo que ser discreto, procuro siempre disfrazar un poco el incidente sin que por eso se falte a la verdad.
Por ejemplo, en la zona donde vivo hubo una época en que decenas o centenas de hombres emigraron al norte en busca de trabajo. Cabe decir que la mayoría de ellos eran hombres jóvenes, en plenitud de facultades. Muchos de ellos estaban casados y lógicamente, si iban a buscar empleo y a veces esto no era sencillo, ni modo de que se llevaran a la familia a sufrir con ellos. Así, muchas familias se desbarataron casi, porque por lo menos pasaban entre seis meses y un año antes de que la familia se fuera siguiendo al migrante o que este retornara por su gente, aunque no faltaba el que ya estando en Coahuila o en Tamaulipas se hacia de mujer por allá y dejaba al garete a sus hijos? y a su mujer, que de alguna forma debía de comer y además, darle de comer a sus hijos.
Llegaron a verme muchas mujeres quejándose de que tenían a sus hijos enfermos pero no contaban con dinero. Yo las veía de reojo y debo confesar que mas de una estaba muy buena pero no era solo cosa de acostarse con ella y nada mas, ya que debía uno redoblar los cuidados en todos sentidos. Una mañana estaba saliendo de mi casa rumbo al trabajo cuando se acercó una mujer que hacia poco se había mudado por el vecindario. Tendría unos 32 años a lo mas, alta, un poco pasada de peso peor con buenas formas y además, con un tremendo par de senos que apenas ocultaba una sencilla blusa de tiritas y una falda medio ajustada que dejaba casi saborear un par de nalgas levantadito y firme, y lógicamente, pensé en ese momento en cómo se sentirían esas nalgas ya desnudas y entre mis manos. Con respeto le pregunté en qué le podía servir y ella, mirándome a los ojos, me dijo:
-Ay, doctor, me da mucha pena pero fíjese que tengo al grande con calentura y el chiquito también esta enfermo, pero no tengo dinero? mi marido me va a mandar lo de la quincena pero hasta dentro de dos días? ¿Podría apoyarme dándome la consulta para tres días? ¡Yo le aseguro que le pago? como usted quiera? en efectivo o? con trabajo? o como sea, yo sé hacer de todo? ahora si que de todo!
La miré y vi que se estaba sonriendo de una manera muy especial. Me encanta que una mujer se aviente a hablar en doble sentido y así interpreté lo que me decía de su GRANDOTE, que tenia con calentura, y que tenia a su CHIQUITO enfermo, y lógicamente decidí apoyarla en todo, y mas cuando vi que me sonreía agradecida cuando le dije que si, y le di hora para visitarme en el consultorio, y luego vi cómo se alejaba contoneando esas hermosas nalgas que tanto me habían atraído.
La cité para cerca de las dos de la tarde, cuando termino mi consulta de la mañana y ya mi asistente se va a retirar. La mujer llegó puntual y aunque vi la cara de disgusto de mi ayudante, no dijo nada cuando yo, de manera casual, le dije que yo cerraría el consultorio una vez que atendiera a la señora y le dije que se fuera y que en la tarde nos veríamos. La chica rápidamente tomo su bolso y salió sin despedirse siquiera. Cerré con pasador la puerta y luego le dije a la señora que pasara y ella entró al consultorio moviendo lindamente las nalgas y sonriendo coqueta.
Lo lógico era preguntar por sus hijos, los ?enfermitos? pero me hice tonto y sentándonos, le pregunté en qué le podía servir. Ella sonrió de nuevo y, agitando su tetamen con energía, echando el pecho hacia adelante, me dijo:
-Ay doctor ¡Que pena de verdad por molestarlo! Es que vine solita porque yo también tengo un problema y decidí verlo primero? digo, siempre que usted me apoye también a mi si se puede.
-¡Claro, estimada señora! Dígame en qué le puedo servir, ya que se ve usted muy sana y se ve que tiene usted buen humor.
