Autor: Govico | 15-Jul
Un trabajo recompensado
La mala economía que impera en el mundo, no hace excepción de personas, y yo también estoy incluído entre los afectados. Pero como dice el dicho, ?No mal que por bien no venga?, y ese es mi caso.
Permítanme presentarme, me llamó Michael, soy un estudiante de masajes terapéuticos, pero lastimosamente, por causa de la falta de trabajo, he tenido que suspenderlo ya en mi último semestre.
Soy una persona normal, de 1,80 de altura, con 185 lbs. tengo un buen cuerpo hecho a base de ejercicios y pesas del gimnasio. Ahh tengo muy buena suerte con las mujeres, aún sin ser un Adonis, tengo lo mío.
Estaba buscando trabajo desde hace un mes atrás, ya que casi no tenía dinero ni para la renta del departamento. Por referencia de una amiga, fui a una transnacional a llenar una aplicación, con tanta suerte que estando ahí, procedieron a entrevistarme y darme una vacante que tenían. Era de assistente de oficina. Está por demás decir que acepté de inmediato, aunque la paga no era muy buena.
Pasaron los días y todo iba perfectamente bien, hasta que cierto día llamó la esposa del presidente/propietario de la compañía. Ella estaba necesitando la ayuda de Ana, - la chica a quien yo había reemplazado ? para que le ayudara en sus cosas personales. Su esposo le dijo que ya no estaba mas con ellos, y que en su lugar podría enviar a otra persona que iba a ser de gran ayuda o mejor que Ana. El jefe me mandó a llamar y me dijo que me presentara en su casa ante su esposa, que estaba necesitando ayuda y que por favor traté de ayudarla en todo y que no lo haga quedar mal con su esposa. Mi jefe es una persona agradable de uno 62 años, dedicado plenamente a su empresa, motivo por el cual era una de las mejores en su rama.
De inmediato me dirigí a su casa, tocando el timbre, salió la empleada doméstica, quien me anunció ante la señora de la casa. Minutos después mientras yo admiraba las pinturas de la sala, apareció Linda ? asi se llema la esposa del jefe- Era una mujer bien puesta. De unos 35 a 38 años, de una figura espectacular, buenas tetas no muy grandes pero si lo suficiente, una cintura de avispa y un culo de ensueño. Sus piernas eran como si hubieran sido torneadas. Una cara muy bella con un cabellos negro largo y ondulado. Unos ojos que eran algo fuera de serie, eran verde, pero un verde claro que denotaban y hablaban por si solos.
Como se han de imaginar, me quedé impresionados ante tal belleza de mujer. Era el tipo de mujer que me gustaba.
Se acercó, preguntó mi nombre, y se presentó, luego prosiguó diciéndome lo que deseaba de mí. Cuáles iban a ser mis tareas. Yo dubitativo le dije que el jefe me había enviado para que la ayudara en alguna cosa y que luego tendría que regresar a la oficina. Ella me dijo No te preocupes por eso, yo hablo con mi marido. Ahora quiero que te sientas cómodo, porque tenemos bastante trabajo que hacer.
Durante el día Estuvimos arreglando cuentas personales y otros menesteres de ella. Cuando ya estaba por terminar la tarde, me dijo Michael me gusta tu trabajo y eficiencia, voy a hablar con mi esposo para que trabajes conmigo como mi asistente personal, estas de acuerdo? Ahh y por supuesto con un mejor sueldo.
Yo de inmediato le agradeció, encantado de la vida, qué mas podía pedir? Si estaba como pez en el agua.
Al día siguiente acudí tal como me lo había pedido a las 8:30 a.m. Me encontré con mi jefe, quien me felicitó y agradeció por no haberlo hecho quedar mal, y me informó que desde ahora iba a trabajar directamente para su esposa, pero como parte del personal de la empresa. Dicho esto se despidió y salió.
