Hola me llamo Carlos, tengo 42 años, estoy felizmente casado, soy español, vivo en Barcelona, soy alto fuerte y creo bien parecido, y hasta hace poco creía que lo sabia todo sobre el sexo. A mí siempre me han gustado mucho las mujeres jovencitas, aunque nunca había engañado a mi mujer. Esta historia, pasó aproximadamente hace dos años. Trabajo en unas oficinas a las que un día llamo un cliente de toda la vida pidiéndome le rellenara unos documentos que precisaba para un trámite, al decirle que sin problema, me comunicó que vendría su esposa a ultima hora de la tarde.
Diez minutos antes de cerrar, se presentó la Sra. Carmen, una mujer de cincuenta y seis años, entrada en carnes. Al verla cual fue mi sorpresa al descubrir que la dama en cuestión había adelgazado mucho, la hice pasar a mi despacho y empecé a rellenarle la documentación solicitada por su marido. A la hora de salir, mis compañeros me comunicaron que nos quedábamos solos y que cerraban la puerta y ponían el contestador, cuando termine de rellenar todos los formularios, le dije que tardaría 10 o 15 minutos en imprimirse ya que eran varios y con tres copias, mientras tanto, empezamos a charlar, le comente que la veía más delgada desde la última vez (hacía casi un año) a lo que me confesó haber perdido casi 20 Kg. de los 101 que pesaba a los 83 de ahora, es una mujer alta de 1,75 aproximadamente. Le pregunte si no había dejado secuelas en su cuerpo un régimen tan bestia y me dijo que alguna que otra, pero había podido eliminar casi todas las estrías con cremas y mucha gimnasia, aunque las había que no había manera, se subió el vestido dejándome ver su muslo donde habían unas cuantas estrías, así como pude apreciar parte de sus bragas que eran bastante pequeñas, eso me excitó un poco.
Yo nunca me había fijado en mujeres mayores que yo (sexualmente), pero esta mujer me estaba poniendo nervioso, al darse cuenta me dijo que no me sonrojara que podía ser su madre (tenía un hijo 5 años menor que yo) me comento también que había tenido que pasar por el quirófano, para que le subieran un poco los pechos, ya que aunque los tenía muy grandes, había perdido mucha masa y se le habían caído bastante debido a la flacidez de estos, aunque únicamente se los habían vuelto a poner en su sitio. Ni corta ni perezosa, se soltó un par de botones de la parte superior del vestido y se saco un pecho con el sostén puesto que me pareció enorme y pude adivinar unos pezones grandiosos. Eso me puso si cabe más colorado y al darse cuenta me dijo que le tocara el pecho para ver que no se caía. Yo le dije que llevaba tres semanas sin estar con mi mujer, por un problema que había tenido de infección a la orina que por favor no me ruborizara más, a lo que parece que todavía le dio más alas a Carmen y se acercó quitándole importancia al asunto y aludiendo a la confianza de tantos años que teníamos, cogió mi mano y se la puso en la teta encima del sostén, yo empecé delicadamente a tocársela y cuando la miré a la cara había cerrado los ojos y se mordía el labio inferior, se saco la otra teta y se quito el sostén, cuando yo ya me volví loco tocando aquellos impresionantes pechos y empecé a llevármelos a la boca, fui lamiendo y mordisqueando poco a poco sus pezones que si antes me habían parecido grandes, ahora resulta que eran enormes, Carmen soltaba pequeños quejidos y empezó a sobarme el paquete por encima del pantalón.
Cuando no pudo más se abalanzó sobre mí ahí de pie, se arrodillo me quito los pantalones y el calzoncillo y empezó a comerme mi pene hasta el fondo (no es que lo tenga grande yo creo que normal, pero esa mujer se lo tragaba entero), me reclino encima de la mesa de escritorio y suspendió las piernas hacia arriba como si fuera una parturienta. Se metió primero un huevo entero en su boca y luego el otro, jugando con su lengua dentro de su boca con ellos. Bajó mas para abajo y empezó a darme unos lametones en el ano, eso fue una experiencia nueva para mí que me tenía ya a reventar, introdujo su lengua en mi orificio y que lengua tenía, parecía que tenía vida propia ahí clavada en mi ano. Volvió a mi pene y empezó a comérselo con mucho desespero, haciendo un ruido con su saliva que todavía me ponía más cachondo, cuando le dije que parara que me faltaba poco, se chupo un dedo y lo introdujo en mi ano, revolviéndolo como si fuera a rosca y se metió mi pene si cabe más adentro de la boca, yo no pude aguantar más y me corrí dentro de esa boca experta que me había brindado sin duda alguna la mejor mamada de mi vida, cuando termino subió para arriba con media sonrisa en la cara y pude observar que llevaba mis fluidos en su boca y con ella cerrada y su lengua jugaba con ellos, hasta que de repente se los trago todos haciendo un buen gesto de aprobación.
