Sacrificandome por una deuda de mi madre

Me llamo Jaqueline, tengo 35 años estoy casada y tengo un hijo; mi vida es normal y si bien mi esposo no gana mucho dinero, no nos falta un pan en nuestra mesa, esta historia ocurrió hace un tiempo y quiero compartirla con ustedes. Recuerdo que era verano y salí con mi hijo a visitar a mi madre con mi hijito aprovechando el buen clima, por desgracia la encontré llorando desconsoladamente (ella tiene 65 años). Que paso mama??? Pregunte, ella entre lágrimas me contaba que el negocio que tanto dinero le había costado levantar a mi padre, años de esfuerzo y dedicación se venía abajo por las deudas y una amenaza de embargo por orden del banco. Habían pasado los 90 días de gracia del banco y a pesar que había hecho llamadas y hasta había suplicado a unos tíos que tienen buena posición nadie la había querido ayudar. Me quedan 48 horas para saldar la deuda de 5000 dólares que me queda con el banco Jaqui es lo único que me queda de tu padre, mi único sustento….. no paraba mi madre de llorar. Sin querer mi mirada se posó en la foto de mis padres y mía de 8 años, y se me vino el mundo encima. El sonido del teléfono me regreso a la realidad de golpe. Pedí a mi madre contestar yo misma y pude escuchar una desagradable voz, era el director de la sucursal bancaria donde mi madre tenía el crédito que debía pagar. Debido a la edad avanzada de mi madre quede yo misma en pasar lo antes posible por su despacho para evaluar alguna otra forma de solución. Deje a mi hijo con mi madre y me dirigí a la oficina, el director de la oficina era un hombre desagradable a la vista. José Antonio, así me dijo que se llamaba, era todo lo contrario a un sex symbol, era bajito, con barriga cervecera, calvo y sudoroso, a todas horas estaba limpiándose con un pañuelo el sudor que bañaba su grasienta cara. Ni siquiera se molestó en darme la mano y me indicó que me sentara. Me miró a la cara durante varios segundos y se dedicó a hablar. -Mire Señora, la situación es crítica. Dentro de dos días la empresa de su madre ingresará en el registro de morosos con lo que eso supone.
Particularmente me da igual lo que pase con ella, pero los peces gordos del banco me están presionando para que acabe con todos los morosos de la sucursal. Yo bastante preocupada le pregunte que podíamos hacer, esa empresa había sido fundada por mi padre y era el único sustento de mi madre, no sabía que las cosas estuvieran tan mal y yo no contaba con dinero para poder ayudarla, me sentía muy impotente. Al parecer mi angustia, le causaba mucha gracia a ese tipejo porque luego de oírme suplicarle una y otra vez por mi madre, se acomodó en su sillón y me empezó a hacer una serie de preguntas: -¿Cuántos años tienes, Jaqueline? -35, pero no sé qué tiene eso que ver con lo que estamos hablando. -¿Está casada?, ¿tiene hijos??? - Si estoy casada y tengo un hijo pero no entiendo a qué viene el tema. -Te conservas muy bien para haber tenido un hijo -Mire, ¿a dónde quiere ir a parar? -Te estoy proponiendo una forma original de saldar la deuda de tu madre. Por mi mente pasó rápidamente una opción que deseché por descabellada. -Es lo que estás pensando, Jaqueline, quisiera que lo consideres El corazón se me desbocó, ¿aquel gordo depravado me estaba proponiendo esa locura? Abrí la boca para contestarle pero me cortó. -Déjame que te lo explique más detalladamente. Tú y yo hacemos algo juntos, yo ingreso el dinero que necesita tu madre a su cuenta y nos olvidamos de todo. Es una solución rápida y adecuada para los dos. Tú saldas la deuda y yo paso un buen rato y evito problemas con los jefes. -Yo le conteste muy indignada: Mira no sé qué imagen tendrás de las mujeres pero te sorprenderá saber que no todas nos rebajamos a vendernos a tipejos por dinero, sólo tengo que denunciarlo y avisar a mi marido lo que me está proponiendo y por muy director de banco que sea le partirá la cara y se ira preso. Si no aceptas lo que te pido la vida de tu madre se irá a la mierda, he estado revisando los extractos de su cuenta y parece que vive por encima de sus posibilidades- sacó unos folios con los movimientos de mi madre y empezó a leer… ¿de verdad crees que tu madre pueda mantener este nivel de vida cuando le embarguemos la casa? Me sentía mareada, ese pervertido me estaba chantajeando, por más hija que fuera no sería capaz de tal acto. - Date prisa en decidir mujer, porque en 48 horas le pueden quitar la casa a tu madre. Respondió ese tipejo Una lágrima de impotencia bajo por mi rostro… Cuando sería? Pregunte resignada. -No te queda mucho tiempo, mañana por la tarde. Y