Ya teníamos varios días sin coger por diversas razones. Mi trabajo es muy absorbente y además ella se quejaba de ciertas molestias pero el caso es que no cogíamos y aunque me daban ganas de masturbarme, preferí esperar, ya que tenia unas ganas tremendas de coger y que mi mujer me diera el culito. Solo una vez desde que nos casamos había yo metido mi verga en ese culo que a todos los hombres que la ven pasar se les antoja. Ella y yo llevamos una vida sexual plena y nos tenemos confianza, al extremo de que a partir de que me pego diabetes, ella sale con algunos amigos y hasta he tenido oportunidad de verla en acción, sobre todo cuando salimos de vacaciones, pero el caso es que la ultima vez que salimos un negro beliceño se la cogió por atrás y aunque era de los que calzaba grande, vi que mi mujer acepto tragarse la verga del negro por el culo, sin casi hacer gestos y eso me hizo pensar en cogérmela así.
Ella dijo que había cogido con el negro porque había bebido unas cervezas y aunque era verdad, lo platicamos y le dije de plano que aun así, si ella no hubiera querido, el negro no se la hubiera enchufado como lo hizo y hasta vimos de nuevo el video que grabe de ella con su amigo el negro y su tremenda verga. La invite a comer sabroso y nos tomamos unas cervezas, pero yo sabia que tenia que recurrir al Viagra y ya llevaba la tableta en la bolsa cuando salimos del restaurante rumbo al motel, ¡Porque ella dijo que aceptaba coger por el culo pero que lo hiciéramos en un motel! Me dijo que eso era para fantasear y que los dos nos imagináramos que estábamos con una persona distinta y les confieso que eso me prendió, de manera que aun cuando estábamos hospedados ya, nos salimos para ir a meternos a un motelito cercano.
En el Motel había de todo y puse la TV en donde pasaban una película Porno y desde luego ahí hacían el sexo anal. Ella se puso a ver la película y la comentamos mientras me acariciaba la verga que había sacado de la bragueta. Todo esto para seguir la fantasía de que estábamos con otra persona y debo decir que me pareció muy buena su idea porque de verdad mi mujer se fue poniendo cada vez mas cachonda y hacia comentarios sobre lo gruesa que la tenia el actor y la manera en que la chava se abría las nalgas para recibir esa viborota en el culo.
Los dos estábamos ya desnudos, porque a mi esposa le encanta andar así cuando llegamos o llega ella a un motel, y solo se deja unas chanclas para no contaminarse de algo en los pies. Ella es blanca y a sus 40 años tiene un cuerpo bien cuidado, además de que le gusta que le rasure la panocha cada cuatro o cinco días, de manera que siempre la trae bien linda y los labios vaginales se le ven hermosos, y entre ellos sale un poco el clítoris, que cuando ella se excita empieza a crecerle y es ahora si que como una lengua saliendo de su vagina, y además, ella es muy sensible en sus senos y le encanta que se los mame, y le succione los pezones, ya que se pone a mil, y ya dos veces ella me ha pedido que le succione los senos cuando otro hombre se la esta cogiendo y he visto que sus orgasmos son realmente tremendos y empapa la cama de tantos jugos que saca de su panochita.
A ella le agrada más la cerveza que el licor y considero que sabe tomar pero con el calorón que hace por el Caribe nos habíamos comprado dos six de cerveza Miller y rápidamente saqué dos del frigobar, una para ella y la otra para mí. Esa cerveza es sabrosa pero fuerte y mi mujer se entonó muy bien empezando a reír y a comentar lo que veíamos en la pantalla del cuarto. Ella comenzó a decirme que imaginara que éramos otras personas y con el pretexto de haber tomado la cerveza, eligió para mí el nombre de SERGIO, que así se llamaba su primer amante, o por lo menso el que tuvo cuando empezó a ponerme el cuerno. El hecho de que me llamara así hizo que yo me excitara, se los confieso, y aun sin Viagra mi verga se puso dura. Ella estaba recostada en la cama y coquetamente me llamó, diciéndome:
-Ven papacito. Muéstrame que traes colgando entre las piernas, Sergio ?y comenzó a zafarme el cinturón y luego de bajarme el pantalón me sacó la verga y continuó -¡Pero que cosa mas linda tiene mi Sergio para mí! Mira, mi amor, la tienes dura, mi cielo, y tengo ganas de mamártela.
