Autor: cleopatra27 | 26-Jan
Nunca había escrito esto, en realidad jamás he comentado a alguien de lo que sucede realmente en mi matrimonio.
Mi nombre es Robinson, tengo 27años, siempre fui muy celoso con las novias que tuve, hasta con la que es mi esposa actual, pero todo cambio tan de pronto que siento no conocerme, no sé si siempre fui un cornudo y no lo aceptaba o simplemente era un destino que decidí aceptar por amor.
Es que Claro que debía ser celoso con Vanessa, ella es delgada, pequeña cintura, senos pequeños, con un rostro hermoso, con labios voluminosos, y una forma de vestir muy sensual. Su trasero es grande y redondo, y con esos vestidos tan cortos roba las miradas, le gusta vestir muy sensual. Aunque nunca se ve como puta, ya que tiene cara de inocencia, al menos para mí su rostro refleja inocencia.
Ambos teníamos 24años cuando nos casamos, y ella siempre supo que soy celoso, ella no es una chica de ciudad así que era muy sumisa, sin embargo poco a poco dejo ver su carácter dominante a medida que avanzaba la relación. Al año de estar casados me ascendieron en la empresa a Gerente de finanzas, llegue a mi departamento a la hora acostumbrada y quite los múltiples seguros para poder entrar; pues ella no poseía llaves para que siempre me tuviera que esperar para poder hacer cualquier cosa fuera de casa. Me recibió con mucho cariño como siempre y le conté de la noticia y además que iríamos a otra fiesta con mis jefes. Siempre nos reuníamos en la casa de algunos de los pocos superiores que tenía en la empresa en España. Siempre me exigían que fuera con mi esposa por ser una reunión familiar, aunque ellos no tenían pareja.
Nos arreglábamos y ella se coloco un ajustado y corto vestido, su trasero tan paradito levanta el vestido más de lo normal, así se dejaba ver más al descubierto sus muslos y casi el inicio de sus nalgas. De ropa interior solo una diminuta tanga (Enlace de Foto: ) Yo la miraba y le decía que no me gustaba que se vistiera así, pero en ese aspecto era lo único que no me hacía caso. Al llegar la celebración fue normal, mi esposa bailaba toda la noche con diferentes hombres, eso me llenaba de celos pero aparentaba ser un hombre tolerante, me molestaba cuando le coqueteaban al oído y ella sonreía, pero siempre me sucedía lo mismo, me quedaba dormido o medio dormido. Es que no estaba acostumbrado a beber licor.
Pero mis buenos amigos me llevaban a la casa, y en la mañana todos los celos del día anterior explotaban, pero al tiempo ya se volvía a calmar, era una especie de ciclo en la relación. Una de las cosas que trajo el ascenso era mudarnos a Colombia. Los dueños principales de la empresa son colombianos, y trabajaría directamente con uno de ellos.
Yo me consideraba racista, y me llenaba de coraje que los dueños de la empresa fueran unos negros enormes, que presumían de extrema elegancia. Al momento de viajar nos fuimos con quien sería mi jefe en su avión privado, mi esposa lo saludo con esa carita inocente y sensual y el con su cara de sádico. No era la Primera vez que se veían, pero en verdad a aquel hombre yo lo odiaba. Los días transcurrían sin problemas en Colombia; el problema era que vivíamos en el mismo hotel al cual trabajaba, era una suite muy buena, pero no podía dejarla encerrada como en España. Lo que menos me gusto fue cuando me dijeron que mi esposa comenzaría a trabajar con Yandi, El Negro Que nos trajo en su avión privado, y ella sería su secretaria. Sin embargo por miedo a él y a no perder el alto ingreso que percibo aun de su empresa no reclame.
Pasaron los días y todo normal en la relación con mi esposa, siguió siendo muy complaciente conmigo, y tolerante con mis celos. Realizamos una fiesta en la suite de nuestro jefe y en la mañana mi esposa dormía a mi lado, aun estábamos en la suite de mi jefe y un gran desorden entre botellas y celulares. En una cama estaba yo con mi esposa, y en la otra cama miraba a mi jefe medio desnudo dormido.
