Autor: Leo | 13-May
Yo tengo 20 años y mi hermana tiene 18. Tiene un culo hermoso y la cintura bien marcada, sería perfecta si tuviera un poco más de tetas......... bastante más, tiene muy poco. Además era virgen. No tenemos más hermanos. Desde hace cinco años estoy caliente con mi hermana. Le he dedicado infinidad de pajas. Esto que voy a contarles ahora me pasó hace un mes. Fue algo que yo no planeé de antemano. Mis padres se habían ido de vacaciones por el fin de semana y volverían el domingo por la tarde. Era viernes a la noche y como todos los viernes mi hermana iba a salir a bailar con sus amigas (yo salgo los sábados). Cuando ya estaba a punto de irse de casa la llaman por teléfono para decirle que ninguna de las amigas salía. Frustrada por no salir se fue a su habitación, se puso su camisón (uno que se trasluce bastante y que me encanta como le queda), y se sentó al lado mío en la mesa y se puso a ver la película que yo estaba viendo. Con ella al lado mi mente empezó a trabajar con fantasías. Entonces me acordé de que en la heladera había algunas cervezas. Mi plan era emborracharla y ver que pasaba. Me levanté de la mesa y desde la cocina le pregunté si quería una cerveza, me dijo que si. Regresé a la mesa con la botella y dos vasos, le serví, me serví y seguí viendo la película. La película terminó y cambié a otra película, una que yo ya la había visto y que sabía que tenía escenas eróticas. Al mismo tiempo se terminó la cerveza y traje otra. Yo ya estaba notando un cambio en su forma de hablar, indicándome que ya estaba algo borracha. Cuando llegó una escena erótica de la película noté que ella la miraba muy atentamente. Me tiré el lance y en forma de chiste le dije: "¿te gustaría tener la delantera de esa?" refiriéndome a la mujer que aparecía desnuda en la película. Ella solamente sonrió sin dejar de mirar el televisor. Seguían pasando los minutos y seguíamos tomando la cerveza. A mi ya me estaba afectando el alcohol, pero eso era bueno, ya que me daría más valor. Así se terminó la segunda y traje la tercera. Treinta minutos después (ya eran las 3 de la madrugada) termina la película. Ella se levanta de la mesa diciendo que se va a dormir. Lo único que atino a hacer es prender la radio. La surte debió haber estado con migo porque justo estaban pasando un tema que a ella le encanta. Entonces, tambaleándose por culpa del alcohol, empieza a bailar como si estuviera bailando con un acompañante invisible. Yo la miro y empiezo a reírme diciéndole que parece una loca. También le digo que si no quiere parecer una loca yo puedo bailar con ella. Ella accede y nos ponemos a bailar. Tomo su mano con mi mano y con la otra la pongo en su cintura. Decidí que en ese momento tenía que actuar, y entonces baje mi mano hasta tocarle el culo. Ella me miró sorprendida por un segundo y dejó escapar una sonrisa. Cuando terminó la música ella se deja caer contra la pared. Yo la sigo y quedamos frente a frente. Estuvimos inmóviles durante algunos segundos y fue entonces que le di un beso, ella no se negó. Durante el beso (fue un beso largo) metí mis manos por debajo del camisón y comencé a acariciarle las tetas (aunque pequeñas, me volvían loco), y ella al mismo tiempo metió sus manos dentro de mi pantalón y empezó a masturbarme. Así estuvimos un rato hasta que ella retiró sus labios de los míos y dijo que eso no estaba bien y que se iba a dormir. Traté de convencerla de que le iba a gustar mucho pero no me hizo caso y como pudo se fue a su habitación. Entonces pensé: "voy a tener que demostrar con un ejemplo". Me dirigí a su habitación. Eran días de mucho calor y ella solamente se había acostado boca arriba en su cama. Me acerqué a ella con mucho cuidado y sin hacer ruido. Acerqué mi cabeza a su vagina y comencé a pasar mi lengua sobre su bombacha. Ella reaccionó a los pocos segundo, prendió la luz y me preguntó que estaba haciendo. Yo le dije que quería mostrarle algo que le gustaría mucho y que si no le gustaba no volveríamos a hablar del tema. Entonces ella me dijo que siga. Le saqué la bombacha y encontré algo que no esperaba ver: estaba afeitada. Busqué su clítoris con mi lengua y empecé a masturbarla. Ella gemía de una manera que me exitaba mucho. Cuando le llegó el orgasmo hizo un gemido que se pareció más a un grito. Me preguntó que era eso que había sentido, y yo le dije que era su primer orgasmo. Fue entonces que ella me dijo que la cogiera. Yo le pregunté si estaba segura de lo que me pedía y ella me dijo que si, pero que usara preservativo. Fui corriendo a mi habitación (no podía creer lo que me estaba pasando) y me puse un preservativo que siempre tengo en la billetera. Cuando volví a su habitación ella se había dormido, así que la desperté con un beso. Ella me sonrió y me dijo que estaba lista. Me puse sobre ella y pareció como si mi pija tuviera vida propia, porque enseguida encontró el agujero. Comencé a penetrarla muy despacio hasta que la desvigué. Ella empezó gimiendo de dolor pero al poco tiempo lo hacía de placer. Cuando terminamos ella se durmió y yo me quedé a su lado jugando con sus tetas hasta que me dio sueño y me dormí. A las 11 de la mañana del día siguiente me despierta diciéndome que quiere hacerlo de nuevo, pero que esta vez ella quería estar arriba. Me encantó la idea, yo nunca había estado abajo. Durante el día estuvimos juntos en cada momento besándonos o tocándonos. Había descubierto que ella le había tomado el gustito a esto. Esa tarde hicimos un 69 hermoso. También cogimos en una pileta de hidromasajes (recomendable). Esa noche dormimos en mi cama y también los hicimos. Nos despertamos a las 10 y empezamos a hablar (mientras nos tocábamos) de lo que estábamos haciendo y de las precauciones que tendríamos que tomar. Dos horas después nos levantamos, almorzamos y yo me fui a comprar algunas cosas que necesitaba. Cuando volví ella me estaba esperando, quería chupármela. Así que antes de que llegaran nuestros padres me hizo una mamada estupenda. Desde ese momento y cada vez que podemos lo hacemos o nos besamos o simplemente a la pasada nos tocamos. Le he preguntado si se la puedo meter por el culo pero ella no quiere, tiene miedo de que le duela, pero la estoy convenciendo. Cuando lo logre voy a escribir para contarles.