Autor: Guadalupe | 02-Sep
Recientemente leî un relato y me motivê a platicar brevemente algo que tambiên a mi me ocurre casi todos los dias. Me llamo Guadalupe, tengo 50 años, morena, alta, caderona, del tipo costeña. Soy maestra jubilada, divorciada, de 50 años, con dos hijos profesionistas ya casados.
La casa que ocupo es propia y con mi pensiôn y algo que me ayudan mis hijos, no paso problemas economicos, ocupando mi tiempo en mis labores de la casa, tambien me gusta salir a trotar a un parque cercano, varias veces en la semana y otras cosas que son las que relatare.
Resulta que por el rumbo en donde vivo, hay una empresa muy grande y por la calle que pasa por atras de mi casa, se estacionan los trailers que esperan turno para hacer diferentes maniobras en esa empresa y un dia accidentalmente, al asomarme por la ventana de atras y de la planta alta, vî a uno de los operadores de esos transportes orinando, confiado en que nadie lo veîa y al percatarse de mi presencia, rapidamente se guardo su cosa, grande por cierto, a pesar de tenerla dormida.
A mi edad aûn sigo siendo muy fogosa y no habia tenido relaciones con ningun hombre desde tres años atras, por lo que la escena que vi me tenia ademas de caliente, con la tentaciôn de volver a asomarme a ver los transportes o a los hombres. Ese mismo dia por la tarde, vi a un jovencito haciendo la misma necesidad, de algunos 16 años, con su verga parada, blanca, grandota. Pronto se me hizo costumbre y necesidad a escondidas verlos todos los dias a solo 8 metros de distancia y me masturbaba oculta como estaba, pero no era suficiente, yo queria verga, en una palabra coger.
Fuê un dia por la mañana, a principios del mes de Abril de este año (2009) cuando volvi a ver al jovencito y tambien vî cuando termino a que trailer se subiô, que por cierto era el unico que estaba, por lo que resuelta me quite la pantaleta y el brasier y quedandome solo con la falda, por cierto de tela muy delgada, blusa algo escotada y unas chanclitas de tacon pequeño y despues de dejar la llave de mi casa escondida en una maceta, me pare frente al trailer de color rojo y le hice una seña al muchacho para que bajara. Una vez abajo el muchacho, vi que estaba mas bello de lo que lo habia visto y segun yo le reclame el que se anduviera orinando ahî, le dije que le habia visto toda esa cosa y con mi mano le talle. El joven confundido y apenado se quedo callado y yo le ordene, a ver sacatela otra vez y orina todo lo que quieras, te da verguenza, si... mucha has de tener. Se subio al camion y yo tambien me subi y haciendome la enojada le desabroche y baje el pantalon, junto con el calzon hasta las rodillas. Para estas, el chamaco ya sabia por donde iba la cosa y recciono señalandome el camarote que traen estos transportes en la parte posterior, a donde de inmediato nos brincamos. Ahi lo desnude totalmente y confirme lo hermoso que era, decidida me arroje a mamarle su verga, la cual en segundos se puse pero bien dura y parada. Le chupe los huevos, sus nalgas, su pecho, sus tetas, sus orejas y volvi a su enorme pene, ordenandole que no acabara, me levante la blusa y la falda y me subi a cabalgarlo, teniendo dos orgasmos muy seguiditos y despues le dije que ya podia acabar, pero que me avisara. Cuando senti endurecerse aun mas su vergota, supe que estaba proxima su venida y nos fuimos juntos, inundandome de mecos calientitos mi panocha y yo tuve el mas prolongado de todos los orgasmo de mi vida. Sin limpiarme y sin despedirme, me baje del camion, sin saber su nombre y sin que supiera el mio. Al llegar a mi casa, oculta desde mi ventana lo observe una vez mas y me masturbe con un pepino, pensando en el rico chamaquito que me habia cogido.
No lo he vuelto a ver. Tengo ganas de volver a hacerlo con otro de la misma forma, pero tambien quiero dejar pasar un tiempo razonable, encontrar una verga de mi agrado y la oportunidad propicia. Mientras tanto me conformo solo con verselas, para masturbarme.