Autor: joseneto | 26-Apr
Hola, mi nombre es Alex, vivo en Argentina, y lo que voy a contarles es mi relacion con un amigo del barrio y una posterior orgía.
Hacía un tiempo que José, así se llama mi amigo, me gustaba, el tiene 24 años y yo 23; dentro de nuestro grupo de amigos el siempre se destacó por ser de cuerpo muy atlético, es de piel oscura, de labios carnosos, tiene bastante vello en el pecho, por cierto que posee unos pectorales espectacularmente formados, debido al deporte, todos sus múculos están bien formados, en especial, el músculo de su entrepierna.
Siempre que terminabamos de jugar un partido de futbol, nos íbamos a duchar juntos, así que yo ya conocía bastante bien su cuerpo y en especial su verga. Era bastante grande en estado de reposo, oscura y bastante peluda. Esa tarde despues de jugar un partido, nos fuimos charlando de chicas, cosa que a mí no me interesaba en lo más mínimo; él me hablaba de sus conquistas, y yo me dí cuenta que se había empezado a excitar, entonces yo empecé a comentarle mis salidas y posteriores sesiones de sexo con chicas, obviamente, todas mis historias eran falsas, las inventaba para q! ue él se excitara más. En esto estaba cuando el empezó a decirme que ya se estaba calentando, y lo pude comprobar cuando le heché una ojeada a su verga, se le estaba poniendo durísima, ya se le empezaban a marcar las grandes venas del tronco, un tronco grueso y largo, que terminaba en una enorme cabeza, gorda y morada, muy lustrosa; completaba el cuadro la vista de unos tremendos y pesados testículos. Yo con mis comentarios lo había excitado tanto que él se empezó a masturbar. Yo de a poco empecé a desviar mis historias, hasta concluir con una en la cual le describía como dos muchachos se chupaban la verga y se cogían.
Entonces él me comentó que si a él un hombre le tocaba un poco la entrepierna y le proponía si él se dejaba mamar la verga él no lo pensaría dos veces. Entonces viendo el grado de excitación de José me acerqué y le dije: ¿Si yo te la toco también me la darías para que te la chupe?; a lo que el respondió que sí. Me acerqué a él y comencé a acariciarlo, él por su ! parte me puso las manos en el culo y comenzó a manosearlo con muchas ganas, quiero decir que yo hace rato que voy al gimnasio y poseo un buencuerpo, con músculo bien definidos, soy de piel blanca y de estatura normal 1.69 cm., él mide 1.75 cm.; poseo una hermosa cola, modestia aparte, bien formada, bien paradita y musculosa, mi miembro mide en estado de excitación 21 cm. y no es ni muy grueso ni muy fino, normal. Luego de unos segundos de manosearnos, comenzó lo mejor. Ya sin verguenza le acaricié la verga y José puso sus manos en mis hombros y me empujó suavemente hacia abajo para que se la chupara.
Cuando me arrodillé, me encontré frente a un tubo de carne de 25 cm.
totalmente erecto, sin dudarlo lo apreté en la base y comencé a chuparselo. José, comenzó a gemir y a decirme que nunca se lo habían chupado de esa manera, yo se lo chupaba despacio apretandole la verga entre la lengua y el paladar, cuidando de no lastimarlo con mis dientes. Repasaba todo el extenso tronco con mi lengua, hasta lamer todo el hinchado glande. José, mientras tanto me acariciaba la cabeza, diciendome que lo estaba volviendo loco y que lo único que quería era penetrarme el culo, que él me lo veía y que deseaba meterme toda esa enorme tranca por el culo y hacerme gozar. Por supuesto, que yo era otra de las cosas que tenía en mente. Luego de un buen rato de succionar ese enorme poste, me preparé para alojarlo en mis entrañas.
José se puso detrás mío y con mucha suavid! ad fué metiendolo, previa lubricación de su herramienta y de mi culo.
