Autor: enamor | 15-Aug
Antes de empezar les diré que no soy pedófilo ni nunca lo he sido, ni me llama la atención.
Soy viudo, en ese entonces de 35 años, con una hija de 14 años, ella siempre invitaba a su amiga Valery de 13, de vez en cuando a pasar un fin de semana en la casa, hubo varias veces las cuales las pasamos normal, ellas jugando en otro lado, y yo con mis asuntos lejos de ellas. Sin embargo, poco a poco vi que Valery me coqueteaba y me sonreía sin razón. Por las diferencias de edad, yo no le hacia caso, pensaba que era cosas de la adolescencia.
Valery es una linda chica de cabello guero, tez blanca, pequeña de estatura y tiene su traserito bien parado, unos preciosos ojos verdes, y sus muslitos llenitos.
Cierto fin de semana que nos visito como siempre. Yo le daba las buenas noches a mi hija en su cuarto, me sentaba en su cama, platicábamos un poco y luego la arropaba y me retiraba. Valery dormía siempre en el cuarto de visitas. Cuando salí del cuarto de mi hija, afuera me esperaba Valery, con un camisón flojo que le llegaba a los muslos, se veía divina y muy sexy. Le dije que estaba haciendo alli, respondiéndome que, esperaba que le diera también las buenas noches. Por un momento me puse muy nervioso, le dije que me esperara en su cuarto que ya llegaría, se dió la vuelta y camino hacia su cuarto, iba descalza y sus lindas piernas se veían coronadas con lindo culito parado, claro que se paró toda la verga de verla perderse en el pasadizo.
Fui a mi cuarto y me sentía bien excitado, no sabia que hacer, me tranquilice y me dije que yo era el mal pensado, que ella solamente quiere un detalle paternal para poder dormir a gusto. Me encamine al cuarto de Valery, al entrar vi que estaba acostada boca arriba con las cobijas en sus pies, Que linda se veía!! nunca la había visto como mujer, pero que lindos muslos, no tenia sujetador y se podían visualizar un par de tetitas en crecimiento, sus pezones se marcaban en su camisón.
Me senté a su par, se veía nerviosa al igual que yo; hablamos de cualquier cosa para matar los nervios; recuerdo que la tome de la mano mientras hablábamos, su piel era tersa, sentí una corriente eléctrica increíble, también una atracción sexual brutal; Cuando la despedí, le di un beso en su frente, lentamente me retire de su frente y pase por su boquita de niña, algo me retuvo, vi sus ojitos asustados, pero que me pedían, me suplicaba un beso. Lentamente descendí a su boquita y le di un besito. Tuvo que ser su primer beso porque no sabia que hacer con mis labios en los suyos. Mis labios los pase por los suyos y con mi lengua los acaricie, ella no hacia nada por evitarlo, al contrario, repetía lo que yo le hacia. Que rico beso! aun lo recuerdo como si fuera hoy. Metí mi lengua en su boquita y ella respondió con su lenguita aferrándose a la mia. Luego, solté su boca y seguí por su cuello, ella cerro sus ojitos degustando mis caricias; le levante su camisón, y me pose sobre sus teticas, las chupe, las lami, las bese con todas mis fuerzas; Valery gemia suavemente, pura gatita. Eso termino por calentarme, me enardeció, luego descendí y besé sus muslos y pantorrillas, levantado uno de sus pies me lo llevé a la boca, le chupe cada dedito, me pasé al otro pie y repeti el tratamiento; Valery gemía y se contorsionaba en la camita, que rico recuerdo! Hubiera querido poseerla esa noche, pero la conciencia me lo negaba, terminé por darle un último beso en su boquita y desearle buenas noches, me retiré a mi habitación, no pude dormir esa noche y terminé por masturbarme.
La noche siguiente, Valery me recuerda al oido, que me espera para que le de las buenas noches en su camita. Esa vez los besos son mas intensos, repetí la operación de mamarle sus pequeñas tetitas, de besarle sus muslos y sus lindos piecitos, pero ahora regreso por su entrepierna y llegó a su panochita, claro que aún cubierta por sus braguitas, besándola y lamiéndole esa parte, después de unos minutos sus braguitas están completamente mojaditas, entre mi saliva y sus jugos vaginales. Ella gime aceleradamente y creo que llega a un orgasmo, ella se voltea y me da la espalda, deja descubierto su delicioso y paradito culito, lo cual me pone al máximo de excitación, con rapidez le bajo sus braguitas hasta los muslos y comienzo a besarle y chuparle sus nalguitas, le abro con las manos sus glúteos, y con la lengua llego hasta su ojito del culo, le paso la lengua en su hoyito recorriéndolo todo. Para tener mejor colocación, meto mi brazo bajo sus piernas para elevarle su culito y que me quede a disposición su panochita desde atrás, chupo ahora desde su culo a su húmeda vaginita.
