Autor: ENGANADOYFELIZ | 29-Jul
A veces las personas estamos en el momento preciso y en el lugar indicado sin querer.
Yo estaba profundamente enamorado de Melissa, tanto que todos los días desembolsaba fuertes sumas de dinero para complacer todos los requerimientos de nuestra boda que sería apenas en poco menos de 30 días.
Muchas veces al mirarme el espejo, me decía como podía existir una mujer tan perfecta, distinguida y en la cama toda una fiera. Ella sabia hacer o decir todo en el momento preciso y con una calidad que envidiaría el mas exigente de los mortales. Nuestros encuentros sexuales podían ser tiernos y romantico, brutales y hasta sadomasoquistas. Bastaba con que yo se lo pida para que ella no solo acceda, si no que desarrolle verdaderas faenas en los artes amatorios. Muchas veces mi sexo estuvo alojado en su garganta, mi esperma en toda su piel, o dentro de ese orificio que siempre era una delicia disfrutarlo. Los lugares mas increibles, sobre la mesa, en la arena, debajo del agua y hasta en la cama de su madre mientras dormía. Siempre me llamó la atención la belleza de sus ropas, el lujo de su apartamento, pero como era todo para mi, me abstube de hacer comentarios.
Pero como no hay nada perfecto, un día lunes mi amigo y colega Javier, me invitó a un almuerzo que tenía con un gremio de ganaderos que eran sus clientes. La comida abundante y deliciosa y los tragos interminables pues ellos se esmeraban en atendernos. Se hablaba de futbol, de política y de mujeres. En este punto empezé a escuchar el elogio que hacia el presidente del grupo de una mujer que era la amante mas extraordinaria que podía existir. Para mis adentros yo pensaba que no había nadie mejor que Melissa. Hablaba de sus ropas, de su apartamento y sobre todo de lo costoso que era contar con sus servicios $ 500 dolares la sesión, como yo miraba con atención el tipo me dijo que si quería me podía dar su tarjeta y en unos minutos me alcanzó una donde decía Carmen Gonzales, Kinesióloga. Iba a guardar la tarjeta pero al mirar el telefono, no era otro que el de mi amada Melissa. Le pedí al tipo que la describa y me diga la dirección y lamentablemente coincidian con los de la mujer que iba a ser mi esposa.
Seguí bebiendo hasta mas no poder y en un taxi fui en busca d mi amigo Sandro a contarle mis penas. El trataba de reanimarme, me decia cosas fuertes, pero yo no reacionaba. Al rato estabamos en su apartamento donde ingresó una señora algo mayor, vestida con una bata transparente donde traslucían un busto enorme y bien formado y el bello púbico de su vagina.
Sandro, casi ordenándole le dijo:
-Mi amigo necesita consuelo, hasle todo lo que me haces a mi pero mas rico.
Ella acarició mi rostro, besó mis labios e introduzco su lengua en mi boca haciendo movimientos ondulatorios a los cuales yo respondia cada vez con mas intensidad. Luego desabotonó su bata y puso sus erguidos pechos en mi rostro y mi boca los buscó para besarlos, chuparlos y mamarlos intensamente.
Sus manos habilmente abrieron el cierre del pantalón y en pocos segundos tenía en sus manos mi pene duro, humedo y deseoso de divertirse. Se bajó, paso la lengua por la cabecita, y luego abrio su boca y lo metió hasta lo mas profundo de su garganta. Lo hacía con tanto gusto que mi exitación crecía.
- Quiero mi lechecita caliente - me dijo casi jadeando y lo seguia mamando casi con desesperación.
Eso me excitó aun mas y me apresuré a moverme y cuando mi verga estaba dura, ella me dijo:
- Te apuesto que no dejo caer ni una gota, que me la tomo toda.
- Y si se te cae que me toca ? le dije
- Te doy mi culito- respondio sin titubear
- Y si tu ganas cual es mi castigo? pregunté
- Pues, como me gusta mamarla, te dejaré seco
Esta fue la apuesta mas agradable que he recibido, pues hasta perdiendo yo ganaba.
La cosa, es que cuando eyaculé ella se bebió toda la leche caliente sin dejar caer una sola gota.
Al día siguiente, que desperté estaba ella succionando mi pene que estaba parado pero seco y al verme despertar reia y me dijo
yo si cumplo las apuestas
De alli ya no me quiero casar, adoro las mujeres casadas que todo lo hacen mejor