Autor: Miguelon | 30-Jul
Tenemos un hijo de 18 años que juega a futbol, entre las madres de los acompañeros esta Sabina, una mujer simpatica, elegante, agradable, rubia, alta, casi siempre viste pantalones, y se ponga mallas o se ponga pinzas, siempre le marca la raja del chocho.
Sabina causa en mi un efecto magico, en cuanto la veo, se alborotan mis hormonas, me pongo caliente, y tengo que buscar un sitio discreto para echarle un polvo a mi esposa.
Pili, es mi mujer, somos bastante abiertos y no nos importa que el otro tenga un rollito fuera del matrimonio; luego nos lo contamos y echamos unas folladas monumentales.
Asi es que no le importa mi obsesion por Sabina, de la que es muy buena amiga.
Termino la temporada de futbol y no supimos mas de Sabina hasta que esta llamo por telefono, invitando a Pili a pasar las tardes de la semana siguiente en la piscina de su chalet, pues su hijo estaba fuera y su marido marchaba de viaje.
Me pase toda esa semana metiendosela a mi esposa por todos los agujeros, pues la muy zorra le robaba con su movil, fotos a su amiga en bikini.
Llego el dia de mi cumpleaños, Pili reservo una habitacion en un hotel de una gran ciudad cercana. En la habitacion, a la hora de cenar, me mando solo a un restauran cercano pues me debia preparar el regalo y alli recibiria mi sorpresa.
Casi me atraganto cuando aparecio Pili con el regalo, era Sabina, con un vestido rojo de falda corta, generoso escote y con un solo tirante coronado sobre el hombro con un lazo de felicitacion. Mi esposa me beso me deseo feliz noche y desaparecio, durante la cena aquella diosa me comento que mi mujer le conto mi obsesion por ella y tambien que yo era muy bueno en la cama y al fin la convencio para ser mi regalo de aniversario.
Apenas probe bocado nervioso contemplando su belleza. En el ascensor le toque el culo y comprobe que no llevaba ropa interior, al entrar en la habitacion la cogi por los hombros le di u beso y tire del lazo, quedo desnuda, sus pechos parecian dos grandes manzanas que pedian ser comidas, coronados por unos pezones oscuros que contrastaban con su piel blanca, acariciandolos los chupaba y mordia mientras bajaba una mano a su coño, lo encontre mojado. La tumbe sobre la cama y pude contemplarla desnuda, el chocho es espectacular, los labios exteriores parecian labios de boca, hinchados incluso tenian el borde rosado, me arrodille sobre la cama y hundi mi cabeza entre sus muslos, bese aquella boca vaginal, lami un poco y los labios interiores empezaron a sobresalir, aquello era sobrehumano, abri con las manos y hasta el clitoris era grande, chupe aquella inmensa cueva hasta que note que estaba a punto, entonces sorbi aquel pequeño pene y dentro de mi boca solto todo su rico nectar.
Yo seguia vestido y una de dos o me estab haciendo viejo o estaba nervioso, el caso es que mi polla no se ponia tiesa, subi lamiendo su vientre, su ombligo,hasta sus preciosas tetas, chupando los pezones le meti cuatro dedos en el chocho y con el dedo gordo le pelaba la pepita. Volvio a mojar mi mano y yo me fui al aseo, intente que la pija se pusiera tiesa pero no pude, sali a hacer el ridiculo, me esperaba de pie, me besaba mientras me abria la camisa, cuando me mordio las tetillas, note mi rabo despertar, mas cuando me dijo que nunca le habia chupado la tranca a nadie pero que tampoco le habian comido el coño hasta ese dia, y queria probar mi rabo.
Me desnudo por completo, se arrodillo y se la metio en la boca, para ser virgen por ahi, no lo hacia mal, la hice levantar y mi polla y su coño se encontraron, se fundieron sin esfuerzo. La agarre de las nalgas y la alce, me abrazo, cruzo sus piernas en mi espalda y la estuve clav ndo un buen rato, volvio a tener otro orgasmo, la tumbe sobre la cama y follandola a la manera tradicional me corri dentro de ella, abrazados nos dormimos.
Sono la alarma del reloj, Sabina debia de recoger a su marido en el aeropuerto, mientras ella se duchaba yo fui a recoger su ropa de esposa decente a la habitacion donde se cambio la noche anterior y donde quedo mi esposa sola. ¿Sola?. Cuando entre vi que a la guarra de mi mujer la enculaba un negro.
Aquella vision me calento como a un burro y al entrar donde Sabina y verla secandose agachada de espaldas, con su chocho asomando entre sus piernas, no me contuve y la clave por detras en el coño, tras unas sacudidas le solte mi leche, al notarla ella tambien se corrio.
El avion de su marido estaria ya aterrizando, la acompañe a su coche y dandome un beso me dijo que en veinte dias era su cumpleaños.
Por mi mujer se cual es la mayor fantasia de Sabina, intentare hacersela realidad.