Al principio costó meter ese enorme caño, debido al grosor, pero a medida que se dilataba mi esfinter unos centímetros más ingresaban en mí y se acrecentaba mi placer. Los últimos centímetros de verga los metió con un empujón final, con el cual sentí sus enormes bolas contra mis nalgas, automáticamente empezó a entrar y salir hasta cansarse, yo notaba lo duro que estaba su enorme miembro y me movía al compás, tratando de apretarlo en mis entrañas. Despues de unos minutos de movernos locamente, José sacó su manguera y la puso rápidamente en mi boca, enseguida comenzó a acabarme en la boca llenandomela de su semen, cremoso, espezo, dulce, yo me lo tragué todo y luego comencé a limpiarle toda la verga, en eso estaba cuando nos dimos cuenta que en la puerta de las duchas estaban dos de los hombres que se encargan de limpiar el lugar. Los dos, nos estuvieron viendo hacía ya un buen rato y se había bajado los pantalones y se estaban masturbando. Al principio tuvimos miedo, pero lueg! o, yo, me acerqué a ellos y comencé a chuparles la verga.
Uno de ellos Carlos de unos 38 años, era rubio y tenía una verga de unos 22 cm. y muy gruesa, su cuerpo era fibroso, con lindos pectorales y se notaba que cuidaba su cuerpo; mientras tanto el otro, se llamaba Tomás, era negro, y tenía un cuerpo espectacular, le gustaba el fisicoculturismo, y iba al gimnasio desde hacía unos años, tenía 30 años, poseía una verga enorme, que incluso José no lo podía creer, 30 cm.!!!!!, no tan gruesa como la de Carlos, pero estaba acorde su grosor con el largo.
Yo alternaba las chupadas, primero Carlos y luego Tomás, luego de un rato de hacer ejercicios orales en aquellos mástiles, cual no sería mi sorpresa, José se arrodilló a mi lado y comenzó a chupar la verga de Tomás, a lo cual Tomás agradecido respondía con caricias y gemidos.
Luego de unos cuantos minutos me puse en cuatro patas y Carlos comenzó a penetrarme con fuerza, yo sentía como mi ano se dilataba al máximo, y 15 minutos después de un bombeo a fondo Carlos largó su cargamento de leche en mi culo, preparando mi agujero para que Tomás siguiera con el trabajo que él había empezado; Tomás entró suavemente, contrariamente a lo que yo esperaba, no era tan bruto como su compañero. Mientras Tomás me perforaba con sus 30 cm. José se había vuelto a excitar y me metía su verga por la boca, así que me sentía lleno de carne tanto por atras como por delante. Tomás siguió un buen rato bombeandome el culo hasta que me dí cuenta que comenzaba a tener un orgasmo impresionante, y a las poc! os segundos sentí sus intensas descargas en mi interior, y con él terminé por acabar yo soltando mi leche en el suelo de las duchas.
Pero esto no iba a terminar ahí, mientras yo me entretenía limpiandole la verga a Tomás, José se había acercado a Carlos para que le chupara sus 26 cm. bien erectos, a lo cual Carlos no se negó, pero luego intercambiaron lugares y fué José el que se tragaba el grueso sable de Carlos, viendo esto Tomás se acercó a los dos, dejandome descansar, pues estaba muerto despues de tanto ejercicio; poniendose detrás de José y arrodillandose, comenzó a lamerle el ano, esto no duró mucho pues en cuanto Tomás tuvo su enorme verga bien dura se incorporó y sin tardar le fue metiendo la manguera en el culo a José, que gimió de dolor al principio, pero a medida que Tomás le sondeaba más y más con su largo y grueso taladro el dolor se transformó en placer y al rato se movía con furia, enloqueciendo al negro que comenzó a culuerlo con fuerza, y al cabo de unos minutos se oyó un gruñido por parte de Tomás que comenzaba a eyacular en el culo de José y un gemido de parte de José que experimentaba p! or primera vez un orgasmo con un enorme miembro en el culo. Carlos mientras tanto le llenó la cara de leche a José y luego se sentó en el suelo de las duchas junto a ellos. Así terminó esa tarde mi encuentro con José, que descubría un nuevo mundo de sensaciones. Luego de esto nos seguimos viendo entre nosotros y teniendo sesiones de sexo entre nosotros y tambien con Carlos y con Tomás.
Espero que les haya gustado mi experiencia