Autor: Hoda | 11-Oct
Mi vida era muy tranquila hasta que una amiga que le gustaba viajar mucho me inició en la búsqueda de alojamiento con amigos por chat. Mi amiga es muy bonita y delgada, yo encambio soy simpática y entrada en carnes, sin embargo tengo un don que me ha traido suertes y desgracias. Mis curvas están todas bien ubicadas, una latina con bastante derrier, carita redonda come-años, muy sociable y coqueta, los idiomas son fáciles para mí así como memorizar nombres por lo que donde voy gano amigos y admiradores. Esta personalidad me rinde con los clientes en mi trabajo por lo que vivo holgadamente en un departamento para mi sola. En fin, cuando empecé a chatear con desconocidos me aburrí pronto porque la gente solo buscaba sexo virtual, así que busqué personas mas jóvenes y de tierras lejanas. Entonces conocí a Medo, un joven musulman 5 años menor a mi que jamas en su vida habia probado alcohol, no habia estado con una mujer y estaba aprendiendo ingles. Pasábamos horas y horas conversando, me fascinaba su inocencia y saber de su cultura, haciamos video chat para compartir las cosas cotidianas, comíamos juntos, cantábamos, yo le envíaba regalos de mi pais solo para ver por video cuando abriera los paquetes porque verlo sonreir iluminaba mi día.
Yo estaba muy metida y él tambien, poco a poco la familiaridad que tenía hacía que yo me cuidara menos en mis vestimentas y él podía verme en ropa ligera o pijama. Yo lo hacía con mis segundas intenciones porque de antemano sabia que el solo ver mi cabello suelto, mis labios, o mis caderas ya le causaban sensaciones a él. Era muy respetuoso pero aun asi me pedia que me alejara con cualquier excusa de la cámara, entonces el veia con deleite mis piernas al caminar. Imagínense ustedes que él no podía ver eso normalmente en su entorno, eso me convertía en su diosa personal y me encantaba. Cuando hablaba con el me recostaba en mi cama, la camara apuntando a mi rostro y escote, el estaba a 6 horas de adelanto pero prefería no dormir por verme. A pesar de mi pasatiempo yo vivía mi vida normal, asi que cuando regresé después de un fin de semana playero, todo cambió. Abrí el chat y allí estaba él, religiosamente, esperándome. Estaba molesto por mi abandono de esos días, me recosté en la cama y quise aliviar el ambiente, luego me vió el bronceado que contrastaba con las líneas blancas de mi piel en las partes que me cubría el bikini, y eso lo enloqueció, no sé si por que eso delató que me la pase rico o por celos, en fin, me pidió a ruegos que le enseñara toda mi piel, quería ver donde habia llegado el sol y donde no, que había mostrado a la gente y que no. Me reí, pero el se molestó, estaba hablando en serio, y bueno, yo no quería perder su amistad. Accedí y despacito baje las tiras de la blusa hasta que los hombros quedaron descubiertos. El estaba sentado, y se recostó en el piso acercando su laptop frente a el. Medo era delgado, de piel morena, cejas gruesas y nariz grande, pelo muy corto, fumaba como chimenea, unos ojos profundos poderosos, una boca carnosa y una sonrisa de un millon de dolares. Ahora no estaba sonriendo pero si fumando, lo hacía muy rápido, me decía que continúe. Yo dudé, si seguía en ese son iba a hacer exactamente de lo que estaba huyendo, pero tambien tenía curiosidad, asi que seguí. Me incorporé un poco y rápidamente me quité la blusa, quedé con el bra, era rosado y muy cómodo. El se movía como desesperado viendo su pantalla y pronunciaba no sé que cosas en árabe, le dije que ahi ya podía ver cuanto me habia quemado, le enseñé mi espalda pero ya me confesó que se sentía muy excitado y me rogaba que continúe. Entonces yo abrí el broche que tenía por el frente de mi bra y mis senos se liberaron como cuando se desmolda una gelatina, bum y los dos estaban apuntando hacia al frente, hacia Medo, yo los podía ver en el video chat en una esquinita, la verdad que se veían bien, se los veía relucientes tan blancos y brillantes con el pezon grande y rosado como mis labios, contrastaba el triangulo blanco (marca de la parte alta del bikini) con el resto de piel que estaba morena por el sol. Tócate