-Ay doctor, es que con usted me siento en confianza. Mire, mi problema es que tiene ya mas de seis meses que mi marido no está aquí, doctor? y sinceramente, desde hace ya un mes mas o menos tengo dolores en todo esto? mire usted ?dijo, señalándose el vientre- y una amiga me dijo que era porque? ay, doctor, que pena me da decirle esto, pero mi amiga me aconsejó que trate de hacer el amor como sea, cuidándome desde luego? mi marido no tiene para cuando venir y a mi me da pena la idea de salir con alguien, sobre todo alguien que o vaya a andar de chismoso o que me pegue una enfermedad, doctor? ¿Será que de verdad a las mujeres nos hace falta hacer el amor?
-Bueno, creo que no a todas, pero si a un cierto numero de mujeres les es necesario, digamos, DESFOGAR SU CUERPO, ya sea haciendo el amor, que es lo ideal, o bien haciendo ejercicio o manteniéndose en alguna actividad física?. Usted se ve muy bien de cuerpo, y considero que es sana? perdone usted pero es necesario saber esto: ¿Cada cuando tenían usted y su esposo una relación sexual? ¿Cuándo cogían- perdone la palabra pero se me hace mas sencilla y clara- se venia usted o no? ¿Disfrutaba del sexo con su? esposo o solo el se venia y usted tardaba mas o? de plano la dejaba a medias?
-Pues mire usted- dijo sonriendo y entendiendo que la plática se iba a poner cachonda- mi esposo es de los que se vienen muy rápido y casi siempre me deja con ganas de mas. Usted me pregunta si me gusta coger y le diré que si? me gusta coger y que me coja mi marido pero el no me lo hace como a mi me gustaría, doctor? y ni modo de decirle porque también es de los que se enojan por todo y además es celosísimo? con decirle que me llamó ayer y como le dije que necesitaba dinero para la consulta del niño, me dijo que cuidadito y le fuera a coquetear al doctor, que en cuanto cobrara me mandaba el dinero? ¡Pero hasta dentro de tres días, doctor, y esa es mi vida? y además, cuando vivía aquí me trataba mal y mas de una vez hasta me pegó? dizque porque le llevaron chismes de que yo andaba poniéndole el cuerno.
-Bueno, señora ?le dije, riéndome- en realidad no culpo a su esposo porque usted es una mujer hermosa y atrayente? tiene usted bonita figura y es atractiva de verdad? quien la tenga por amiga puede considerarse afortunado ?le dije mientras me ponía de pie invitándola al mismo tiempo a que se quitara su ropa y se pusiera una delgada batita que usamos para explorar a las pacientes. Ella mi miró esperando instrucciones y yo, a propósito, tarde un poco para decirle algo, fingiendo ver con interés mis notas.
-Mira, Rosita? ¡Perdón por tutearte pero siento que así nos vamos a llevar mejor? ¿Tienes algún problema por eso? La bata es para que te quites tu ropa y luego te acuestes aquí en esta mesa de exploración para? revisarte bien.
-No, para nada? y tiene razón? ¡Tienes razón, perdón! así como que me siento mas en confianza- dijo Rosita y como si fuera la cosa más natural del mundo se quitó su ropa quedándose completamente desnuda frente a mi. No le dije nada, y solo sonreí cuando me acerqué a ella y como estábamos muy cerca uno del otro, simplemente acercamos nuestros rostros y nos dimos un beso que comenzó sencillo pero que se fue haciendo más y más cachondo a medida que pasaba mis manos por su hermoso cuerpo. Sus senos estaban grandes y no muy firmes, pero lucían un tremendo pezón en la punta que denotaba que Rosita estaba excitada porque se levantaban agresivos. Por otra parte, su vientre era plano y pese a tener algo de peso de mas, era estético y sin estrías o cicatrices, y al abrazarla ella solita alzó sus brazos para colocarlos detrás de mi nuca y recibí en la nariz el aletazo de un discreto olor a sudor, pero ese sudor fragante de la mujer joven y excitada sexualmente, y no el olor a sudor rancio de muchas de mis pacientes.