Me quedé esperando que saliera Linda, para iniciar una nueva jornada de trabajo. Ella salió vestida para hacer ejercicios y me dijo que no la esperara que vaya a la oficina y comience a hacer lo del día. (La oficina era una habitación grande que se encontraba al fondo del corridor de los dormitorios, que había sido adaptada para eso). Comencé mi trabajo, arreglando las cuentas, haciendo reconciliaciones mensuales, verificando pagos por hacerse y hechos, asentando comprobantes, etc, etc. Al cabo de una hora, al salir al baño pasé por el dormitorio e ella y la puerta estaba entreabierta y pude ver su figura reflejada en una espejos, completamente desnuda, pero solamente la vi de espalda. Lo que había visto realmente me impresionó y seguí rumbo al baño. No podía quitarme esa imágen de mi cabeza.
Al mediodía se acercó vestida con una falda campana a la altura de las rodillas y una blusa semitransparente, me invitaba a almorzar con ella, lo que acepté.
Estando en la mesa no podía apartar de mi cabeza su esbelta figura desnuda dándome la espalda, venía de hacer ejercicios en el gimnasio de la casa. Linda me dijo en qué piensas, que te tiene embelezado. Yo le respondí, que era verdad, que estaba totalmente impresionados por algo. Ella tomando mas confianza me dijo, Se puede saber qué o quien te ha impresionados tanto? Estuve a punto de decirle que era ella, pero preferí quedarme callado. El resto del día paso sin ninguna novedad que acotar.
Al día siguiente, llegué puntual como siempre. Ella estaba a punto de entrar al gimnasio cuando saludamos. Le pregunté por el gimnasio y me hizo pasar a verlo. La verdad es que era completo. Me preguntó si me gustaba los ejercicios, le respondí Si, todos los días trató de ir al gym, pero lastimosamente a veces no tengo tiempo. Ella me dijo si quieres, desde mañana ven un poco mas temprano y puedes acompañarme a hacer los ejercicios. Te parece? Gracias, aquí estaré mañana, le dije.
Efectivamente, al día siguiente estuve mas temprano que de costumbre. Mi jefe se había ido de viaje y no regresarías hasta después de una semana. La empleada Meche salió a recibirme y me dijo que la señora no estaba lista que pasara a la oficina. La verdad es que no se si serían mis hormonas alborotadas o Mechita estaba riquísima esa mañana. Se había subido un poco el uniforme, lo que le dejaba ver sus bien puestas piernas y denotaba mejor su buen trasero. Se alejó de mí con un caminar que daban ganas de agarrarla y hacerla sentir lo que era un hombre.
Al momento salió Linda y me dijo que vaya a cambiarme al baño. Al salir, pude darme el gusto de apreciar todos sus atributos. Linda estaba vestida por asi decirlo, con una licra blanca que mas parecía la piel de ella. No dejaba nada a la imaginación. Su trasero estaba en todo su splendor, dejando ver su pequeño hilo dental que usaba, por delante, ahhhhiiii dios mío, era una verdadera diosa. Tenía una vulva grande delicioso a la vista, que ganas de inclinarme y comerme esa entrepierna abultada. Yo estaba en la gloria. Sus pecho se notaban muchos mas grandes de los normal, se notaba que no tenía brasier, sus pezones se notaba a simple vista, aún sin estar erectos. En resúmen, tenía una verdadera diosa ante mí.
Comenzamos a realizar los ejercicios que ella acostumbraba. Entre risas y charlas, ella fue tomando mas confianza y me dijo que la llamara Linda, que eso de señora la hacía sentir vieja. Me comenzó a preguntar cómo hacía para tener mis pectorals y las abdominals bien pronunciadas, le dije que era mi tipo de ejercicios. Ella me dijo que le enseñara cómo hacerlos.
