Autor: Karolay | 09-Jul
"Aló, dime con quién hablo?" dije al contestar el teléfono luego de varios repiques.
"Hola, catira, soy el tipo de la discoteca, el que conociste anoche, no me recuerdas?" escuché del otro lado del aparato. Había conocido a varios tipos en la noche anterior y además me había ido con uno de ellos con quien había pasado el resto de la noche follando hasta el cansancio.
"No sé, cómo te llamas?"
"Jean Luis, espero me recuerdes"
"Ah ok, y dime en que puedo servirte?" dije tratando de recordarlo.
"No sé, hoy salgo para mi ciudad y me gustaría invitarte a almorzar"
"Ok, pero tendrá que ser como en una hora porque ahora estoy terminando un asunto" le dije mientras Adolfo, uno de mis clientes preferidos no paraba de meterla y sacarla de mi vagina en la habitación de un motel donde llevábamos más de una hora hospedados.
"Seguro, preciosa yo te esperaré en el centro comercial que queda cerca de la disco"
"Dale pues, nos veeemos" dije cerrando la conversación.
Adolfo aprovechó el instante para sacarla de mi vagina y ponerme en cuatro para clavarmela a su gusto.
Mientras me la metía, abrió mis nalgas y exclamó:
"Oh, mi reina tienes el culito hinchado y con la boquita abierta! Qué le paso?"
Con picardía le respondí: "Sí, se ve muy hinchadito y dilatadito? Papi, es que esta semana no ha parado de comer, tu sabes todos lo piden y él que cargaba hambrita"
Mis palabras lo enardecieron más. "Y no seguirá con hambrita, no querrá comerse una polla caliente y durita y tragarse una lechita?"
"Esta semana ha comido mucha carne, pero ha tragado poca lechita, tu sabes yo me cuido mucho, a ti te permito que me la metas sin preser porque eres de confianza" le dije mirándolo de reojo. En realidad la noche anterior había tragado bastante lechita, primero de la otro de mis clientecitos de confianza que me llevó a la disco y cuando se tuvo que ir porque su mujer estaba llamándolo aproveché para escaparme con un chico muy lindo que conocí allí (con el que pasé la noche y con quien follé al natural como decimos por aquí)quien me lo puso hinchadito de tanto darle y me acabó un par de veces en mi hoyito.
Adolfo se estremeció de gusto y acto seguido sentí como su pingota resbalaba dentro de mi ano. Era delicioso, el sexo anal es sabrosote y a veces me lamento de tener sólo cuatro años y un poco practicándolo.
Un par de minutos después, Adolfo vaciada sus testículos en mi culito.
Se me hizo algo tarde mientras conversábamos así que ni bañé antes de irme. Nos embarcamos en su camioneta y me dejó cerca del lugar que había convenido con Jena Luis, mi admirador no recordado de la noche anterior (usualmente le doy mi teléfono a quien me guste así que debía ser una joya).
Le repiqué y convenimos en que me esperaba en el restorán. Al entrar se levantó de su asiento y me llamó, era guapísimo y altote.
Conversamos mientras esperábamos la comida y durante la misma. Era blanco y como de 25 años; ya yo tenía en ese tiempo 27 años (ahora tengo 29), y me pareció espectacular.
"Si no conoces mucho yo te puedo servir de guía en esta ciudad", le dije sonreída.
"Me gustaría mucho preciosa"
Terminamos de comer y recorrimos el centro comercial como media hora. Luego fuimos al estacionamiento y embarcamos en a su camioneta último modelo.
A ratos volvía a mirar mi escote y mis senos 36. Yo me reía internamente.
"Ayer te fuiste con un tipo de la disco" me dijo.
"Ah, si. Es un amigo que me llevó a mi casa", le mentí sin remordimientos.
"Amigo, con derecho?
"No, para nada"
"Y tienes novio?"
"Tengo uno, pero estoy por dejarlo"
"Muy interesante, una chica como tú deberá ser muy asediada"
"Si, pero casi nunca le paro"
"Y a que te dedicas?, si puedo saber"
"Trabajo en una tienda, pero hoy ando libre"
"Me gustas mucho"
"U y que bien, a mí también me agradas" le dije colocando mi mano izquierda sobre su muslo derecho. Sentí que se ponía tenso algo en sus pantalones.
"Lástima que tenga que irme hoy"
"Podemos aprovechar el tiempo que queda, mi rey" le dije ya algo caliente. Lo de "mi rey" es muy común en el vocabulario de nosotras las putas, aunque vi que él se lo tomó de muy buen gusto.
