Autor: Dedalo65 | 06-Oct
Pues miren... no lo puedo creer aún. Tengo 46 años y desde hace unas tres semanas y media mantengo una relación amorosa con una chica de 17... recien cumplidos hace una semana.
Cómo nos conocimos y cómo nos relacionamos no viene al caso relatarlo.
Todo comenzó con la compra de un portátil para ella. Comenzamos a chatear todas las noches. Ella, a través de sus preguntas fue abriéndose conmigo... cada vez que ella decía "¿te puedo preguntar algo?" Me estremecía... porque sus preguntas eran directas y certeras. Yo fui animándome y comencé a preguntarle acerca de su pasado y de pronto me sorprendí seduciéndola con suavidad. Ella lo notó de inmediato y dejó las puertas abiertas para mis preguntas y mis comentarios.
- Quiero verte excitada y quiero verte tener un orgasmo -le dije yo.
- Solo me excito si me agarran la cola con firmeza, si me besan los labios o si acarician mi entrepierna - contestó ella.
Esto yo ya lo sabía, y además... cuando ibamos en un taxi hacia su casa, esa misma noche, un rato antes... yo había puesto mi mano entre sus piernas a la altura de las rodillas y le pregunté al oído desde dónde ella comenzaba a excitarse... ella llevó mi mano hasta arriba, casi en toda su vagina "aquí es donde", me dijo.
Entonces, al llegar a este punto de nuestra conversación, ella comenzó a preguntarme.
- Si yo busco tus labios para besarte, ¿lo harías?
- Sí, claro que lo haría, porque si vos lo necesitás yo no te lo impediré (es que ella besa con lengua y yo no estoy acostumbrado a ese tipo de besos).
- Pero ¿vos te vas a excitar si yo hago eso?
- Si, claro que si. Pero no te hagas problema por ello.
- Ok, entonces dime cuándo y dónde.
- ¿Quieres algo planeado?
- Sí, para estar preparada y para no pensarlo tanto y quizás arrepentirme.
- No lo sé, de pronto mañana mismo.
- Ok
- Una pregunta tengo para vos -dije yo.
- Dime.
- ¿por qué lo harías?
- Por ti.
Realmente me sorprendió... casi no pude dormir esa noche, mi esposa me notó inquieto, pero no pasó de ahi.
Al día siguiente, mi esposa no estaba en la casa y ella llegó como todas las mañanas.
Conversamos un ratito de cosas que ella tenía que hacer del colegio, tareas, un examen... Y entonces recordé que ella me había dicho que cuando le acariciaba el cuello eso le gustaba mucho -no la excitaba, pero sí le gustaba- y como a mi me gustaba acariciarle el cuello... comencé a hacerlo. También recordé que mis manos habían llegado - unos días antes- a su escote y sin tocar todo su seno... ella no había dicho nada. Además, habíamos conversado del tema de sus pezones los cuales yo había visto un poco duros, pero no estaba seguro... a lo que ella había respondido que si quería, me podía asegurar si los tenía duros o no... es decir, tocarlos.
Recordando todo esto, bajé suavemente mi mano por su escote hasta encontrar su brassier... presioné levemente y metí mis dedos debajo del brassier. Entonces ella me miró y noté su excitación, un leve jadeo y sus pezones durísimos casi de inmediato. Como tenía el uniforme del colegio y no estabamos solos, la empleada andaba limpiando la casa... no continué explorándola.
Ella se levantó de la silla del pc y se sentó frente a mi, dejando el escritorio entre ambos. Lo que sucedió luego fue increíble.
Yo mido 1.76 y ella mide 1.56... no podemos abrazarnos y sentirnos porque su altura no está a mi altura. Entonces le pedí que se arrodillara en la silla y me acerqué de frente... al hacerlo, ella ya estaba respirando aceleradamente.
Recordé lo que ella me había dicho... y la abracé rodeando su cola con mis manos... y comencé a acariciarla por debajo del uniforme del colegio. Ella se tensó y comenzó a jadear entrecortadamente mientras me abrazaba con fuerza y metía su rostro en mi hombro.
Llevé mi mano izquierda de su cola a su vagina... y, descorriendo su pantaloncillo y su tanga... comencé a recorrer sus labios con mis dedos... hasta que pude hacer espacio para meterle uno, dos y el tercer dedo haciendo la penetración cada vez más profunda.