Comenzó a sobarme los huevos y a meter mi verga en su boca. Me encanta cómo enreda su lengua en el glande y cómo voltea a verme a los ojos. Sabe que me encanta cómo me la mama desde que éramos novios, y además, tiene una forma muy especial de sobar los huevos que no solo a mi sino a todos los que se acuestan con ella les encanta. Con uno de sus dedos empieza a hurgar despacito el culo, y si yo o el hombre con el que esté cogiendo no dice nada o ella siente que afloja el esfínter, sigue adelante y es rico cuando mi mujer mete el dedo en el culo de uno y empieza a masajear con suavidad la próstata. Ella sabe el placer que me da con esto y además, cuando lo hace siento que mis huevos están a reventar de leche y cuando me vengo son enormes los chorros de semen que salen de mi verga.
La cara de mi mujer era la viva excitación, y sentir su dedo hurgando mi interior hizo que casi me viniera pero como dije, lo que yo deseaba y ella había aceptado, era cogérmela por el culo así que no iba a desperdiciar la ocasión viniéndome antes de tiempo. Me hizo ponerme en cuatro y ella no dejaba de masturbarme con la mano derecha y de pasar su lengua por mis huevos pero de repente ella dejó de hurgarme el culo y pasó lentamente su lengua por mi ano. De plano casi grito de placer pero solo le dije que estaba sintiendo rico. En voz baja pero ronca por lo excitada que estaba, mi mujercita me dijo:
-Mira mi amor, si quieres cogerme por el culito, primero me tienes que dar el tuyo, mi cielo. Créeme que tengo unas ganas enormes de meterte algo por tu culo? ¿Aceptas, mi amor? ?y para mantenerme caliente comenzó nuevamente a meter su dedo dentro de mi ano. Debo decirles que ya tiene tiempo, desde que ella comenzó a masajearme la próstata, que tengo el cuidado de lavarme perfectamente bien el ano y es más, casi siempre uso una perilla para que la parte final de mi culo esté perfectamente limpio, y ella lo sabe y dice que le agrada esto.
-Si mi amor ?le dije con la voz entrecortada por lo caliente que estaba ?pero? ¿Qué me quieres meter, mi amor? Ahora no trajimos ni los juguetes sexuales o el consolador que tanto te gusta.
-Tú no te preocupes, mi amor, que se me está ocurriendo algo. ¿Sientes rico de verdad cómo te sobo la próstata, SERGIO? ?dijo y el escuchar el nombre de mi primer Sancho hizo que mi culo se apretara. Ella lo notó y me dijo con dulzura ?No lo aprietes, cariño. Creo que el premio de metérmela por atrás vale la pena, cariño, y no es justo que rompas el encanto de este momento con celos. Lo que pasó ya pasó y además, nos tenemos confianza para poder darnos nuestros gustos en la cama? ¿O no es así, Sergio?
-Si, LUPITA, tienes mucha razón, mi amor, perdóname ?dije, usando el nombre de una de mis mejores amantes de cuando yo era estudiante ? pero dime qué me vas a meter, mi amor ?le dije ya mas calmado y entregado a lo que estaba sintiendo tanto en la verga, con sus manos tan hábiles, como en el culo, con su lengua repasando cada pliegue de mi ano.