Valery gime tan fuertemente que le tengo que decir que no lo haga por que podría despertar a mi hija. Al cabo de unos minutos Valery alcanza un orgasmo de grandes dimensiones que dentro de sus balbuceos me dice que me ama, que desde unos meses atrás me ha querido. Luego, se calma la cosa, ella se queda boca abajo como estaba y yo me retiro con la boca y bigotes llenos de jugos vaginales de esta pequeña mujer.
Los siguientes días mi mente es un infierno, no sé que siento por ella, pero no puedo estar en paz, quisiera verla pronto, para mi desgracia Valery perdió uno de sus cursos en el colegio y como castigo, sus padres le pusieron de penitencia que ya no le darían permiso para quedarse con mi hija como antes.
Pasaron cinco largos meses, en los cuales, como pude conseguí el numero de teléfono de su casa, y colgaba cuando no era ella la que contestaba, y cuando lograba que fuera ella, le preguntaba como estaba, que la extrañábamos. Quiero decir que también estaba atemorizado, porque si ella hablaba de lo sucedido con alguien, era posible que yo terminara en una prisión por corrupción de menores, aunque yo sabia que lo sucedido había sido deseado por ambos. Finalmente en las vacaciones, mi hija me sorprendió al decirme que Valery venia a quedarse una semana completa por que había sido promovida de grado en el colegio.
Yo al oir eso, me hice como el que no me interesaba, pero en el fondo estaba muy feliz. La primera noche en la casa, llegue a su cuarto, nos abrazamos y nos besamos efusivamente, le dije que me sentía culpable de lo ocurrido, pero ella me calló diciéndome que estaba enamorada de mi y que ese sentimiento nunca iba a morir.
No seguimos besando apasionadamente, luego la desnudé completa, y la bese cada centímetro de su cuerpecito (el cual encontré un poco más desarrollado), poniendo énfasis en sus teticas y su rica vaginita, la cual saboree por varios minutos hasta que terminó en mi boca, pude sentir sus líquidos agridulces.
Sin perder tiempo puse sus piernas en mis hombros y le dirigí mi verga a la entrada de su vagina y con mucho cuidado la penetre lentamente, su himen se reventó para dar paso a la pija que la desvirgó, ella se retorcía en la cama, mitad dolor y mitad placer, luego de varios minutos en que me detenía, haciendo pausa para que se acostumbrara a mi verga adentro de su frutita, se la metí toda hasta el lo más profundo de su vagina, luego, la seguí penetrando con movimiento suaves hacia dentro y hacia fuera, en pocos segundos tuvo otro orgasmo delicioso. Ella me acariciaba el rostro y el pectoral, cada vez que gemía cerraba sus ojitos, era obvio que había cesado el dolor, dando paso al placer sexual. Mientras la cogía nos decíamos palabras de amor, algo que nunca había experimentado con ninguna mujer. Duramos no se cuanto, viéndonos a la cara, mientras yo me movía adentro de ella.
Más tarde, le pedí que se pusiera en cuatro, me puse detrás de sus ricas nalguitas y la volvía a penetrar profundamente en su panochita, me moví más fuerte dentro de ella, la lujuria y la excitación ya me embargan, el timo se volvió un poco salvaje, mis testículos golpeaban con fuerza sus nalguitas paradas. Que rico Aquello!!
Después de unos minutos follándola, estoy por terminar, saqué mi verga y los chorros de semen caen en sus nalgas, espalda y cabello. La cantidad era excesiva como nunca. Luego de eso, nos desplomamos en la cama, satisfechos y felices.
Como tengo toda la noche, después de platicar y algunos besos ricos, le enseño a mamarme la verga, lo cual aprende rápidamente, su lenguita recorre todo mi tronco, causándome gran placer, luego se mete el glande en su boquita y con los labios la aprieta y luego lo sumerge adentro de su boca, la pija se me pone dura, le abro de nuevo las piernas y la vuelvo a penetrar hasta el fondo, durante los siguientes minutos, la pongo en otras posiciones sexuales y asi pasamos al menos otra hora más. Gozándonos!. Cabe decir que casi la cogi todos los días de esa semana. Para no usar condón, porque era un pecado coger esa rica panochita con eso, le insertaba algunos supositorios vaginales.
Actualmente Valery tiene 17 años, estamos esperando que cumpla los 18 para formalizar nuestra relación y que sea legal ante la ley de la sociedad. Lo nuestro todavía es secreto. La veo cada mes, pero nos hablamos por teléfono casi todos los días. Aunque me cueste decirlo estamos muy enamorados. Espero que todo termine bien como va.
Gracias por leer esta historia, es un escape a tanto tiempo que he estado esperando. Pueden pensar lo que quieran, pero voy a honrar a esta chiquilla.