Autor: jenny | 04-Sep
Nunca en mi vida había tenido una experiencia así?.conocer a un chico por el MSN. Me gusto su cara, no sé, me atrajo, pensé que podría funcionar. Cuando hablábamos parecía comprender lo que le decía, pero el miedo a perder, me hizo dudar. En mi mente tan salvaje, tan revolucionada, solo pensaba en él como algo deseoso, carnoso.
Me imaginaba con él en mi casa o en una fiesta; la fiesta fue primero, pero luego me tocaba pensando un poco en él, me pasó su foto, y cuando pienso en él?.cuando me escribía, en la tripa me daban subidas y bajadas, como cuando estás en una atracción de un parque temático, después, no paso mucho tiempo, tal vez dos días y pensé a imaginarnos, él venía, quedábamos en mi casa, y yo le abría la puerta, la cerraba, el traía la bebida para ponernos cachondos. Yo le besaba primero en los labios, besos suaves, luego en el cuello, el se daba cuenta de lo que quería y me empujaba hacia la pared de la cocina, me subía y me apoyaba junto a esta, sentía primero su confusión, pero luego su pasión, la lujuria; yo me paraba, le dejaba, como cuando dejas a alguien con las ganas de seguir; yo cogía el jb y lo mezclaba, tomaba un poco yo y luego le daba a él; con su cara lujuriosa se lo bebía deprisa, yo iba al salón, mirándolo a los ojos, el me miraba, y como que asentía, yo me sentaba en el sofá?
Antes de que el viniera tenía encendido el ordenador del salón viendo porno, él lo vio, aún estaba encendido; pareció más cachondo, como un toro a punto de correr y golpear, pero no en ese sentido, sino de sentir, ese placer. Yo le invitaba a sentarse con cara de más, él venía y me miraba rápido, me cogía, tomaba en ese momento el poder, me quitaba la camiseta, los pantalones me los iba quitando yo, luego yo le besaba apasionadamente, el de nuevo volvía a coger el mando, pero yo ya empezaba a desvestirlo, se me iba la olla?.empezamos con una postura, sentía como entraba, era mi primera vez y él ?lo sabía?, yo le acariciaba el pecho, la espalda; él me besaba, pasaba por todo mi cuerpo mientras me excitaba, sentía que me subía la pulsación, la temperatura, yo también le sentía a él. Luego cambiamos de postura, yo encima, y tomaba el mando, percibía esa fuerza en mí, esas ganas, y más tarde al volver a besarlo, su cuerpo sudoroso,?olí su olor, a perfume a sudor, era como si se hubiera puesto feromonas por encima de lo normal, de la atracción normal.
Él era mayor que yo?.y yo quería aprender, pero parecía que yo lo hubiese hecho desde siempre; no tuve miedo, solo ganas y sus ganas me llenaban, junto a las mías era como, un todo. Él lo hacía todo con fuerza, pero cuidando cada que me tocaba para no hacerme daño, solo sentía esa fuerza como ganas de sexo; la música de fondo que estaba colocada era como los pulsos, iba con nosotros, el volumen era bajo, pero era rítmico; con jadeos y sudor me empezaba a hacer un chupetón en el estómago, era tan intenso, que era como si no fuéramos a parar nunca, pensaba en hacerle cosas?ya no me parecían asquerosas, sino apetecibles; y le empecé a chupar su más, veía su cara de excitación,?y luego él me volvía a subir en velo y empezamos encima de la mesa, más rápido, y el orgasmo llegó, recorrió todo mi cuerpo, desde la cabeza hasta los pies; yo quería más, no sé como terminamos en el suelo, yo jadeaba??..
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