Ella se curvaba toda hacia adelante en la silla mientras jadeaba y mis dedos iban bien profundo dentro de ella... Entonces, ella llevó su boca contra la mía y comenzó a besarme y a morderme los labios, la lengua...
Lo dicho... sentí su estremecimiento y su jadeo apagado en mis besos al momento de venirse ella en mi mano... que a estas alturas ya estaba por la mitad dentro suyo. En ese momento, yo la bajé de la silla y me arrodillé delante suyo para comenzar a lamer su concha... me sorprendió no sentir ningún aroma característico mientras recorría su clítoris con mi lengua. Ella tomaba mis cabellos y me empujaba hacia su conchita y se movía casi con violencia.
Deseaba penetrarla, aunque no era parte del trato, entonces la volteé y entonces ella se agachó frente a mi dejando su culo al descubierto... lo recorrí con mi lengua y ya no aguanté más.
La tomé de las manos y la llevé a la habitación... rogando que la empleada no estuviera limpiando ya. La empleada estaba por los lados de la cocina, así es que... teníamos el tiempo y el espacio necesarios.
Puse a ella de rodillas y saqué mi verga que estaba a mitad de la erección... y le dije:
- abre tu boca
Ella no objetó nada... y le introduje mi verga en su boca hasta meterla toda... de un solo envión y ella hizo una pequeña arcada... pero no me dejó apartarme.
- ¿Notás cómo crece dentro de tu boca?
Ella asintió como pudo... disfrutaba mi verga y trataba de rodearla con su lengua, algo que le resultaba difícil dado el grosor de mi pene y al hecho de que cada vez estaba más duro. En un punto estaba por acabarle dentro de la boca, tanto lo disfrutaba, pero yo quería penetrarla... y sabia que esta sería la primera oportunidad de muchas otras. Además, mi verga ya no entraba totalmente en su boca... entonces cambié el curso de la acción.
La levanté y la puse sobre la cama, en cuatro... ella se levantó la falda del uniforme del colegio y descorrió tanto el short como la tanga... dejando ver su vagina lo más que pudo.
Me acerqué por detrás de ella y puse mi pene en la entrada de su vagina... como vi que estaba comenzando a gotear semen... se lo introduje de pleno.
Ella se arqueó hacia abajo y luego regresó a la posición de cuatro, mientras gemía por mi verga entrando violentamente dentro suyo.
Trató de moverse lento primero y rápido después, pero la tomé de la cintura y comencé a penetrarla bien profundo esperando que la empleada no oyera sus gemidos. Era yo quien penetraba y por lo tanto yo marcaba su ritmo.
Mientras mi verga llegaba bien dentro suyo, sentía los cachetes de su culo pegar en mi entrepierca y mis bolas rozando su entrada... ella abría lo más que podía sus piernas y gemía contra la cama.
En ese momento sentí que me venía dentro suyo, entonces la penetré bien profundo y ella con un quejido ahogado contra la cama recibió mi semen en el fondo de su vagina... Un chorro largo... luego otro... ella se estremecia con cada chorro de semen caliente... uno más... otro más... mis dedos clavados en sus nalgas... quisiera haberme quedado hasta que mi pene volviera a su natural tamaño... pero escuche a la empleada cerca y entonces se lo saque de un solo movimiento.
Antes que ella se moviera para bajarse de la cama... le abrí las piernas para ver que de su vagina manaba un poco de sangre mezclada con mi semen que se escurría entre sus piernas.
Le puse un pañuelo de papel tissué mientras le decía, te sale sangre. Ella se sorprendió y se fue rápido al baño.
Tuve el tiempo justo para arreglar la cama y en esas llegó mi esposa de la calle.
- ¿La niña vino? -preguntó mi esposa.
- Sí, está en el baño.
- ¿Viste el calor que está haciendo?
- Uff, sí, mirá cómo estoy sudando - le respondí continuando la conversación ya desde el estudio y frente al ventilador.
En ese momento, ella salió del baño y la saludó con un beso y una amplia sonrisa. Cosa que yo aproveché para entrar al baño y ocultar posibles evidencias de nuestro encuentro.
Cuando regresé al estudio, ella estaba preparando sus útiles para irse. Quise acompañarla, pero ella se negó diciéndome unas palabras que jamás olvidaré.
- Gracias por hacerme tuya, me encantó que te vinieras dentro mío. Espero no haberte defraudado.
"Espero no haberte defraudado".
¿Lo pueden creer? Digo, porque yo aún no puedo bajarme de la nube.