"Y cómo podríamos aprovecharlo, mi cielo?"
"Estoy disponible para tí"
Lo demás para qué contarlo. Me pidió saber de un lugar, así que nos fuimos al mismo motel donde habíamos estado Adolfo y yo dos horas antes. Por casualidad nos tocó la misma habitación. Aunque follo todos los días y muchas veces atiendo clientes tres y cuatro veces al día, la mayor parte de las veces en el mismo motel, nunca me había tocado el mismo día en la misma habitación, de modo que aquella coincidencia me llenó de calentura: Follar el mismo dái en una misma habitación con dos tíos diferentes! Wao!
Ya en al habitación le baje el cierres y procedí a mamar su enorme polla como si tuviera tiempo sin hacerlo. Estaba hermosa y rica, como tanto me gustan. He probado miles de pollas y nunca me canso de deleitarme con ellas. Es lo mejor del mundo chuparse una, sobre todo si el tío te gusta cómo me gustaba aquel macho.
Terminamos de desvestirnos mientras yo no dejaba aquella polla salir de mi boca. Me recostó en la cama y chupó mis senos y me lamió el cuerpo.
?Estas riquísima, mi cielo? me decía extasiado mientras cerraba mis ojos para experimentar con mayor fuerza aquellas sensaciones.
Al rato sentí como abría mis piernas y metía su enorme salchicha en mi pussy, el cual se la tragó toda con una facilidad pasmosa. No sólo eran mis jugos que se habían producido en cantidades cuantiosas, también tenía que contar el par de venidas de Adolfo que como les dije no me había dado tiempo lavarme.
?Estás mojadita mi cielo, te gusta mi polla??
?Si, me gusta mucho. Mérela duro y sin pararrrrrrrrrrr mi amor?
No se hizo mucho de rogar, ya que con sus embestidas casi me partía en dos. Durante casi una hora (qué macho!) no paró de cogerse mi chochita resbalosa. Al fina cuando ya sentí que se estremecía le pedí que me la diera en mi boca.
?Dámela en mi boca, cariño, la quiero comer?
La saco de mi y conteniendo la acabada presionando su polla la dirigió a m boca que yo abrí extremadamente para recibir su semen. Fue un chorro impresionante y espeso que saboree y tragué extasiada.
Conversamos un rato y pasamos nuevamente a la acción. Esta vez acabó algo más rápido, en mi vagina.
?Quiero tu culito, mi reina? me dijo.
?Es todo para ti, pero no soy virgen de culito, mi rey, así que lo tengo dilatadito, mi novio no para de hacérmelo por allí?
A pesar de lo gruesa de su polla, entró con facilidad en mi ano. Dos años de prácticas me habían provisto de mucha elasticidad allí donde termina la espalda. De hecho, según el cuadernito que les he contado, la polla de Jean era la 1039 que me comía por allí, sin contar las que sólo entraron por mi delantera. Y todo porque poco después de comenzar a los 25 años a practicar el sexo anal en mi trabajo y en mi vida privada salí embarazada y ya después del tercer mes me retiré temporalmente hasta dos meses después de dar a luz a mi cuarto bebé.
Se tardó bastante más de media hora, pero fue rico. Ahora sí que lo tenía hinchadito, y tendría que descansarlo un par de días por lo menos, pensé. En realidad me dolió hasta el tercer día, pero no era para lamentarse.
Terminó con espasmos seguidos en mis entrañas. La dejó un rato allí y luego la sacó toda flácida.
Después del hotel fuimos la cine, aunque ni recuerdo la película por lo adolorido que me quedó el culo.
Al día siguiente ni salí. Apagué el teléfono y solo pensaba en aquel pollon tan delicioso. Dos días después andaba nuevamente en mi trabajo, haciendo solo sexo oral y vaginal. Aun me dolía el culito un poco y no quería que se me fuera a inflamar más.
Ya al tercer día estaba en forma nuevamente, tanto que lo hice analmente con tres desconocidos que me llamaron por mi avisito en la prensa y en internet.
Jean fue lo que se dice una agradable sorpresa. Muy rica por cierto. Ciao mis amores, no dejen de escribirme.
Estoy por sacar un blog en la internet. Uno de mis queriditos con quien llevo un mes follando rico me prometió que me lo ayudaría a hacer. Claro, tengo que pagarle con mi cuerpo al muy cabrón. Lo que hago con mucho gusto.