Autor: duende | 27-May
Mi nombre es duende72, habíamos viajado otra vez al pueblo de Carmen, al que viajamos 3 ó 4 veces al año. El pueblo es pequeño, 2000 habitantes, y provoca en mi sensaciones contradictorias de aburrimiento, opresión y tranquilidad. Estaba terminando el verano y a pesar de que no era muy tarde estaba empezando a anochecer. Nos dirigíamos dando un paseo a casa de Laura y Andrés, Laura es hermana de Carmen y por lo tanto mi cuñada, tiene cinco años menos que Carmen y a pesar de haber parido dos veces su cuerpo juvenil solamente ha cambiado en que sus caderas han ensanchado algo y sus tetas se adivinan mas pesadas debajo de la ropa. Merendamos con ellos y cuando quisimos darnos cuenta eran mas de las doce de la noche y sus hijos y los nuestros, todos ellos menores, se encontraban durmiendo. Había notado que Carmen y Laura habían pasado gran parte de la tarde cuchicheando y riendo entre ellas pero en ningún momento nos enteramos los demás del contenido de tales conversaciones. Laura fue a la cocina a preparar café para todos y cuando llevaba un rato sola en la cocina me llamó: - Cuñado ¿puedes venir a ayudarme a abrir esto? Cuando llegué a la cocina no veía nada con lo que necesitara ayuda, eso me creía yo. - Mi hermana me ha contado vuestra aventura en el Ginecólogo y lo bien que lo pasasteis. A Andrés y a mi también nos ha rondado alguna vez hacerlo pero este pueblo es muy pequeño y se sabría todo rápidamente. Mientras decía esto yo alucinaba en colores y su mano estaba empezando a manosear mis pantalones a la altura de la bragueta. Pasaron por mi mente como en un flash las veces que siendo Laura soltera, había pensado en los buena que tenia que estar desnuda y en lo que me gustaría follarmela y ahora me encontraba con que las cosas se me ponían a tiro. Sin saber como una de mis manos se introdujo por el escote de Laura y estaba sopesando uno de los pechos de Laura que como había adivinado era pesado y poderoso muy parecido a los de Carmen, quizás un poco mas grande. Volvimos al salón y allí Laura explicó a todos la situación y sus deseos, que para mi sorpresa Andrés aceptó a la primera porque según nos dijo después llevaba tiempo deseando tirarse a Carmen y que mas de una vez se la había pelado en el campo a la salud de ella. Estando todos de acuerdo, sin mas preámbulos y como por arte de magia estábamos todos desnudos. Mis ojos no desmintieron a mis manos, las tetas de Laura eran un poco mas grandes que las de Carmen pero también la ley de la gravedad actuaban con mas contundencia sobre ellas. también resaltaban sus felpudos el de Carmen completamente depilado, me encanta que de vez en cuando se depile, y el de Laura presentaba una ingente masa de rizos negros que ocultaban la vista de su raja. Andrés tenia su polla en la mano y sin perdida de tiempo se acercó a Carmen y con la mano que le quedaba libre comenzó a acariciarle la parte exterior de su coño. Laura nunca se había afeitado y le extrañaba la suavidad de un coño recién afeitado. Yo tampoco me lo pensé dos veces, empujé con suavidad a Laura para sentarla en sillón cercano y sin mas contemplaciones introduje mi polla en su boca que no se esperaba eso, al principio puso algo de resistencia, porque solamente se la había chupado a su marido y en contadas ocasiones, pero rápidamente se le pasó el reparo y empezó a chupar con inexperiencia pero con bastante afición. Estaba llevando a cabo mi deseo desde siempre, me estaba follando a mi cuñada, ahora por la boca pero en cuanto tuviera la polla completamente tiesa la iba a enterrar en esa selva enmarañada que semejaba su chocho. Andrés se había sentado en otro sillón y Carmen le estaba lamiendo las pelotas mientras que estaba le haciendo una paja fenomenal descubriendo y tapando rítmicamente su glande, tenia los ojos cerrados y cuando los abría era para ver como su mujer tenia la boca ocupada por mi polla que ya estaba apunto de alcanzar su máximo desarrollo. Saqué la polla de la boca de Laura, tiré de sus piernas para su culo quedara en el borde del sillón y al arrodillarme ante mis ojos pude contemplar una gran mata de pelo negro que dejaba entrever unas gotas de humedad, con mucho cuidado abrí su coño y pude ver un bonito espectáculo, su carne rosada se veía muy húmeda y palpitante, de su vagina exhalaba unas gotas de líquido preparándola para los que la esperaba y sin esperar mas introduje mi lengua en su chocho alcanzando su clítoris de