será en tu casa. Búscate cualquier excusa para deshacerte de tu marido y tu hijo, no me importa lo que inventes. Yo ingresaré el dinero en la cuenta de tu madre después y no volverás a saber de mí ni yo volveré a preocuparme por la deudora de tu madre. -No, quiero que me entregue en billetes el dinero, no confió en usted. -Está bien, como quieras. He estado con muchas putas a lo largo de mi vida, pero tú eres la más cara, así que espero que te portes bien. Ahora lárgate y guarda fuerzas para mañana por la tarde. Completamente humillada, salí de su despacho, me puse unas gafas de sol para ocultar mis lágrimas y volví a mi casa….. Durante todo ese día logré ocultar mi vergüenza con mi madre, con mi marido y mi hijo, creo que no se dieron cuenta, le pedí a mi esposo que al día siguiente por la tarde se llevara a mi hijo al zoo para que yo pudiera pensar en soluciones para mi madre porque estaba muy desesperada. A las siete de la noche me llegó un mensaje a mi teléfono móvil. \"Hola zorrita soy José Antonio, mañana quiero que me recibas vestida como lo que eres, una puta cualquiera. Asegúrate de estar con minifalda, botas y escotada. Estoy guardando fuerzas para mañana por la tarde. Un beso donde tú quieras\" A lo largo del día me envió más mensajes todos de carácter obsceno que me humillaron de mil maneras. Por fin pasaron las horas y llegó el momento. Mi marido se había llevado a mi hijo al zoologico. Yo tuve que cumplir los deseos del pervertido y me vestí para la ocasión con la peor de las vergüenzas. Elegí una minifalda vaquera que no me ponía desde hace años y que me quedaba muy ceñido a mi cuerpo, unas botas con los tacones bien altos y una camiseta bastante sexy. Las horas se me hicieron eternas hasta que oí el timbre de la casa. Me miré en el espejo, me arreglé un poco el pelo y corrí a la entrada. Abrí la puerta y me lo encontré, iba con traje y corbata, seguramente vendría directamente del banco, como estábamos en verano transpiraba de una manera repugnante. Con los tacones le sacaba casi dos cabezas de altura. -Buenas tardes Jaqueline, ¿me permites que te de un beso? Se puso de puntillas y lamió mi mejilla con su lengua, el aliento le olía a alcohol. Cerré los ojos de asco y le acompañé al salón. -Bueno, tenemos toda la tarde por delante, ¿qué te parece si me sirves una copa para empezar? Fui a la cocina y le prepare un trago. Al servírselo en la mesita de centro, aprovecho para acariciar mis piernas y sobar mis nalgas. -Ojala mi mujer se cuidara tanto como tú estás muy buena, que festín me voy a dar, decía todo esto mientras movía la copa para que los hielos se disolvieran para luego terminarse de golpe el trago y luego me miró de arriba a abajo. - Quiero que hagas un striptease delante de mí. Ahora, vamos Tarde un poco en reaccionar, estaba paralizada por la situación y al borde de la náusea. -¡dije que vamos, empieza o me largo! Me puse de espaldas a él y empecé a moverme provocativamente despojándome de la poca ropa que tenía. Primero me quité el sujetador y mis tetas saltaron al aire, después me quité la minifalda y fui dejando caer mi tanga poco a poco hasta que mi nalga quedó desnuda. Cuando estaba totalmente desnuda me puse en cuatro para mostrarle mi entrepierna. Gire mi cabeza y pude verlo como se masturbaba con fuerza. Se levantó del sillón y se acercó a mí, con una mano me manoseaba y con la otra se masturbaba. Sentía su sudorosa mano en mis tetas, mi nalga, y mi cara. Cuando estaba a punto de correrse se agarró la verga con fuerza para evitarlo. -Vamos a tu habitación Me puse de pie y fuimos hacia el dormitorio, él me seguía y me tocaba mis nalgas, lo piñizcaba haciéndome doler, yo solo deseaba que todo pasara lo antes posible. Me vi reflejada en los espejos de mi casa, yo desnuda seguida por un gordo con cara de pervertido, ¡si me viera mi marido! Me tumbé en la cama y esperé a que se desnudara. Con esfuerzo se quitó la ropa, primero el cinturón, después los pantalones y los calzoncillos, me sorprendió el diminuto tamaño de su verga, por último se deshizo de su camisa. Tragué saliva para contener la náusea ante aquel horrible y fofo cuerpo, se subió a la cama y yo me puse a cuatro para que me la metiera lo antes posible. -Que lista eres zorrita ¿te crees que me voy a ir sin que me la chupes? Me agarró del pelo y guió mi cabeza hacia su pene, a pesar de que estaba notablemente excitado no podía mantenerlo completamente erecto, le hice una mamada que le debió de gustar a juzgar por sus gemidos, yo intentaba imaginarme que lo estaba haciendo con mi marido pero cada vez se me hacía más