Autor: anonimo63237 | 09-Sep
Soy Susana 40 años,de buen lomo todavia, quiero contarles despues de mucho tiempo una aventurita mas con un amigo de mis hijos.El se llama Luis, un amigo de la misma edad que mi hijo.
Luis es un chico 1,70 metros de alto, rubio, un potro. Nunca había tenido relaciones y me tocó ser quien lo inicie en este camino tan placentero como el sexo. Lo llevé a un telo,y le hice algunas cositas como para empezar su ?adiestramiento? sexual.Cuando tenia el forro en la boca para colocarselo, me acorde que era virgen y preferi comermela al natural, el chcocho tambien con la idea. También le dije que mantuviera todo en secreto para que ninguno tuviera problemas.
Todo fue de maravillas. Cogimos en otras ocasiones, ya sea en un telo o en mi casa, siempre que mis hijos se iban con mi ex y me quedaba sola. Luis quedó enloquecido por las cosas que le hacía y le decía (le excitaba que le diga chanchadas y el también lo hacía), y lo atribuyo a que era una cosa nueva para él. No me quito méritos en la cama, pero la tenía clara que el pendejo estaba entusiasmado y se lo expliqué; incluso, lo alenté a tener una novia de su edad y a cuidarse. Me costó, pero con el tiempo lo fue entendiendo.
Como ya les conté antes en otros relatos, Rubén -mi ex- despertó a la perra que llevaba dormida en mí,despues de mi ultimo embarazo y me hizo fanática del sexo anal. El placer era superior al dolor, y quería experimentarlo con alguien mucho menor que yo.
Ahora, mi objetivo era que Luis me haga la colita. No era tan difícil, porque él me dijo que siempre miraba mis nalgas cuando venía a casa, así que puse manos a la obra. Nos pusimos de acuerdo para vernos en un telo, pagué una habitación por dos horas y me jugué...
Adentro, nos besamos con dulzura, mientras nos acariciábamos todo el cuerpo. Luis había aprendido a quitarme la ropa despacito. Curiosamente, le gustaba dejarme sólo con la ropa interior como a Rubén ¿a todos los hombres les gusta lo mismo? En fin, el caso es que nos quedamos así, yo con mi corpiño blanco y mi tanga cola less y él con un boxer de lycra que le había regalado y que me calentaba una barbaridad cada vez que se lo veía puesto.
Mientras nos besábamos y manoseábamos nos acostamos. Lo puse boca arriba y le quité despacito el boxer para hacerle un pete. Con naturalidad, él se puso debajo de mi concha y me la besó sin quitarme la tanga. Me la saqué e hicimos un 69. Era un poquito inexperto para el sexo oral, pero unas instrucciones lo hicieron mejorar y satisfacerme.. ¡Aprendía rápido el nene, jajaja!
Cuando terminamos con esa mutua sesión de sexo oral,lo cierto es que se puso encima mío y me cogió como los dioses. Lo bueno de los chicos es que son incansables, no sé cuántas veces acabé hasta que gritó para anunciarme que el acababa.
Después del relax, le dije que quería probar algo especial.
-¿Qué, Susi??, me preguntó.
-?Quiero que me hagás la cola, bebé?, le dije. Se quedó callado y sonriendo:
-?Dale! Es lo que quiero hacerte desde que te conocí?. Ahora, la que sonreía era yo...
Le dije que quería disfrutar, por lo que debía hacer lo que le pedía.
-?Si me hacés caso, tus futuras novias te van a rogar que les hagas el culo?, le dije. Volvió a sonreír y me preguntó que tenía que hacer.
Me puse en cuatro y el atrás con la pija redura. Le dije que pusiera mucha saliva en su dedo mayor y me lo meta despacito en mi ortito, para lubricarlo. Luego, le pedí que me meta dos dedos y que los moviera en forma circular, muy despacio. Así lo hizo y me puso a mil.
-?Estoy lista, bebe. Metémela despacito por favor?, le dije, entre suspiros.
Luis me puso la punta de su verga en el culo. Trató de hacerlo despacio, pero por ser su primera vez no pudo evitar ser un poco torpe. Di unos pequeños grititos, pero de a poco logramos hacer lo que los dos queríamos.
Sentí que me había metido gran parte de su pija y empezó a moverse. Yo también me movía, tratando de que mi ritmo fuera acorde con sus embestidas. De pronto, me había penetrado totalmente, sentí sus bolas en mis nalgas y un segundo después casi me desmayé: ¡mi amante adolescente me había metido su 23x5 toda adentro!.
Bombeó durante varios minutos. Los dos gemíamos como si nunca hubiéramos cogido. Así estuvimos hasta que grité de placer por el orgasmo anal. Como si fuera una señal, Luis pegó grito: estaba acabando. ¡Cumplí mi objetivo, y me encantó!
El chico se quedó unos minutos encima mío, con toda su pija dentro de mi orto. Cuando sentí que se había achicado por el relax, le dije que la sacara despacito,porque no me gusta cuando me la sacan. Nos abrazamos y besamos en la cama hasta que terminó el turno.
Ya había obtenido lo que quería: un chico que podría ser mi hijo me había cogido por todos lados. Volví a ver a Luis, pero los encuentros fueron más espaciados. Supe que se había puesto de novio y, si bien le fue infiel a esa chica conmigo, de a poco nos alejamos, pero siempre con buena onda. Por suerte, además de un excelente amante fue muy maduro.
No crean que sólo estuve con este pendejo. También andaba con Rubén, pero algo me llamaba la atención. Los dos trabajábamos mucho, pero parecía como si supiera que yo andaba con otro, porque no teníamos tanto sexo como antes.