Autor: prof | 24-May
ELITE - EL PARTIDO
Sonó el despertador, 6h50, me sentía muy extraño, la noche anterior había sido el mamador de casi toda mi nueva jorga, me dolía un poco la lengua y los lados de la garganta, tenía un dolor de cabeza fuerte, pero estaba contento por pertenecer al grupo. Me dí un baño y me puse el uniforme negro, me miré largamente al espejo, de sólo mirarme me sentí exitado recordando la noche anterior, sin embargo me setía confundido por la idea de que me estaba haciendo homosexual, siempre me habían gustado las chicas y el pensar en ellas era muy agradable. En ese momento sonó el teléfono, era Andrés:
- Papá me prestó la van, te llevo al partido?-
- Seguro, estoy listo -
Desayuné muy ligramente, en 10 minutos oí el pito de la van.
Al llegar al colegio, ví en la cancha gente de negro y otros de blanco con polines amarillos, en el estacionamiento me esperaba Antonio con un termo de limonada y dos pastillas,
- tómalas con la limonada - dijo - eliminará el dolor de cabeza-
le miré sorprendido de que supiera de mi dolor de cabeza
- el alcaloide que te dimos ayer produce ese efecto, pero esto lo elimina -
Tomé lo que me daba entre aliviado y resentido.
Al acercarme al grupo los del tronco dijeron en voz alta
- Vaya, carne fresca !!- todos rieron, yo traté de reir también.
Uno de los del tronco dijo, -las 8h00, empecemos-
- nosotros solo estamos nueve- dijo Iván - denos 10 minutos -
Empecemos, insistieron, los primeros minutos son hasta calentarnos -
empezamos el partido en desventaja y ellos tenían incluso un jugador de refresco.
Nosotros eramos mejores, pero con dos hombres menos apenas podíamos contener los ataques del tronco, habíamos jugado casi media hora cuando nuestro arquero fué engañado habilmente y metieron un primer gol. Uno de los chicos del tronco, un rubio alto de piel dorada comenzó a decirme
- Estás bien, nos vemos después del segundo tiempo- y cosas por el estilo,
su mirada no se apartaba de mí y un par de veces me miró a los ojos masajeando su miembro, comencé a ponerme nervioso. Acababa el primer tiempo cuando llegaron Jorge Luis y Ronald con una cara de muerte, después de la reunión de la noche habían seguido con los cuba libres y tenían una resaca feroz. Antonio les volvió a la vida haciéndoles inhalar algo, los nueve restantes estábamos agotados.
Creo que los otros no van a venir- dijo Iván-
Quién es el rubio alto, pregunté,
- se llama Xavier, ten cuidado porque creo que ese si es marica-
-me clavó hace un mes- intervino Andrés- créeme, sabe lo que hace -
Yo no deseaba ser clavado por atrás, además de que mi agujero estaba sensible por su primera experiencia de hacía unas horas.
El segundo tiempo fué mas suave pero estábamos agotados además de Xavier, otros más comenzaron a insinuarse para ponerme nervioso, pero eso solo me inspiró para una jugada maestra que Ronald convirtió en un gol de empate. Cerca del final del partido me encontraba marcando a un volante cuando sentí una mano en mi nalga, salte, era Xavier, la distracción fué suficiente para que liberara la marca y no les cuento más, segundos despúes vino el gol de ellos, el partido terminó y yo temblaba ante las miradas y comentarios que hacían.
-Vamos a los vestidores, hay que pagar dijo su capitán -
Fuimos allá, cerraron la puerta, Iván nos repartió lubricante, los del tronco fueron escogiendo cada uno a su víctima, por supuesto me tocó con Xavier, ellos tenían uno más que se fué con Jorge Luis y otro más.
- Tranquilo - me dijo Xavier llevándome a las duchas - si estás tenso dolerá-
yo lo sabía y me costaba relajarme, abrió la ducha caliente, nos quedamos en suspender, me invitó dentro, el agua caliente y sus manos me fueron relajando, se puso frente a mí ya sin suspender, también me lo quité, se me acercó lentamente y me besó, yo quería caer a sus pies, me presionó suavemente para que me arrodillara, se la mamé por un instante, su verga no era muy grande pero era bien formada, después se puso tras de mí, me puso de pié y agachado, me untó lubricante con sus dedos, momentos después sentí su pubis contra mis nalgas, poco a poco fué insertando su miembro, dolía, tomó mi pene con su mano y me masturbó al ritmo de su vaivén, no sabía que placentero podía ser, sentí su corrida y de inmediato vino la mía, quedé sin respiración, el me sujetó por las caderas mientras sacaba su miembro y luego me depositó suaemente en el piso bajo el agua caliente,
- harás lo posible para que pierdan siempre verdad ? - dijo sonriendo y se marchó.
Salí de la ducha avergonzado, en el vestidor quedaban pocos troncos, con mis amigos casi no nos veíamos a los ojos, nos vestimos.
En el camino Antrés me dijo con rabia
- te dejasta besar y le mamaste, no es así - no contesté - nunca hagas eso - prosiguió - no somos maricas, pero con eso te pueden conquistar -
no hablamos más hasta que llegamos a mi casa - te llamo mañana -
- adiós -
Me quedé completamente desconcertado y tenía en mi pecho la confusión más grande que un hombre puede tener... si es que aún puedo llamarme hombre.
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