Yo después de ver semejante espectáculo, volví a excitarme y la recosté en la mesa, le quite el vestido y sus braguitas y abriéndole las piernas, pude ver un tremendo chocho con poco pelo y bien arreglado, que estaba muy rosadito, empecé desde sus pechos a bajar para abajo con mi lengua, hasta que llegué a la parte de sus labios la cual cuide con mi lengua repasando todos sus rincones, luego le abrí los labios y empecé a hurgar con mi lengua lentamente por todo el interior de su chocho al cabo del rato subí hasta su clítoris, el cual era también de unas dimensiones exageradas, así que empecé suavemente a chuparlo y termine por metérmelo en la boca y exprimirlo con mis labios y mi lengua, Carmen se corrió dos o tres veces y para entonces estaba tan excitado, que me levante y le introduje el pene en su chocho, ella me apretaba con fuerza las nalgas con sus manos hasta que volvió a introducirme un dedo en el ano, eso me recordó que yo no quería quedarme sin ver su ano y colocándola a cuatro patas, empecé a chuparle sus labios otra vez, hasta llegar a la entrada del ano introduciendo mi lengua dentro y ofreciéndole la mejor comida de culo que he hecho jamás, al rato (ella se volvió a correr) le metí un dedo dentro del ano y viendo la facilidad con que había entrado me decidí a clavarle mi pene, lo hice poco a poco hasta que desapareció de mi vista por completo y fue cuando comencé a cabalgarla como a una fuera durante unos 10 minutos ella volvió a correrse y ya me vacié dentro de su ano.
Quedamos los dos rendidos encima de la mesa, cuando a los pocos minutos nos fuimos al lavabo ya que hay una pequeña ducha, yo galantemente le ofrecí pasara ella primero, quedándome delante viendo como se aseaba, y en eso que me dice que tiene ganas de orinar, que si quiere que lo haga encima de mí, yo me quede parado y le dije que no, pero cuando empezó a hacerlo allí en la ducha no pude aguantar la tentación de tocar su chocho y sus meados, empecé a masturbarla mientras lo hacía y enseguida llegó a correrse otra vez.
Ella me dijo entonces que le apetecía que yo la meara, así que entre en la ducha y empecé a orinar, ella ahí arrodillada guiaba mi pene hacia sus tetas, su cara, su boca, hasta se bebió un poco de mis fluidos y eso me puso a cien a lo que me respondió con otra de sus tremendas mamadas con dedo en el ano incluido y también se lo trago todo.
Estuvimos así como diez meses, viéndonos esporádicamente en el despacho o en un apartamento alquilado, hasta que su marido se jubiló y se fueron a vivir a un pueblo del sur de España, nunca más he sabido de ella.
Desde ese día me ocasiona más morbo una señora mayor que yo que una jovencita, no he vuelto a engañar a mi mujer pero con esa mujer aprendí mas cosas que en los últimos 20 años.
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[Amor Filial] Hola todos me llamo Lola, tengo 18 años, soy blanca, pecas en la cara y en todo el cuerpo, mido 1,60, tengo el cabello rojo, largo hasta la cintura y en esta ocasión les quiero contar acerca de mi mejor 69, el mejor que he tenido en mi vida y lo tuve con un chico mucho mayor que yo, y es también mi mejor amigo, y mucho mas que eso, es mi padre, quien me adoptó hace algunos años ya. Con respecto a él podría describir primero la parte física que más me llama la atención, su verga. Su pene es un monstruo mutante, mide alrededor de 30 cm., sus venas se le hinchan de una manera que me excita muchísimo cuando él se encuentra bellaco, la cabeza de su verga es brillante y provocativa, su color es fuera de lo común, ya que es roja y rosada igual que mi vulva, sus bolas son grandes y parecen una fabrica hirviente de semen cuando se lo mamo, tienen pocos pelos y son de color amarillito, no incomodan mas bien ayudan a absorber la saliva en el momento en que se lo estoy mamando.
28-Nov
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