Era un negro de 2metros de alto, muy robusto, su contextura era muy gruesa, desde sus piernas, sus brazos y en ese momento mientras miraba corrobore que también su pene cumplía con la robustez del resto de su cuerpo. Mi esposa dormía boca abajo y con el vestido hasta la cintura, así que dejaba sus nalgas a la vista, luego observe que su tanga estaba en medio de la habitación, allí me moleste, pero no supe cómo reaccionar, así que me calle, me levante y al observar el culo de mi esposa note que estaba con rastros de semen. Nervioso aun por la situación y sin saber que hacer me puse como un tonto a buscar más pruebas de su infidelidad. Tome la filmadora de mi jefe y vi con claridad lo que sucedió, mientras yo dormía, al lado de mi, en la misma cama, estaba mi esposa con las piernas abiertas siendo follada de forma salvaje; ella gritaba y gemía como jamás lo ha hecho conmigo. Y en realidad habían muchos más videos, parecía una colección porno interracial.
En ese momento despertó mi esposa y me vio revisando la filmadora, ella no se altero, me dijo dulcemente al oído: Te amo? -esas palabras me estremecieron y llore como un niño. Siempre estuve buscando su infidelidad pero aun en este tiempo no se conque intención buscaba eso. Si por comprobar que soy cornudo o por que anhelaba ser cornudo.
Nos levantamos calladitos y nos fuimos a nuestra suite, y seguimos nuestra vida normal, bueno, no tan normal, ahora más de forma más sincera.
Ahora la reuniones son más sencillas, viene mi jefe solamente, preparamos música, una buena cena, y ahora yo disfruto de toda la fiesta, aunque sea viendo, porque lo que hago es ver.
En medio de bailar una canción romántica a media luz, se detienen, él le sube el vestido, ya no se pone tanga, así que ella solo debe derriba se en el sofá y abre sus piernas. El introduce su polla inicialmente con suavidad, luego el ritmo aumenta hasta que sus gemidos dominan el lugar.
En ese proceso ella y el quedan sin ropa. El arremete contra ella como si fuera una guerra, y después de tener ella varios orgasmos el logra eyacular.
Duran unos minutos abrazados besándose, es quizás tan solo un receso, el se levanta, ella se arrodilla y sale otra vez una serpiente oscura de mas de 20centimetros, gruesa y goteando, aunque aun esta medio dormida es enorme. La boca de ella se abre y la recibe, saboreando un enorme pene, masturbando con su boca en forma apasionada como si su vida dependiera de ello. Besa el pene desde la punta hasta el final, sus testículos que son como un par de pelotas de beisbol, no queda nada sin besar.
Cuando está bien parado él la levanta y le dice: ponte en posición. Ella se pone de espalda a el, y toma una posición en la cual deje facilidad de ser penetrada por detrás. Una vez en posición ella pone a disposición su culo, el pone poco a poco su punta babosa en la entrada, su entrada lenta excita en gran manera, el se muerde los labios y su polla se le notan mas las venas, ella gime suave pero profundo, con gran pasión, y mis ojos se abren mientras que mi mano masturba mi pequeña polla por encima del pantalón.
Y aunque las posiciones varían parecieran estar unidos ella y el, pareciera que ella aprieta el culo para que el no pueda sacar su polla, y el no hace esfuerzo alguno por sacarla. He visto esa imagen muchas veces, tanto que me gusta y hasta lo invito a él o a otro de los dueños a mi suite. Y aunque sigo siendo un empleado, soy el consentido por ellos. Lo malo que veo que cada día abundan más hombres en nuestra vida. Pero cada vez que ella me dice: Te amo, a pesar de todo. ?me derrito y sigo el juego que quizás yo empecé.