No hablábamos para nada y solo nos acariciábamos. Ella estaba desnuda por completo y abrió las piernas para facilitarme las caricias a su vagina. Su ponche estaba velludo pero muy mojado, y además, estaba limpiecito, lo que indicaba que se había acabado de bañar, y además, los jugos que destilaba eran poco densos pero abundantes de verdad, indicio de que estaba sana, algo muy importante en estos días de SIDA Y DEL PAPILOMA. Ella se apoyó en la cama de exploración y cuando pensé que se iba a subir para acostarse, se dio la vuelta y se inclinó, parando esas hermosas nalgas y con la voz ronca de la excitación, Rosita me dijo:
-Acaríciame las nalgas, papacito? tengo ganas de que me las sobes? también tengo ganas de que me lo hagas por atrás? ¡perdóname, pero se lo he pedido al pendejo de mi esposo y dice que de eso nada, que solo por adelante, papacito? tengo ganas de coger por el culito!
Yo no podía creer en mi buena suerte, y más porque el culito de Rosita estaba realmente rico, sin indicios de una almorrana siquiera, apretadito, fruncidito como a mi me encantan los culos femeninos, y aunque ella es morena, su culito estaba todavía mas oscuro que el resto de su cuerpo, así que con delicadeza comencé a sobar la entrada a su culito embarrándome el dedo índice con un poco de gel KY que empleo para explorar a los pacientes? y apenas estaba medio ahormando su culito cuando Rosita me tomó de la mano y casi me obligó a que metiera enterito mi dedo medio en ese ano que de verdad estaba ansioso de ser usado, y todo porque el marido se había ido dejándola como quien dice expuesta a todo tipo de tentaciones? y sin dinero.
Con el dedo en el culito hice que se pusiera de pie y se diera la vuelta. Era curioso y muy cachondo estar ahí con Rosita besándola en la boca mientras que uno de mis dedos hurgaba su culo, y con mi otra mano estimulaba su clítoris haciendo que sacara más y más jugos de su ponche hasta que vi que sus ojos se ponían vidriosos, debido a que estaba muy caliente. Con un gesto repegué mi vientre al suyo y ella bajó la mano apretándome la verga a través del pantalón. Bajó el cierre y luego me busco la verga hasta que me la sacó. Comenzó primero a acariciármela y luego a apretármela y a movérmela. Aunque lo hacia con cierta ansia era cuidadosa y luego se echó para atrás, zafándose mis dedos en la vagina y en su culito, y se hincó en el suelo para empezar a darme una mamada señorial, casi como las que me hace mi mujer, que es una maestra en eso.
Luego de un rato mamándome, y de sobarme los huevos después de haber terminado de bajarme los pantalones, Rosita se puso de pie y me volvió a besar en la boca. Pude apretar sus firmes nalgas y ella solita se frotó mi verga contra los vellos de su ponche. Me dijo en voz baja:
-Métemela ya? así estando yo paradita si quieres o me la metes por atrás? como tu quieras papacito. O si quieres, me acuesto para que me la metas como debe ser? ¡Me tienes muy caliente, mi amor? ahhhhg, tenia ganas de que me cogieras? mi amiga me dijo que lo haces riquísimo y es verdad? que diferencia de como me coge mi marido!
-Es que estas buenísima, Rosita? mira, ponte así, agachadita y para ese culito tan lindo, mi amor? mientras yo me pongo un condón.
-Si, mi cielo? lo que tu digas ?dijo y se volvió a apoyar con sus codos en la mesa y paró sus lindas nalgas. Luego, cuando yo me incliné sobre ella ya con el condón puesto, Rosita sola se abrió las nalgas para que el ano comenzara a dar de si. Se lo sobe un buen rato, con gel, y poco a poco fue haciéndose mas y mas elástico hasta que consideré que ya podía entrar mi amigo y se lo puse mero en al entradita. Ella suspiró, sonrió y solo asintió con la cabeza antes de empezar ella solita a menear su culo primero en círculos y luego de atrás a adelante hasta que poco a poco, sin prisas, mi verga empezó a horadar ese culito que, aunque Rosita era casada y tenia dos niños, seguía siendo virgen ¡Porque el marido creía que el culo no era para coger! Ni modo, así son las cosas y es por ello que a veces la mujer nos hace pendejos. Me vine en su culo a petición de Rosita y luego de estar un rato mas platicando, ella se vistió después de asearse y salió muy contenta. Conociendo su necesidad de dinero y de verga, le di un poco de dinero y prometí seguirle dando verga, ya que por fortuna ella goza cogiendo, y mientras el marido no la supla de todos sus necesidades, ella deberá encontrar con quien gozar del sexo. Mi correo para sus amables comentarios es
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