Le enseñaba la tension dinámica para los pectorals, pero ella no lo captaba bien, le tenía que pocar parte de su pecho, para lo cual se lo dije y le pedí permiso para hacerlo. Ella me dijo que estaba bien, que siguiera adelante. Le toque gran parte de su seno apretándoselo un poco para que se diera cuenta lo que decía. Sus pezones reaccionaron rápidamente poniéndose puntiagudos y notándose a través de la licra. Luego fueron los ejercicios de abdominals. En uno de los clásicos ejercicios, ella tenía que sentarse sobre mis piernas y yo sobre las suyas. Era una especie de abdominals de reflejos, ella se levantaba y yo la empujaba suavemente para hacerla resortear y de igual manera ella a mí. Este ejercicio se gusto y mucho mas a mí, porque al empujarla suavemente, me tenía que inclinar bastante hacia ella, poniendo mi cara a escasos centímetros de su delicioso y abultada entrepiernas. En uno de esos ejercicios, ella se fue de largo y calla sobre mi pene que estaba algo morzillón por la vista que tenía delante mío. Como quedamos trabados, ella no se pudo quitar de encima mío por unos 10 segundos, luego de esto se disculpó.
Luego hicimos un ejercicio de remos mutuos, que consistía en pegar las planta de los pies frente a frente, y con los brazos halarnos hacia delante cada uno. Este ejercicio implicaba tener que abrir bastante las piernas. Yo llevaba un pequeño short de piernas holgadas para darle facilidad a los movimientos de las piernas. En el ejercicio ella podía ver muy bien mi pene dentro de mi calzoncillos, lo que seguramente fue la causa de que sus pezones se pusieran nuevamente puntiagudos como tratando de romper la licra. Yo me percaté de aquella y no dude en hacerme el que fallaba e irme sobre ella directamente mi cara a su delicioso vulva. Caí sobre ella y aprovechando la ocasión le pasé la lengua y la mordí un poquito su delicioso vulva que me traía loco.
De inmediato ella dió por terminada la sesión de ejercicios y me dijo que se iba a duchar y que además le dolía el cuerpo y sobre todo los muslo por su parte interior. Le dije que yo estaba estudiando masajes terapéuticos y que si quería podía ayudarla como parte de mi trabajo. En verdad? Me dijo Tu sabes dar masajes? Si le respondí, cuando desee se lo puedo hacer.
Ella se fue a bañar mientras yo me fui al baño secundario. Cuando salí me dí cuenta que no había toallas para secarme, para los cual llamé a Mechita para que me trajera una toallas, cuando ella regresó abrió la puerta viéndome en pelotas, a lo que sonrió y me entrego la toalla sin apartar sus ojos de mi polla.
Ya en la tarde, mientras trabajaba conversaba con Linda, cuando ella se quejó del dolor de las piernas. Me preguntó si realmente sabía dar masajes, le respondí que Si, que estaba estudiando eso. Ella me dijo me puedes dar un buen masaje? Le respondí Cuando quiera lo hago. Ella me dijo vamos ahora mismo que no aguanto el dolor. Nos dirigimos a su dormitorio y se recosté en su cama. Le dije que era necesario que se quitara el pantalón y la blusa que llevaba. Ella fue al baño y regresó envuelta en una toalla grande, se acostó boca abajo y me dijo que estaba lista que empezara. Comencé a masajearle las piernas por la parte posterior. Ella se quejaba del dolor el mismo que poco a poco fue desapareciendo. Luego le hice dares la vuelta, al hacerlo la toalla se le fue a un costado dejando a mi vista todo su frente vulva la cual pude apreciar a través de su hilo dental, y sus tetas que tenía los pezones totalmente erectos. No me hice el disimulado, mas por el contrario, le hice ver que estaba dándome gusto con la vista. Ella se tape como pudo y me dijo que continuara con el masaje. Ahora le tocaba en la parte interior de sus muslo. Comencé masajearle las piernas, pero mas bien eran caricias lo que le hacía, las misma que comenzaron a surtir efecto momentos después. Ella lanzó un pequeño y casi desapercibido gemido que me llegó. Seguí subiendo cada vez mas cerca de su entrepierna dándole caricias y ligeramente llegué a tocar su vulva dando ella un pequeño brinco. No dijo nada, por lo que me atreví a ir mas lejos. Ahora ya no solo rozaba su vulva, sino que intencionalmente acercaba mis dedos acariciándole su vulva, ella gemía cada vez que lo hacía. De un momento a otro, ella se sacó totalmente la toalla quedándose solamente en el hilo dental.