insoportable. Por suerte no esperó a correrse y me dio muestras de que quería metérmela ya. -¿No tienes condones? Pregunte asustada. -No, me correré fuera, respondió ese viejo sonriéndome Yo no tenía condones en casa pues tomaba la píldora pero me daba asco que ese animal me cachara sin precaución. Iba a protestar cuando me metió su pene de un golpe, aunque apenas lo noté. Empezó a cogerme de las caderas con fuerza y con mucho esfuerzo, a los pocos segundos noté como su erección no daba más de sí y su pene se volvió flácido. Avergonzado lo sacó y lo miró como si esperara que creciera por arte de magia. Yo me sentí aliviada pensando que esta pesadilla ya había terminado, pero ese viejo tenía otros planes: Sabes Jaqueline hace mucho que no pruebo una como la tuya, así que no desperdiciare la oportunidad y empezó a reír…. Yo no sabía a qué se refería cuando se acomodó en la cama y con sus dedos separo mis labios vaginales y comenzó a pasar su lengua por mi entrepierna. Si este viejo gordo era desagradable a la vista y tenía un pene muy pequeño, pues su lengua era todo lo contrario, empezó haciendo movimientos muy suaves que empezaron a producirme un cosquilleo para nada desagradable, su lengua recorría bastante suave mi entrepierna y se dedicaba a lamer y chupar cada centímetro de mi vagina sin tocar mi clítoris… empezó a sentir calor en todo mi cuerpo y mi sexo empezó a emanar fluidos que gustoso recibía y lo animaban a seguir succionándome… Te gusta no perrita????, ya verás cómo gozas con mi lengua…. Trate de poner mi mente en blanco pero mi cuerpo no me respondía para verme yo misma moviendo mi pelvis muy suavemente al ritmo de sus lamidas, trataba de ahogar mis gemidos, ese viejo me estaba haciendo el mejor sexo oral que había recibido, nunca había disfrutado de esa manera ni siquiera con mi esposo. Vamos perrita síguete mojando para mí que me encanta el sabor de tu sexo, me dijo sonriendo y volviendo a hundir su rostro en mi entrepierna, no pude aguantar y me arranco un gemido que me hizo erizar toda mi piel. Ese hombre empezó a utilizar sus dedos para estimular mi vagina y empezó a darle tratamiento a mi clítoris mientras me arrancaba gemidos que no podía callar una y otra vez… mientras movía mis caderas buscando un mayor contacto con su boca…. Debemos haber estado casi 20 minutos cuando ya no aguante y le dije que me venía mi orgasmo, el tipo sonrió y me hundió un dedo en el ano, otro en la vagina y su boca en mi clítoris y empezó a masturbarme provocándome que grite y chille de placer pidiéndole mas y más hasta hacerme llegar a un fuerte orgasmo haciéndome temblar y caer casi inconsciente. Cuando desperté luego de unos minutos lo vi lamiéndome mi sexo muy suavemente. (a este tipo sí que le cae bien esa chapa de viejo sopero, me dije a mi misma) al ver que estaba despierta me puso su pene en mi vagina y siguió con su penetración, cosa que sinceramente ni siquiera sentí, debe haber durado unos minutos más, aunque creo que no pasó ni un minuto cuando anunció que iba a eyacular. Por suerte cumplió su palabra y no se vino dentro de mí, sacó su pene de mi vagina y procedió a correrse sobre mis tetas y mi pecho. Quedé desnuda, humillada y cubierta de semen en la cama donde dormía con mi marido.
-He de reconocer que he pagado por muchas putas antes que tú pero debo admitir que tú te llevas el primer premio, Jaqueline; que deliciosa vagina tienes ha sido un gusto - dijo mientras se vestía Yo empecé a llorar al darme cuenta de lo que le había hecho a mi marido y a mi familia. Cuando estaba a punto de irse arrojó sobre mi desnudo cuerpo un fajo de billetes: 5000 dólares. -Toma, tu dinero, que no se te olvide ingresarlo mañana o tendrás que volver a disfrutar de mí para que no te incluya en el registro de morosos. Sin más salió de la habitación y oí como cerraba la puerta de mi casa y se marchaba. Estuve casi una hora duchándome, me sentía sucia por lo que le había hecho a mi marido, por haber vendido mi cuerpo para pagar una deuda en vez de mantener la dignidad. Cambié las sábanas de la cama y a las dos horas llegó mi esposo con mi hijo. Por suerte no notó nada a pesar de que estuve al borde del llanto casi toda la tarde. Esa misma noche le entregue a mi madre el dinero diciéndole que había empeñado mis joyas y mi anillo de matrimonio. Ella lloro y me abrazo agradeciéndome por ese sacrificio, antes de irme me dijo unas palabras que me hicieron sentir de lo peor: Hija tu padre desde el cielo debe sentirse orgulloso de ti… Gire a verla a los ojos y solo le dije…. Sé que es así madre cuídate mucho y no vuelvas a endeudarte.