pleno que agradeció la caricia enviando una inmensa contracción al cerebro de Laura y seguí y seguí chupando, pasando mi lengua del clítoris a la entrada de la vagina follandola con mi lengua y tragándome el líquido que emanaba de allí, también paseaba mi lengua por su culo cosa que cada vez le causaba sensación por lo inesperado. Sin sacar mi lengua de su sitio pude ver como Carmen y Andrés estaban realizando un monumental 69 en el suelo, Carmen tumbada encima de Andrés que estaba sufriendo para no correrse pero que yo sabía que con la manera que tenía ella de chupar no tendría éxito. En efecto pocos segundos después pude oír los alaridos de Andrés que indicaban que había volcado todo su semen en la boca de Carmen que no dejó salir ni una gota y que aceleró el orgasmo de ella. Laura, mientras tanto, había sufrido tantos orgasmos bajo la tiranía de mi lengua y viendo el espectáculo de su hermana follando con su marido, que yo creo estaba casi desmayada. En la posición que estaba y sin mas introduje mi polla entre aquella maraña de rizos y comprobé que su interior era caliente y húmedo y que se contraía alrededor de mi miembro como queriendo aplastarlo. Empecé a bombearle el chocho y cada empujón que le daba Laura emitía un gemido que iba aumentando el volumen temiendo que llegase a despertar a los niños. Menos mal que ya no pude contener mas y descargué el contenido de mis cojones en su vagina lo cual hizo que Laura tuviera un gran orgasmo. Todavía completamente desnudos y sudorosos del primer asalto, nos sentamos a tomar unas copas. Las dos hermanas nos contaron que cuando vivían las dos en casa de sus padres habían tenido algún episodio de masturbación mutua y automáticamente la mano de Carmen se dirigió al coño de Laura y empezó a masturbarla, esta que ya no se sorprendía por nada hizo lo propio con su hermana y Andrés y yo introdujimos nuestras pollas casia al unísono en la boca de nuestras respectivas esposas. La situación estaba que echaba humo, nos separamos y Andrés a una indicación nuestra volvió a tumbarse en el suelo con su polla enhiesta que Laura rápidamente se introdujo en su coño hasta el fondo, la empujé hacia delante dejando su culo abierto primero le introduje un dedo en el y de esa manera pude comprobar que ese camino ya estaba abierto y sin mas apunté allí la punta de mi polla y cuando comprobé que había dilatado su esfínter se la metí de un golpe como si quisiera romperle el culo. Noté la polla de Andrés rozando con la mía separadas por una finísima pared de carne e intestino. Carmen se había puesto de pie delante de su hermana que le empezó a lamer el coño. Estando así a carmen le vinieron ganas de mear cosa que hizo en la cara de su hermana y en el pecho de Andrés que se quedaron sorprendidos por lo inesperado pero que cuando lo asumieron disfrutaron de ello. Deshicimos el montón y Carmen nos dijo que su coño no había sido follado aún y se tumbó en el suelo con las piernas abiertas y en alto. Sin mas Andrés introdujo en ella su polla y comenzó a empujar como si se la quisiera sacar por la cabeza. Mientras tanto mi polla quería volver a la boca de Laura para descargar en ella toda su carga, Laura nunca lo había hecho pero Carmen con pocas palabras la convenció y siguió jodiendo con Andrés que mientras tanto no había parado con su mete-saca. Se notaba que Laura aprendía pronto y se lengua parecía querer enroscarse en mi polla. Carmen se colocó de lado y logró alcanzar con la lengua el coño de su hermana y comenzó una labor en su interior que la hacia estremecerse. después de unos minutos así Andrés se corrió casi al unísono que Carmen dejando todo la vagina de ella chorreando lo que el había vertido dentro, en mi vida había visto tanta leche en una sola corrida. Yo estaba también a punto y no sabía como reaccionaría Laura al tragarse su primer semen cuando me iba a correr sujeté su cabeza contra mi bajo vientre y al comenzar mi eyaculación noté un amago de arcadas por parte de ella mientras que le sujetaba mas fuerte la cabeza, Carmen reforzó su trabajo en el clítoris de su hermana lo que terminó por hacerla correrse y acabar con sus reparos a tragarse el semen del cual no dejó ni rastro. Cansados y sudorosos nos duchamos y fuimos a dormir prometiéndonos repetir la situación en próximas visitas. Nos había costado cerca de diez años de casados empezar a tener relaciones con otras parejas y ahora nos dábamos cuenta del tiempo que habíamos perdido.