-Espera un momento, Sergio. Voy por mi bolso de mano ?dijo mi esposa levantándose ágilmente y pude verla mover sus lindas nalgas mientras iba por su bolso a la cómoda. Luego de sacar algo se dio la vuelta y casi me desmayo cuando vi que entre las manos traía una verga de color negro pero por lo menos de 7 pulgadas de largo y casi dos de diámetro. Algo le iba a decir pero ella solo sonrió y me dijo:
-Mira la sorpresa que te tengo, Sergio? es una verga linda y además, tiene una especie de deposito, según me dijo el vendedor, y la voy a llenar de agua caliente, cariño? dice el vendedor que es como si se viniera la verga aunque solo carga agua y no se le puede poner algo mas espeso? como tu leche por ejemplo? ¡Me encantó, Sergio, y espero que la disfrutemos los dos, porque tengo muchas ganas de que, luego de que me metas tu verga por el culo me metas esto!... ¿Aceptarías, cariño?
-Si? claro que si, Lupita? ¡Todo lo que tu quieras hacerme mi amor, lo acepto! ?le dije, pero ya me imaginaba sintiendo mi culo adolorido por dejarme meter semejante cosota, y para acabarla de amolar, ¡Era negra! Mi mujer debió estar pensando en Sergio o en otro negro al comprar semejante cosota.
La llenó de agua caliente en el baño y regresó canturreando y con una enorme sonrisa en los labios. Se acostó a mi lado y comenzó a besarme como ella sabe hacerlo. Me hizo ponerme de lado frente a ella y que pusiera mi pierna derecha sobre su cintura, y así, ella comenzó a hurgarme el culo pero ya se había puesto en los dedos un gel. Sentí babosos sus dedos y ella, sonriendo, solo me dijo:
-Si Sergio, es un gel, porque ni modo de meterte esto así nada más, mi amor, ¡Hay que ir aflojando el culo poco a poco y así también me lo vas a aflojar tú a mi! Anda mi amor, ponte flojito-dijo, y siguió besándome. Luego, me dijo en voz bajita ?mira mi cielo, ponte de a perrito y para tus nalguitas- a lo que obedecí de inmediato.
Ella se hincó atrás de mí y comenzó a masturbarme mientras hurgaba mas y mas mi culo con sus dedos llenos de gel. De repente ella me dijo:
-Mira mi amor, ya te entran tres dedos, mi cielo? ¡Yo creo que ya puedo intentar meterte esto! Anda mi amor, flojito y cooperando por favor ?y así comenzó a meter lentamente esa cosota dentro de mi culo. Sentí dolor, es verdad y hubo un momento en que de plano pensé en decirle que mejor no pero como ella es mujer de palabra, sabia que después ella me iba a dar el culo y de verdad tenia ganas de cogérmela por el agujerito trasero desde hacia tiempo. En ese momento pensé que primero le metería la verga de plástico y ya con el culo holgado yo le metería mi verga pero de inmediato pensé que entonces sentiría su culito aguado y no recibiría esos apretones a los que me acostumbré cuando podía yo cogérmela seguido.
Estuvo hurgándome el culo por un buen rato y me sobaba los huevos o me masturbaba mientras esa vergota se iba metiendo poco a poco dentro de mi intestino. Ya no sentía tanto dolor sino mucho placer ya que mi mujer inclinaba la verga para que yo sintiera el masaje directo en mi próstata. Por fin, ella dijo con acento triunfante:
-¡Ya te entró toda, mi amor, lo logramos! Mira nada mas que lindas se te ven las nalgas con eso metido en el culo, mi amor? ahora voy a meterlo y a sacarlo para que imaginemos que te está cogiendo uno de mis amigos negros? ¿Sale? A ver mi amor, ponte flojito y no aprietes el culito, cariño? así mi cielo, ponte flojito? ¡Te entra y sale con facilidad, mi amor, hasta parece que eres puto de tan rico que te entra!
-No juegues con eso, Lupita? si me dejo es porque te quiero y me gusta disfrutar del sexo contigo en todo, pero no me digas eso, por favor.
