Autor: Fumaya | 19-Jul
Esta no es la primera vez que mi prima y yo nos encontramos juntos, pero si es una de las mejores faenas que hemos tenido.
Todo empezó una tarde en la que nos dirigíamos a mi casa, en donde vivo solo. Nos encontrábamos en la cama (que creo yo que es la parte de la casa donde mas nos gusta estar) viendo una película XXX.
Saco una botella de tequila y después de un rato, el tequila y la película hicieron su trabajo, el calor y las ganas ya nos habían invadido el cuerpo. Comenzamos con unos besos muy intensos, ella al estar más tomada que yo era presa fácil para realizar todo aquello que por mi mente pasara.
Le quite la blusa, dejándome a la vista un buen par de tetas, pues no traía sujetador, después de morderlas y chuparlas a mi antojo me decidí a quitarle los pantalones, mostrándome una diminuta tanga negra, la cual también le quite rápidamente.
Tarde un par de segundos para quitarme la ropa y quedar desnudo frente a ella y con mi miembro bien erecto y listo para la acción. El tequila en su cuerpo la hacia vulnerable a lo que yo quería hacer y comencé por meterme entre sus piernas y poner mi glande en la entrada de su vagina, húmeda y caliente, poco a poco se la fui empujando, abriéndome paso en su apretada y caliente vagina.
Las embestidas aumentaban cada vez más de fuerza, la imagen de sus senos moviéndose al ritmo de las embestidas me excitaba cada vez más. La puse en la orilla de la cama, con su enorme y delicioso trasero y apuntando hacia mí y pidiéndome que le diera más de lo que le gusta.
Después de un muy buen momento de darnos placer, me pidió que le acercara mi pene a su boca, quería comérselo, me pedía que me viniera en su cara, quería mi leche en su boca, y así fue, derramándome por toda su cara y parte de su boca.
Al ver su cuerpo desnudo y aun jadeando de placer, no tarde en iniciar de nuevo el ataque sobre su sexo, aunque esta vez mi objetivo era su apretadito ano. Colocándome detrás de ella, y tomándola por su cadera, me fui acercando cada vez mas a mi objetivo, el cual no puso resistencia a mi paso, pues no era la primera vez que lo hacíamos de esa manera, en esta ocasión ella era la que llevaba el ritmo de nuestro placer, dando golpes fuertes y profundos.
Pero no era suficiente el poseerla solo por uno de sus orificios, y comenzamos un juego en el cual entraba y salía de uno para entrar en el otro, esa sensación es indescriptible y sumada al golpeteo de sus nalgas en mi cuerpo, y su voz pidiendo cada vez mas de mi me llevo a no resistir mas, explotando dentro de ella.
Este es uno de los tanto encuentro que hemos tenido, ya en otra ocasión relatare una de las tantas fantasías que ella me ha cumplido, dándome verdaderas noches de placer.