Autor: Lahechicera | 09-Apr
Siempre me ha encantado el camping, porque te da la oportunidad de explorar la naturaleza en todos los sentidos. Y esta vez encontramos un lugar magnifico; la vista era espectacular ya que la luna se reflejaba por completo sobre el lago haciendo de las montañas un marco esplendoroso. Levantamos la tienda de campaña al lado de la fogata que servía de cocina. Después de nuestra cena, nos sentamos al lado de la fogata y contamos anécdotas sobre nuestros tiempos de escuela. La noche siguió avanzando entre algunos tragos y bromas hasta el momento en que llegó la hora de dormir. Marypaz y su novio se retiraron a su tienda y Ximena y yo, nos fuimos a la nuestra.
Hicimos cuanto espacio se pudo para dormir cómodamente cuando Ximena comenzó a quitarse el top deportivo y su bra, me sorprendí a contemplando como la luz de la linterna se reflejaba en sus senos haciéndolos aún más voluptuosos y deseables a cada instante. Me le acerque sosteniendo uno de esos hermosos pechos sintiendo como llenaba mi mano completamente. Ella se sacudió al contacto de mi mano y dejó escapar un leve gemido de aprobación mientras me miraba con esos ojos tan negros que contrastaban con su piel blanca. Con un movimiento suave, acerque mi cabeza hacia su seno y mi lengua rozó ligeramente su pezón y continué haciéndolo hasta que mis labios se apoderaron de el y comencé a chuparlo delicadamente, girando alrededor de todo su pecho. ?Ummm... déjame quitarme toda la ropa antes de que sigas con eso? me murmuró suavemente ?¿O quieres hacerlo por mí... ?""Simplemente asentí sin sonido alguno y la desnudé completamente. No era la primera vez que lo hací! a, pero esta vez quedé maravillado de sus formas, de cómo su piel se ajustaba en su cintura y como me envolvía con ese aroma tan sensual que tenía. La luz se reflejaba desde su hermoso rostro con esa cabellera clara, pasando por su cuello y su pecho. Bajando por la cintura, acentuando su vientre plano y firme. Su entrepierna se escondía tras unos muslos exquisitos y bellos que me recordé haberlos visto antes enredándose mi cintura. Y al estar recostándose, observe como su trasero resaltaba su forma; simplemente perfecta.
Después de apagar la lámpara, me recostó y apoyo su cuerpo sobre mi pecho ?Quédate así... un momento? me dijo, y sentándose sobre mí comenzó a acariciarme como lo había hecho yo antes. Pero tan pronto como beso mi pecho, evitaba rozar mis pezones, solo sentía su cálido aliento al acercárseme. Era su juego preferido. Provocarme. Hacerme sentir a su merced. Evitando el contacto para hacerlo más excitante, más placentero... mientras sentía como su trasero giraba rozándome y poniéndome a mil. ?¿Te gusta. lo que te hago? susurro mientras se acercaba a mi cuello y me comenzó a besar en forma desesperada. Nuestras lenguas se acariciaban salvajemente, primero en su boca luego en la mia. Mis manos recorrían su nuca y bajaban por su espalda, a su cintura y terminaban acariciando sus nalgas que me volvían loco. Subían por su pecho y acariciaban sus pezones ya erguidos, mientras me sostenía la cara con ambas manos y me seguía besando. Su cabello húmedo se resbalaba! hasta mi pecho y me provocaba sensaciones extremas... Quería a esta mujer que a sus 23 años me había entregado el alma.
Rodamos un poco y la tuve a disposición mía. Besé su barbilla, su cuello y sentía como un calor le nacía en el vientre y le subía hasta el pecho. Sentía esos senos hirviendo que me pedían que los devorara. Tome nuevamente sus pezones entre mis labios y comencé a mordisquearlos mientras mi mano acariciaba el otro y le acariciaba el rostro. Comenzó a chupar uno de mis dedos entre sus labios tan fuerte como yo lo hacía con su pecho. Lamiéndolo de vez en vez. Bajé un poco más hacia su vientre y sentí el aroma de su sexo; fuerte embriagante que me hizo explorar cada vez más abajo. ?Cómeme... anda... hazlo... por favor? gemía. Abrió sus piernas y tomo con sus manos mi cabeza obligándome a ir entre sus muslos. No puse resistencia. En verdad deseaba hacerlo. La levanté hasta quedar yo en cuclillas y medio cuerpo de ella en el aire. Sus piernas se aferraron en mis hombros y trataba de sostenerse con sus brazos... Comencé a jugar con sus labios mientras sus gemidos subían! de tono, mi lengua volvió a la carga esta vez encontrando su clit y lo acaricié con delicadeza pero firmemente. Desde la base hasta el final se lo chupaba sintiendo como se retorcía de placer y se aferraba con más fuerza hacia mí. Quería succionar cada gota de su ser.
Mi lengua seguía entrando y saliendo a placer con movimientos rápidos constantes. Su primer orgasmo no se hizo esperar. Se convulsiono y prácticamente me hizo un candado con sus piernas alrededor de mi cuello, como si tratase de asfixiarme al darle placer. Me encantaba ver como se exprimía los senos a cada lenguetazo mío. Su cuerpo dio una última arcada y se desvanecio. Por un momento solo oí su respiración entre cortada y su cuerpo se estremecía a pausas cada vez más distantes. Por fin abrió sus tiernos ojos y me miró con esa sonrisa de complicidad y placer... se estiraba mientras disminuía la tensión de sus piernas sobre mi cuello y jaló hacia ella. ?Chiquito... eres increíble? y me besaba sin importarle que al hacerlo probaba sus propios jugos. ?¿Todo esto te mojé yo...?? ?MMMMM...? y reía como niña. Eso era para mi... mi niña, mi niña bonita.
Debió haber notado como mi exitación era bastante bajo mis boxers. Me recostó suavemente y volvió a besarme. ?Es hora de saludar mi amiguito...? y comenzó a besar mi pecho y jugueteo con mi ombligo... lentamente comenzó a explorar bajo mis boxers y encontró mi miembro totalmente erguido, con la punta brillante por la exitación contenida y a punto de explotar. Sin descaro, beso la punta de mi verga con movimientos que más bien eran de reconocimiento. Explorando cada milímetro y deleitándose con ella. De un solo golpe se la metió toda mientras yo solo atinaba a apartarle el cabello de la cara para contemplar la escena. En un momento se abandonó totalmente a mamarmela, se la metía toda y al estar tocando con sus labios, estiraba su lengua queriendo lamer incluso la base de mis testículos. Guau parecía estar devorándose un enorme helado y con el sorbiendo cuanto podía.
Tras no muchas veces, al fin consiguió que me viniera... jamás había tenido una venida tan grande. Mi ser vibraba a cada chupada de Ximena y me hacía convulsionar. Al contrario de ella... yo trataba de separarla para ver como me venía en su boca. Me encanta ver como le resbala mi semen por la comisura de sus labios... pero ella seguía aferrada a mi como si fuera su única tarea en esta vida. Podía observar su nalgas como apuntaban hacía arriba y conseguían enardecerme aún más...
Continuará