-Oh, vaya, no te enojes, mi amor? ¡Es solo una broma! Pero déjame disfrutar de esto que no es de todos los días? mira, te voy a mamar la verga, abre tantito las piernas para que yo me acueste y meta mi cabeza entre tus rodillas.
-No, mejor así nada mas, porque estoy muy caliente mi amor, y si me mamas me puedo venir y me voy a quedar con las ganas de meterte mi verga por el chiquitín, m amor- le dije, porque me conozco y sé que estaba muy excitado de verdad, pero ella dijo entonces:
-No es problema, mi amor, es mas, quiero que te vengas con la verga en el culo. Si no se te para como para cogerme, mi amor, no hay problema, cogemos mañana y te prometo que antes de regresar a Acayucan me la vas a meter por el culo, te vas a venir dentro de mi cola papacito, además, como premio, voy a mamártela hasta que te vengas en mi boca, como antes? ¡Te acuerdas cómo te viniste en mi boca cuando éramos novios?
-Claro que me acuerdo, cariño. Pero ten cuidado y no me la muevas mucho porque me va a doler el culo y ni sentarme voy a poder ? le dije y me puse a disfrutar realmente de lo que mi mujer me estaba haciendo. Con la verga ensartada en mi culo me hizo ponerme boca arriba y con las piernas flexionadas y ella hincada a mi lado me besaba en la boca, me succionaba las tetillas y me mamaba la verga sin dejar de meter y sacar la enorme verga de mi culo. De repente le dije que ya no aguantaba más y mi esposa, sonriendo, me animó diciéndome:
-Anda mi amor, vente ya cariño? quiero ver cómo te sale la lechita mi cielo? échamela en la boca, Sergio ? e inclinándose un poco metió mi verga en su linda boca y comencé a venirme en grandes chorros. Ella se tragó enterita la venida y luego de deglutir el semen, cosa que sabe que me pone cachondisimo, sonrió y me dijo:
-Ay, Sergio? ¡Se ve que traías el tanque lleno, mi amor! Haz de haberme echado cuando menos un litro de leche, mi amor, y además, parece leche condensada de tan rica que sabe? hummm, y mira, la vergota negra sigue durísima y también quiere venirse? ¿Quieres sentir una venida en tu culo, mi amor?
-Si mi cielo? ¡Para ver qué se siente, Lupita!
Y entonces mi mujer apretó una especie de botón y sentí en el culo un tremendo y caliente chorro de agua. La impresión es fuerte y por unos segundos me sentí sorprendido de verdad pero créanme que lo disfruté mucho, y además, si he de serles sincero, esa es una forma un tanto difícil peor efectiva de enjuagar por completo el interior del culo, algo perfecto cuando se trata de practicar el sexo anal. Luego me sacó la verga del culo. A diferencia de una verga de verdad, la de plástico no perdía rigidez y al sacarla se siente un poco feo porque duele pero la verdad es que disfruté de la cogida que me dio mi mujer. Po supuesto, al día siguiente ella se dejó coger por atrás y les confieso que sentí un poco de celos cuando ella tenía la vergota negra dentro de su culo y, ya muy caliente y con tres cervezas encima, decía a un imaginario SERGIO:
-Así mi negro, métemela sabroso por el fundillo, así, déjame apretarte la verga papacito? así mi negro, hazme sentir rico el fundillo, mi amor.
Sé que a mi mujer le gustan los negros, es verdad, pero se también que aquel negro, SERGIO, su primer amante, en realidad se la cogió porque yo la descuidé como mujer, Le daba todo en lo material pero una mujer quiere atenciones y sobre todo, estar bien cogida siempre? y yo no me la cogía como debía ser, dejando la leche en las panochas y culos de otras mujeres. Por fortuna mi esposa me perdonó y yo a ella y vivimos una vida sexual placentera de verdad.
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