Autor: anonimo84982 | 06-Jul
Me presento: mi nombre es laura, tengo 19 años y a pesar de considerarme heterosexual, constantemente he disfrutado de porno lésbico, hasta masturbarme. La historia que les quiero contar ahora se remonta hasta hace unos meses, cuando en el viaje de fin del liceo decidimos ir con todos mi curso y una profesora de chaperona a la playa.
A pesar de que mi novio también es mi compañero, preferí pasar esos días más cerca de mis amigas, entre ellas, jocelyn, por quien he sentido una atracción inexplicable y aumentó al verla en traje de baño, con sus redonditos y paraditos senos mojados al salir del agua, y escurrirle también por su vientre y sus muslos. Solía mirarle su culito cuando estaba con pantalones e imagínense ahora solo con esa pequeña tanga que resaltaba todas sus formas de manera excepcional.
Ella y yo siempre hemos sido consideradas las chicas más guapas del curso por mis compañeros y además siempre hemos sido muy buenas amigas
Dormimos juntas los dos primeros días de nuestra estadía por la escasez de camas, y aunque a mi se me pasaron por la cabeza algunas cochinadas, me reprimí puesto que temía a su reacción.
Una noche decidimos ir a hacer una fogata a la playa, pero jocelyn y yo nos alejamos para caminar por la orilla y conversar un poco como acostumbrábamos hacerlo. Al cabo de un rato y después de algunas risas decidimos bañarnos en el mar, pero ambas estábamos sin traje de baño pero no hubo problema en hacerlo completamente desnudas, al verla quitarse la ropa interior y observar su culito y sus senos yo me quedé completamente húmeda, pero no le tomé importancia y la tomé del brazo y corrimos al agua, una ves allí me comencé a acercar muy disimuladamente hasta el punto en que nuestros muslos se rozaban lo que me proporcionaba una enorme excitación, de pronto y como un gesto natural decidí abrazarla y noté como se sorprendió al sentir el contacto de nuestros senos, rozándose completamente erizados, me miró fijamente y entonces recordé que en alguna confesión me mencionó de su virginidad lo que me conmovía ahora y me excitaba terriblemente, sus ojos me miraban ahora con un indicio de aprobación, entonces acerqué mi boca a sus labios y ella hizo lo mismo, nos besamos apasionadamente, mientras tocaba sus senos salvajemente con toda la pasión contenida durante tanto tiempo, acariciaba sus glúteos y la presionaba contra mi, sentía sus cuerpo palpitar en mis manos y pensé que estaba perdiendo el control cuando se me ocurrió proponerle que nos fuéramos a las cabañas.
Sin avisarle a nadie nos dirigimos al que sería nuestro nido, entramos a la habitación y la cerramos de inmediato, volvimos a besarnos, esta vez quien presionaba mi cuerpo contra el suyo era ella, yo comencé a besar su cuello mientras ella gemía y tocaba sus pezones, bajé luego para apoderarme de ellos con mi lengua&- dios mío tanto tiempo soñando con ese momento y ahora se hacía realidad- me encantaba la sensación de sus pechos tan lindos y perfectos en mi boca, tan suaves y tan erectos. Seguí bajando por su vientre lentamente dejando un rastro de saliva por su cuerpo, la recosté en la cama y abrí sus piernas, besé sus muslos mientras su desesperación no aguantó más y llevó mi cabeza a su vagina, estaba completamente húmeda, sus labios hinchados y el más mínimo rose de mi lengua la hacía retorcer de placer, entonces comencé a meter mi lengua en su vagina, a chuparle con fuerzas y beber todos sus jugos, entonces sentí que se corrió en mi boca es lo mejor que he sentido en mi vida-, me dijo ahora quiero yo- me subí sobre jocelyn nuestros cuerpos para ese entonces completamente desnudos se rozaban y excitaban, nos besábamos sin control alguno, abrí mis piernas entre las suyas hasta que nuestros coños quedaron completamente juntos, nos comenzamos a mover despacio, sintiendo como el rose de nuestras húmedas vaginas nos producían placer, se movían una junto a la otra, alimentándose mutuamente de jugos vaginales, el ritmo comenzó a aumentar, podía ver yo en su cara la expresión del placer, de estar al borde del orgasmo, el ceño sensualmente fruncido, movimientos envueltos de desesperación, rápido, más rápido hasta que un grito de ambas sello el placer en un orgasmo intenso. Caí completamente exhausta a su lado y besé tiernamente sus labios alucinada con lo que había ocurrido, entonces ella aún deseosa abrió mis piernas y se fue a mi coño lamiéndolo con fuerza provocando en mi culito contracciones extraordinarias, todo mi cuerpo palpitaba y quería verla, ver como me chupada, como sus hermosos y carnosos labios me lamían, me succionaban, me hacían suya, tomé su cabeza y la empujé con fuerza para que siguiera hasta que sentí que se acercaba una gran explosión y no tardó en llegar.
Cuando todo ya había acabado, nos miramos y nos reímos, nos acostamos y dormimos exhaustas, desde aquel día nos esperaban muchas noches más juntas