Me agarró la mano derecho a y la puso sobre su seno derecho apretándome la mano para que le acaricie sus tetas mientras aumentaba sus gemidos. Me acomodé y comencé a besarle los pezones, se los chupaba y mordisqueaba, mientras ella arqueaba todo el cuerpo y sus gemidos aumentaban. Me agarró la cabeza y la apretaba contra sus tetas, yo chupaba y mordía los pezones, ya sea el uno, pasaba al otro, se los succionaba y hacía que diera pequeños gritos de placer mientras se arremolinaba y arqueaba su cuerpo llegando a su primer orgasmo.
Fui bajando poco a poco a ti abdomen, lamiendo, besando, llegué a su ombligo dónde me deleite jugando con mi lengua en el mismo. Ella comenzaba a gemir nuevamente, luego fui bajando lentamente hacia su entrepierna. La besaba, la chupaba, ella gemía fuertemente, comencé a sacarle el hilo dental mientras iba lamiendo sus partes. Delante mío tenía una vulva totalmente razurada, rosadita y abultada. Era realmente algo grande y apetecible. Comencé a lamerlo en los contornos zigzageando con mi lengua dándole placer que ella se deleitaba en sentir. Movía su cadera tratando de ubicar mi boca en su raja ya húmeda de sus jugos. Le pasaba la lengua lentamente sobre su raja, ella alzaba su cadera tratando de penetrarse mi lengua, pero sin exito, lo que la desesperaba mucho mas. Yo continuaba con mi labor, movía mi lengua en forma circular de arriba a bajo en su rajita, ella gritaba Ya papito ya papito, métela métela que no aguanto mas.
De pronto encontré ese hinchado botoncito rosado, al mismo que le dí un trató especial, primero lamiéndolo, luego chupándolo. Ella deliraba y lloraba de placer, me cogió de mis cabellos apretándola contra su vulva, gritaba que se la metiera, cuando llegó a un brutal orgasmo que la estremeció fuertemente mientras yo me deleitaba con sus jugos.
Yo seguí chupando el clítoris con ansias y dedicación, luego le introduje mi lengua dentro de su pozo de placer, haciendo que ella se retorciera nuevamente, jugaba con mi lengua dentro de ella, hurgaba en sus labios interiors, todos rosaditos y mojados por sus líqidos, se los chupaba, se los succionaba haciendo que volviera al climax y restregara su vulva contra mi cara, apretándola como si la quisiera dentro de ella. Movía sus cadera como si estuviera siendo penetrada. Gemía fuerte, gritaba llena de placer y lujuria, estaba alcanzando un nuevo orgasmo. Se movía en forma alocada y desesperada cuando le llegó nuevamente. Quedó quieta acostada en la cama, mientras yo cogía un respire. Me acosté junto a ella y me comernzó a sacar la ropa que traía puesta. Primero mi camisa, para comenzar a besarme y chuparme los pechos, las tetillas con muchos deseos, dejándolo marcas de los chupetones que me daba. Al parecer le gustaba hacerlo. Luego me desató la correa y bajó el cierre de mi pantalón, sacándolo juntamente con mi calzoncillos, dejando a su vista mi erecto pene. Mi pene no es inmenso, es normal pero si un poco mas grueso que lo normal. Ella inmediatamente se avalanzó hacia mi polla y se la metió a la boca, con desesperación, lo chupaba, se lo metía hasta dónde podía y se lo sacaba, repitiendo varias veces el mismo proceso. Yo estaba en la gloria, veía cómo esta bella mujer se metía mi polla con ansias en su boca.
