Autor: anonimo63237 | 01-Jul
Continuando un relato anterior,una tarde, cuando llegamos a casa dee Susana nos abrió María "Mi madre ha tenido que ir al La Plata porque la llamo mi abuela, y no regresa hasta el domingo." Ignacio y yo nos miramos, hacía tiempo que nos habíamos estado fijando en María, ahora había cumplido los 15 años y era mas deseable si cabe. Su boca estaba pidiendo que la besen y su culito que lo acariciaran. "¿Qué ha dicho ella?". "Me ha dado esta nota para Uds.". En la nota, Susana nos pedía que cuidáramos de María en su ausencia.
Ignacio y yo nos miramos y nos guiñamos un ojo. Hacía varios años que nos pasó algo igual, una de las chicas salió de viaje y nos dejó recado con su hermana de 18 años, terminamos por cojerla durante el fin de semana y mas. Desde luego que no pensábamos dejar escapar una oportunidad como esta.
"De acuerdo, hemos traído algo para la cena y comeremos juntos". María se puso contenta, pues sería nuestra anfitriona. Preparamos la mesa y nos servimos una buena cena. Le dimos a María a probar el vino, nunca lo había hecho. Lo cierto es que se le puso la cara sabrosa por el vinito. Terminada la cena nos sentamos en el salón para ver la tele, Yo había llevado una película casi-X, pensando en verla con Susana, en su lugar la veríamos con María. Nos sentamos en el sofá, ella entre los dos y comenzamos a verla. Por encima de ella nos miramos y acordamos en fijarnos en sus reacciones. No se perdió ninguna escena de la peli en todo el rato. Le fuimos dando pequeñas cantidades de vino, para que no se enfriase. Terminada la película pusimos un CD y nos pusimos a bailar bailar. La música era lenta e Ignacio la agarró y la acercó a él, me di cuenta que sus pechitos se pusieron duros por que se le notaban bajo la remerita. Cuando terminó con Ignacio, la saqué yo. Mi pija estaba dura como la piedra y se la acerqué para ver que hacía, dió un saltito, pero yo apoyé mi mano en su culito y la acerqué a mi.
Cuando terminamos el baile nos sentamos de nuevo en el sofá. Ignacio dijo que tenía calor y se quitó la camisa, yo le imité (El truco era desnudarnos por completo y conseguir que ella hiciera lo mismo). Al rato El se levantó y se bajo los pantalones, quedandose en pelotas. María se tapo la cara con las manos. Y yo le dije "¿no decías que tenías calor, pues es mejor quedarse fresco de ropa?". Dicho lo cual me quedé también en bolas.
Ella siguió sentada en el sofá entre los dos, pero me di cuenta que miraba a un lado y a otro. "¿Nunca has visto una pija Anita?, no me contestó, pues mirala, y le giré la cara hacia mi. Ella bajó la vista y miro mi aparato que estaba en su máximo esplendor. "Tócala" le dije y tome su mano izquierda colocandola sobre mi chota dura. Ella cerró los dedos y palpo el instrumento. Mire a Ignacio y asentimos. El tomo la mano de María y la puso sobre su pija. La jovencita miro a su verga, que era mas pequeña que la mía. Ignacio comenzó a levantarle la remerita y dejó sus tetitas al aire (No llevaba corpiñito). Por mi parte metí las manos bajo su mini y alcancé el borde de sus bombachita, con poco esfuerzo porque ella colaboró se la saque y luego su pollerita.
Se quedó desnuda entre nosotros, sus piernas largas y delgaditas, su pancita plana y sus pequeñas tetitas erguidas. Pero lo mejor era su rostro de niña, rojo como una amapola y mirandonos con esa cara de inocencia. Ignacio la hizo mirar a su pija y la tomo de la cara para que la acercase. Puso la boca de la nena cerca de su chota y le pidió que la chupase "Nunca lo hice" dijo María y él la enseño , de manera que sus labios rodearon el glande de el y comenzó a chuparselo.
Yo no me quedé quieto y la hice girarse poniendose a cuatro patas en el sofá. Mientras chupaba la pija de Ignacio, separé los labios de su conchia virginal, apenas con unos pelitos, y comencé a meterle un dedo. Al poco rato separé sus piernas y coloque mi choto en la entrada de su conchita, comenzando a penetrarla. Lo cierto es que se despatarró al máximo ofreciendome la entrada de su concha. Le dije a Ignacio que lo haría y comencé a metersela. Puse mis manos en sus caderas y me fui abriendo paso poco a poco, el canal era estrecho y se ajustaba a mi verga como un guante. Avisé a Ignacio, que sacó su pija de la boca de la jovencita y de un empujón la desvirgue, metiendole mi pijota hasta el fondo. Ella dio un grito pero se calló al poco rato. Continué entrando y saliendo de su conchita ex-virgen. Ella comenzó a dar resoplidos, a medida que le venía el orgasmo. Cuando se acabo vacié mis cojones de leche tambien.
Se quedó un rato quieta. "¿Te gusto?" le pregunté.
- "Si, es muy bueno". Ignacio reclamó su parte y la dimos vuelta, dejandola boca arriba en el sofá. Ignacio separó sus piernas y le metió su pija en la conchita. Ella dio un gritito y dijo "Me gusta". El comenzó a metersela despacio y durante 20 minutos, ella acabo dos veces mas, hasta que el se tambien le acabo adentro.
Luego nos fuimos a la cama, donde seguimos las dos noches cojiendonos a la chiquilla que ya estaba en la gloria.. Cuando amaneció el domingo sus dos orificios podían acoger una buenas pijas ahora. También su culo era un poco mas ancho para entonces. Seguimos garchando con Susana y María durante un año. Los fines de semana, yo me metía en la cama de la madre e Ignacio en la de la hija, cambiando cada semana. Además íbamos a buscar a María al colegio y la llevábamos a un apartamento alquilado donde la cojiamos todos los miércoles, día en que su madre volvía tarde del trabajo. Así seguimos hasta que un día la madre fue a buscar a la hija al colegio, nos siguió y nos descubrió en el apartamento.
Nos hizo un gran escandalo que nos costo el alquiler y dejó de vernos. Desde entonces solo la hemos encontrado un día en compañía de un macho que resultó ser el portero de su casa, un tipo casado y con mucha "labia".
Con María a escondidas seguimos cojiendola, cuando decia que iba a casa de sus amigas, que tambien cayeron en nuestra cama, todas nenitas de 14 o 15 añitos.