Autor: Ramiro | 13-Jul
Recuerdo ahora aquella tarde de verano con mucho morbo. Y es que a pesar de los años transcurridos, aquella primera experiencia seria, me marcó y me causó un gran impacto.
Yo tenía 17 años y pasaba el verano en una finca de un tío mió, como hacia cada año. Recuerdo que era la hora de la siesta en el mes de Julio y el calor era muy grande. Pero a mi no me gustaba dormir la siesta, por eso, y dado que allí la diversión era casi nula, me iba solo por medio del campo a vivir mi aventura y a crearme situaciones que me excitaban sexualmente y que terminaba masturbándome bajo cualquier árbol.
Aquella tarde me había alejado del caserío unos cinco kilómetros, dentro de la finca y esta en un lugar frondoso y con mucho matorral junto a un camino de la finca. Cuando llegue allí era el sitio ideal para bajarme los pantalones y cagar, la verdad es que tenía ganas de hacerlo. Ni corto ni perezoso me bajé los pantalones y los slip y me agaché junto al camino y me puse a cagar tranquilamente. Cuando a penas llevaba unos minutos agachados y cagando oigo un ruido de coche que avanzaba por el camino y al momento asoma un land rover de la finca. Era el capataz, un joven de unos 28 años encargado de organizar el trabajo de los obreros de la finca de mi tío. Se llamaba Miguel, era un tío fuerte guapo y con muy buen tipo, al que yo dentro de mi bisexualidad admiraba por su belleza. Miguel conducía despacio y rápidamente me vio al pasar y automáticamente paró sonriendo. Que haces, me preguntó, la pregunta era de cachondeo, pues la posición en la que me encontraba y lo que acababa de dejar en el suelo lo decía todo. El reía y yo estaba algo cortado, me dice, no te cortes hombre, si te estabas cagando has hecho muy bien en hacerlo. Y me preguntó si le acompañaba a caseta de regadío, le dije que sí. Me limpié el culo me puse los slip y pantalones y me monte en el land rover. Llegamos a los pocos minutos a la caseta de regadío. Aquello era una casa habitable pero que no había nadie y tenía todo el mobiliario adecuado para que vivieran allí unas tres personas. Junto a ella había una alberca grande que recogía el agua de un pozo con motor para el regadío de aquella zona. Nos bajamos de coche y Miguel comentó hace calor. Nos bañamos en la alberca, es que no tengo bañador le dije, yo tampoco lo tengo me dijo, nos podemos bañar en calzoncillos. Bueno vale, nos denudamos y nos quedamos los dos en slip, los suyos eran blancos como los míos. El fue el primero en lanzarse al agua y luego yo, nos dimos algunos chapuzones mientras comentábamos lo buena que estaba el agua. Al momento el se salió y se puso de pie en el borde, pude entonces ver con los elipse transparentaban totalmente y se le notaba una enorme polla y unos huevos grandes con una gran sombra negra de pelos, su cuerpo era perfecto y precioso, yo no pude reprimirme y miré fijamente su entrepierna que me cautivó. El se dio cuenta y se toqueteó un poco y note como se le empezaba a pone mas grande. De pronto se volvió a tirar al agua y llegó hasta mi y casi choca conmigo, yo nadé hasta el borde y me puse de pie en el pretil, con lo que a mi también se me transparentaba los slip se me notaba la polla aunque mas pequeña que la suya. Observé como miraba mi bulto igual que yo había mirado el suyo, yo lo mire al él y los dos sonreímos con complicidad. Me tire de nuevo al agua y estuvimos un rato juntos dentro del agua. El se toqueteaba mucho sus partes como insinuándose a mi. Después de unos minutos nos salimos los dos y nos dirigimos a la casa y dijo bueno esto se tendrá que cerca y se quitó los slip y los tendió a la entrada quedándose totalmente desnudo. Yo me quedé mirando con sorpresa y alegría de ver lo que estaba viendo. Y me dijo quítatelos y déjalos aquí para que se sequen, me quité los míos y los tendí también en la entrada y me quede también desnudo. Entramos en la casa que era muy acogedora y fresquita, el me miró de arriba abajo y me dijo que si me encontraba bien, le dije que si, sonreía de una manera especial. Me dijo que tenía un tipo muy bonito cosa que me agradó y yo le dije que el también y por supuesto también le agradó. De verdad crees que tengo un tipo bonito, me preguntó, si le dije. Entonces se me acerco y poniendo sus manos sobre mis brazos me dijo quieres que disfrutemos un rato los dos. Yo haciéndome un poco el inocente le dije bueno, pero como. Déjame a mi me dijo, se acercó mucho a mi y junto su pecho con el mió y su polla enorme golpeaba la mía que también estaba empalmada. Estas empalmado me dijo y tu también le dije. Entonces el me cogió y me abrazó fuertemente y me dijo es que tu empalmas a cualquiera, y tu, le dije yo también. Me dice Luís me gustas, tienes un tipito muy bonito y me encantaría tenerlo conmigo un rato. Yo le conteste que el me gustaba a mi también y que podía hacer lo que quisiera.