Estaba a punto de acabar cuando ella se percató de aquella, se montó sobre mí y comenzó a besarme con intensidad. Devoraba mi boca con cada uno de sus besos, metía su lengua con muchos deseos. Me besaba el cuello el pecho, mientras decía Me gustas, me gustas mucho Michael. Súbitamente, se sentó y agarrando mi polla se la llevó a la entrada de su concha, se acarició el cl?toris con la punta de mi pere, lo hacía con fuerza mientras gemía fuertemente. Se levantó un poco, se la acomodó en la entrada y luego se sentó fuertemente y bruscamente, metiéndosela totalmente por lo cual pegó un grito de placer Que ricoooooo!!! Y comenzó a moverse de adelante hacia atrás, pero siempre frotándose fuertemente su vulva con mi pelvis. Que rico que rico, gritaba llena de placer. No le importaba que la escuchara la empleada, estaba gozando plenamente y sin contemplaciones. Saltaba y se sentaba metiéndosela hasta el mismo tronco. Deliraba de placer y yo ni que decirlo. Veía como se metía mi pene dentro de esa maravillosa vulva, cosa que me excitaba muchísimo.
Me vengo, me vengo papito dale duro, dale muévete papito gritaba mientras aceleraba sus movimientos, ya parecía un trompo sobre el eje de mi pene. Gritaba, saltaba, se movía aceleradamente, cuando ella grito Yaaaaa yaaaaaa queeee ricoooooo! Y diciendo esto, siguó moviéndose por un rato para llegar juntos a otro gran orgasmo que la dejó prácticamente desmayada sobre mí. Yo estaba todavía con ganas. Salí de debajo de ella y me puse detrás de ella. Le levanté su cadera dejando a mi vista ese hermoso agujero negro que me llamaba a gritos. Clavé mi boca en ese delicioso agujero, se lo chupaba, se lo lamia, mientras ella se recuperaba. Le metí un dedo y ella gimió se trataba de abrir su esfinter mientras ella se recuperaba y se dejaba hacer. Le metí el segundo dedo y ella comenzó a moverse rotando su culo. Luego ubiqué la punta de mi polla justo en su agujero y empujé suavemente, ella brinco y me dijo Suave papito, que nunco lo he hecho por ahí. Soy virgin y va a ser solo para tí. Ella aflojó un poco permitiendo que yo siguiera mi penetración. Por fin entró la cabecita, ella gimió y dijo Ahhh que rico, y dicho esto se impulsó hacia atrás haciendo que mi pene la penetrara totalmente, ella pegó un grito y se quedó quieta. Luego comenzó a moverse suavemente, diciendo dale papito dale que rico es esto, que rico papito dale dale. Así Estuvimos por unos diez minutos bombeando penetrándola hasta chocar mis testículos contra sus nalgas, finalmente llegamos a un sonado orgasmo en forma conjunta. Ella se desvaneció boca abajo en la cama y yo encima de ella con mi pene metido en su culo hasta que solo se salió por la flacidéz.
Luego de esto descansamos, nos besamos y conversábamos sobre lo acontecido. Me dijo que su marido estaba en lo cierto, que yo le iba a ser de mayor utilidad que Ana.
Nos besamos, nos acariciábamos y nos hacíamos promesas de estar siempre juntos dándonos placer.
Pero eso es asunto de otro relato.
Govico1
Pasaba por una calle alejada del centro. Era el final de una jornada calurosa y yo iba con mi mente despejada por ahí, cuando lo vi caminando por la vereda meneando su colita de lo mas sexy. Lo miré detenidamente porque había mucho que me atraía en él. Era un típico chico moderno de liceo, cuerpo delgado con una cola espectacular y una linda cara morena.
Ante mi mirada se detuvo y pícaramente dejó caer un poco sus pantalones de jogging, dejándome ver toda la forma redonda y parada de su...