Autor: anonimo54585 | 15-Nov
Les voy a compartir mi historia, como puede experimentar lo que siente mi hermana con el hombre que tiene.
Mi hermana ya tiene un tiempo de casada y su hombre es bastante atlético, imposible pasarlo por alto. El cocina bastante delicioso y por experiencia se que estas cualidades se replican a la hora del sexo, por eso desde hace algún tiempo buscaba la forma de comérmelo y la ocasión se dio un día que decidí devolverle las atenciones culinarias que había tenido para conmigo.
Ese día lo invite a almorzar a mi casa, y me prepare como nunca, sabía que tal vez era la única oportunidad de tener una comida deliciosa con él.
Cuando llegó y le abrí la puerta me saludo y no pudo dejar de fijarse en mí, yo estaba con una falda corta, descalza y con mi cabello negro aun húmedo, porque hacía poco había salido de darme una ducha para estar tan fresca como pudiera. Con su mirada, supe que todo iba según lo planeado. Luego de almorzar, estábamos conversando acompañados de un par de cervezas, le pregunte: bueno y que te pareció? Él no dudo en responderme: Delicioso!, ah entonces ya podemos unirnos nuestras aptitudes para hacer preparaciones aun mas deliciosas, le dije yo descruzando mis piernas y dejando ver un poco las braguitas blancas que me había colocado para la ocasión. El comenzó a ponerse intranquilo y a sudar, yo para calmar un poco la situación, le dije que también me parecía que él tenía muy buena sazón y etcétera otras cosas no me hicieran ver como la zorra que llevaba por dentro y que se lo quería devorar. El se ofreció a ayudarme con la limpieza de los platos y fue ahí cuando aproveche a jugármela toda: me acerque por detrás, con una de mis manos le acaricie el pecho mientras con la otra palpaba su pantalón y le susurraba: aun falta el postre... El soltó inmediatamente lo que tenía en la mano y me dijo: cierto que hoy no me invitaste solo a comer sino también para que te comiera? mientras me miraba con lujuria desde la punta de mis pies descalzos. Mi forma de decirle si fue tomarlo de la mano y llevarlo al sofá, allá me arrodille y saque su miembro, el cual tome entre mis manos y lo lleve a mi boca para que terminara de estar como yo quería.
Dios, que bombón el que me estaba chupando!!! Su verga no paraba de crecer y lubricarse en mi boca, se puso enorme. De repente no aguantó más y se paró del sofá para ponerme en pie mientras me subía mi faldita, entonces el pudo ver mis bragas y me sentó de un empujón en el borde del sofá para agacharse frente a mí y lamerme lujuriosamente mi sexo. Dios, que era eso! mi raja esta como un M&M derritiéndose en la boca de mi cuñado quien no paraba de deleitarse con mi sabor. Ahora fui yo quien no soporte los calambres en mi vagina, me pare lo termine de desnudar, y mientras se sentaba en el sofá me quite las bragas y quede completamente desnuda y vulnerable frente a él y me senté sobre esa enorme verga para cabalgarlo como una loca, que verga Dios mío la que tenia entre mis piernas, nunca había sentido que me tocaran tan adentro de mi. El no paraba de acariciarme el trasero y los muslos, esto me excitaba aun más. El clímax vino cuando de repente se paro mientras me cargaba y de pie me ensarto su miembro hasta el fondo, yo me colgué como pude y tuve el más maravilloso orgasmo abrazando su torso con mis piernas.
Me baje de esa maravillosa verga para arrodillarme y saborear en su miembro el sabor del orgasmo que me había dado. Luego, me puse en cuatro sobre el sofá mientras le dije: Dame desde atrás! Me lo empujo hasta el fondo, mientras se deleitaba con mi trasero... Me dijo: Quiero estallar! No, por favor, todavía no, le respondí y le pedí que se sentara de nuevo en el sofá y de espaldas a él lo cabalgue... Esa verga era tan inmensa que pude hacer lo que siempre soñé con un hombre: montarlo de forma inversa para que su miembro me rozara al entrar esa parte mi raja donde las cosquillas me hacen temblar y estallar de placer... Yo prácticamente hacia sentadillas sobre sus muslos y su verga mientras él me halaba hacia abajo para que yo me clavara su estaca. El comenzó a jadear mientras me susurraba: me vas a hacer venir... Yo le dije: hazlo, tu leche quedará en familia mientras acelere mi ritmo sobre su verga hasta sentir que un disparo enorme de semen lleno mi concha desde el fondo.
No podía creerlo, la fantasía erótica que tanto tuve con mi cuñado al fin se había cumplido, y yo estaba con él y tendidos sobre mi sofá chorreando su leche tal como lo disfruta mi hermana.
Este delicioso postre lo hemos repetido en otras ocasiones siempre añadiendo nuevos ingredientes a nuestro plato sexual.
PD. Discúlpame hermana, pero tienes un platillo y una tentación inmensa en tu cama cada noche ;-)