me pedía mientras se acomodaba mas y apagaba el cigarrillo. Lo hice, me acaricié y sentí pena porque él no podia sentir lo suave de mi piel, asi como yo no podia sentir la fuerza de su mano. Me toqué, jugué, los aprete, los uní, él quería succionarlos, me tratraba de decir muchas cosas, yo me acosté sobre mi espalda para que los vea en todos los angulos, verlo agonizar frente a mi me comenzó a excitar, y mis pezones se contrajeron hasta terminar en punta, me viré de nuevo y se los acerqué a la camara, entonces vi la lascivia en su rostro, el rogaba por mas, entrecerraba los ojos. Dispuesta ha darle un infarto a aquel muchacho me arrodille sobre mi cama, llevaba un short blanco deportivo, asi que zafé el cordon de la cintura y baje el cierre muy despacio. El tipo enloquecía y se sacó su bata blanca tambien, abajo mostraba un cuerpo joven y fresco. Para que no escucharan sus ruegos los vecinos le subí el volumen a la radio, que era musica muy movida, el típico regueton, entonces aproveché para moverme un poco al ritmo, con el short a la mitad, y soltandome el cabello, alborotandolo un poco. Ahhh, Medo se quería comer su laptop, me daba besos, me rogaba, me suplicaba, pero yo estaba guardando lo mejor para el final. Le di la espalda y de reojo veía la camara, para ver su expresión mientras me bajaba el short, porque asi asomaba mi mejor talento, mi derrier, grande, redondo, mi orgullo jejeje, asomaba el hilo dental que llevaba puesto, que en si, no tapaba nada, y claro, otra vez la marca de leche chocolate, mi blanca piel contrastando con la piel bronceada que el bikini no cubría. Con una habilidad única me saque el short y comencé a jugar con las tiras del hilo, como que me lo bajaba y lo volvía a subir, Medo se quejaba, se reía, se retorcía, se llevaba las manos a la cara, se agarraba el cabello. Me recosté boca abajo para que vea mi perfil, como a partir de mi espalda emergía mi derrier como una gran montaña blanca, hacia movimientos como una culebra para que se imagine que él estaba debajo mío, y empezaba a torturarlo otra vez con que me bajaba y que no el hilo. Entonces grito mi nombre, y tuve que subirle mas a la radio para que no se escuche en el barrio. Me escribió en perfecto ingles todo lo que quería de mi, lo que quería hacerme. Entonces le pedí que si quería mas debía ser recíproco, pensando que por verguenza pararía el show, en vez de eso el se quito todo y comenzó a sobar su miembro frente a la cámara, me dí cuenta que ya habia terminado hace rato, y que estaba por su segunda o tercera vuelta. Yo solo habia estado con una persona en mi vida y no tenia el miembro como Medo, era joven y casi no tenía vellos, pero su miembro era grande y grueso, con venitas que le recorrian todo los lados, parecía un cohete a punto de estallar. Me dijo que me quería lamer el ano y la vulva, que me mordería los pezones hasta volverlos rojos, que abrazaría toda y me llenaría de besos cada centimetro de piel. Hasta casi podia sentirlo en mi cuello, yo me lo acariciaba, y sin darme cuenta ya estaba sin hilo, sentada frente a la camara con las piernas abiertas mostrando lo que el no habia podido tener nunca, allí, me decía que me meta un dedo, y yo le obedecía, luego dos, que los meta y los saque, era facil porque estaba muy mojada, la sabana estaba destilando, el tambien sudaba profusamente, se acariciaba, yo tambien, tocaba mis nalgas, metia los dedos por adelante, muy suavito por detras, me ponia en cuatro y le enseñaba el hoyito, el me indicaba como me la iba a meter allí, primero la punta y suave, luego toda, yo me imaginaba y acariciaba mi clitoris con desenfreno, me viré de nuevo frente a él y entonces pasó lo que nunca antes me habia pasado, pues tuve un orgasmo increible y de mi salió un chorrazo como si fuera pipi y él al ver esto se corrió tambien frente a la cámara, fué extraordinario. Allí estábamos los dos, en dos extremos diferentes del mundo, exhaustos, felices, tal vez enamorados. Después de esa divina vivencia, no volvimos a hablar de trivialidades si no de como y cuando nos ibamos a ver en vivo. Estaba llena de ilusión así que no medí riesgos