LE ENCHILE LA CUCARACHA A LUPITA
Hola amigos de esta pagina tan sensual; Quiero decirles que el sexo es maravilloso y cuando uno es joven a veces pasan cosas que tienen un sentido del humor que luego, años después, nos hacen reír. Cuando estudiaba medicina tuve oportunidad de trabajar en una clínica del DF en donde comencé a tratar a las enfermeritas, no obstante haber sido advertido por el patrón, un médico ya de cierta edad y medio amanerado, de que no me relacionara para nada con las enfermeras pero desde luego era una orden absurda ya que entre ellas había dos con un cuerpo sensacional y con una de ellas empecé a andar en plan de novios por un par de meses pero luego nos hicimos amantes y de verdad disfruté no solo de quitarle su quintito, que ella decía cuidar para el hombre que se casara con ella, sino que los dos teníamos ricos encuentros sexuales, lo mismo ahí en el sanatorio que por fuera, ya que era casi de rigor que el día de su descanso yo la llevara antes a algún hotelito, nos echáramos uno o dos palos y luego, ya bien cogidita, la ponía en el camión para que se fuera a su casa, allá por las colonias del Ex Vaso de Texcoco.
Tenia uno que andar a las escondidas de todos pero no falta, como dice el dicho, ?Un yo lo vi? y resulta que estábamos en el Metro Salto del Agua?, abrazados muy cachondamente cuando nos cayó un intimo amigo del patrón, un señor de nombre Pepe y la verdad nos sacó de onda pero no demostró haber sido chismoso y por fin nos convencimos Lupita y yo de que no le había dicho nada al patrón sobre nosotros.
Este tipo tenía una novia, una tal Lulú, bastante guapa, de pelito corto y rubia, lo que en cierta forma le daba a su cara bonita una expresión de traviesa. La esposa del patrón no soportaba a la tal Lulú y por eso esta chava rara vez acompañaba a Pepe a ver al patrón; Una vez que el patrón se fue a tierra por una urgencia, se hizo acompañar de su mujer y casi nos quedamos solos Lupita y yo. Fueron tres días en total y la verdad, durante el día todo era seriedad por el trabajo, pero apenas daban las nueve de la noche y cerrábamos, nos poníamos a coger ya sin recato alguno, al extremo de que los dos dormíamos encueraditos o cuando mucho ella se ponía una batita pero nada mas.
Se atravesaba un domingo, y Lupita y yo decidimos comer ahí porque así no gastaba ninguno de los dos. Compré carnitas y tortillas y estábamos ya por empezar a comer cuando llegó Pepe y Lulú. No sé si el sabría si el doctor estaba de viaje o no, pero el caso es que lo invitamos a entrar y vio que íbamos a comer, de manera que se auto invitó a acompañarnos.
Vio que era poca carne y me dijo que iba por más. Dejó a Lulú con nosotros y Lupita y ella comenzaron a platicar de todo y se reían. Pude darme cuenta que pepe y la chava estaban medio tomados ya pero como amigo del patrón había que atenderlo, así que no dijimos nada cuando Pepe trajo, además de las carnitas, dos six de cerveza.
Lupita me encargó que preparara yo los tacos y así lo hice pero al sacar la salsa algo derramé en mi mano sin darme cuenta, y comimos muy rico y nos tomamos dos cervezas cada quien. Lupita de plano no bebe o en ese tiempo no lo hacia ¡No sé ahora! Y se puso colorada y desinhibida, así que cuando Pepe dijo de bailar ella casi salta para empezar, ya que le encantaba bailar de todo. Al calor de las cervezas la música vi que Pepe y Lulú empezaban a fajar y me gustó la idea de ver en acción a la chavita así que me puse a hacer lo mismo con Lupita que, aunque se resistió un poco, terminó dejándose primero fajar, luego desnudar y finalmente, ahí en la sala del doctor, las dos parejas nos pusimos a coger, en lo que fue mi primera vez tipo SW ya que si bien no llegamos a intercambiar parejas, el hecho de estar ahí los cuatro, encuerados, y dejándose meter mano las dos como nosotros quisiéramos, les confieso que fue toda una experiencia para mi.
Hicimos de todo y terminamos cogiendo cada uno con su propia chica, y para esto nos retiramos cada pareja a un cuarto y no sé en realidad como haya cogido Lulú con Pepe pero yo con Lupita hicimos de todo, sin preocupación de que el doctor nos cayera o alguien mas. Además, me excitaba mucho saber que ahí mismo, detrás de una puerta, estaba Lulú encueradita dejándose coger por Pepe. El asunto es que estaba descansando del primer palo y Lupita estaba con su cabeza en mi brazo, y sentía sus senos pegados a mi mientras su mano sobaba mi verga y mis huevos, y en voz baja, Lupita me dijo:
-Oye mi amor? ¿Te lavaste bien las manos?
-Claro, cariño? tú sabes que pongo siempre cuidado en hacerlo así? ¿Por qué la pregunta mi amor?
-Es que me arde mucho la vagina? siento como chile mi amor? ¡A mi se me hace que no te lavaste bien las manos cuando te las manchaste de salsa? y por eso me arde la vagina y mi culito mi amor!
-Ay mi amor? ¡Perdóname! Debes tener razón? ¿Y ni siquiera con mi venida se te quitó el ardor?
-No, creo que me ardió peor cuando te veniste mi cielo, ¿A ti no te arde la verga, papacito?
-No mi amor, pero déjame cuidarte esa conchita tan linda ?le dije, hincándome frente a ella y abriéndole sus piernas- y me incliné para comenzar a pasarle lentamente la lengua por cada pliegue de esa vagina linda que por un descuido había enchilado. No pasó a más, pero en adelante, cada vez que cogíamos, Lupita me preguntaba, entre en serio y en broma:
-Mi amor? ¿No has agarrado chile hoy? Recuerda que el único chile que me gusta en mi ponche es el tuyo, cariño.
Es una anécdota bastante simple si ustedes quieren pero real al 100%... ¿Nunca les ha pasado a ustedes algo parecido? Si es así, ojalá y me la puedan compartir a través de mi correo electrónico:
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