Todo empezó hace 3 añitos, cuando yo tenía 20. Era una tarde de Noviembre y me encontraba sola en casa esperando a mi novio. Mis padres se habían ido a pasar le fin de semana a casa de mi abuela y por lo tanto estábamos los dos solitos. Habíamos decidido que él se quedase conmigo todo el fin de semana para yo no estar solita y no pasar miedo, y así fue.
Mis padres se habían ido de casa como a las 6 de la tarde, hora a la cual yo le dije a mi novio que estuviera allí para yo no quedarme sola, pero no fue así, cosa que me enfado muchísimo. Después de varias horas esperando el señoriíto se digno a aparecer por mi casa con la pobre excusa de: "Lo siento me he quedado dormido" y eso me enfado mas evidentemente. Pero ya en ese momento yo sabía cual sería su castigo. Decidí hacer como si no me hubiese importado cosa que a mi novio le extraño y por la expresión de su cara he de decir que muchísimo.
Nada mas entrar se sentó en el sofá y yo me fui a mi dormitorio y cogí la cajita de mis juguetes hasta hoy desconocidos para él. Me di una ducha de agua bien caliente y me coloque mi camisón blanco transparente y mis zapatillas de tacón alto marcando a través de la tela del pijama mis pechos y mi coñito. Una vez todo preparado cogí mi cajita de juguetes y baje al salón. Cuando él me vio aparecer cambio el rostro, su mirada reflejaba excitación, no sabía lo que le esperaba. Me acerque a él como si nada pasase, me senté a su lado dejando ver mi coñito rasurado, lo besé, el acerco su mano a mi muslo, pero no pudo terminar de hacerlo porque directamente recibió una gran bofetada mía, y le dije:
- ¿Creías que no ibas a tener castigo por llegar tarde?, a partir de ahora serás mi esclavo y harás todo lo que yo te diga.
El agacho la cabeza y respondió:
- Si ama, lo que usted diga!.
Saque mi modelo preferido una mini falda vaquera y una camisa súper escotada y le ordené ponérsela. Le ordene desnudarse delante de mí y lo obligue a ponerse mis tanguitas negras que a él tanto le gustan y el sujetador a juego. Una vez lo tuve en ropa interior le dije:
- ¿Te ves?, a partir de ahora serás mi putita así que vístete.
Una vez lo tuve como yo quería le dije:
- A partir de ahora no podrás mirarme a la cara hasta que yo te lo diga, ¿Te enteras putita?.
A lo que él respondió:
- Si ama.
Coloque una silla en medio del amplio salón y le hice ponerse en pompa, con las manos agarrando el respaldo de la silla, el tronco inclinado y el culo para fuera dejándome ver el hilo del tanga entre sus nalgas y su pene aprisionado en mi pequeño tanga negro, saque de mi cajita un fusta y empecé a golpear sus nalgas bruscamente casi sin avisar, le oír gritar, cada vez más fuerte, gritaba y me suplicaba piedad y me pedía disculpas, pero eso no me era suficiente, tenía que recibir su castigo. Sus nalgas empezaban a enrojecerse y vi como su pene estaba duro y tieso, el tangas casi explotaba, le fui quitando la ropa poco a poco hasta tenerlo desnudo ante mi, mi pequeña putita, lloraba de miedo pero a su vez estaba excitado.
Saque de mi caja unas bolas chinas las cuales introducía en su maravilloso culo virgen, cosa que me ponía cachonda, lo escuchaba sollozar mientras la metías, una vez dentro tapone su ano para que no se le pudieran salir y lo coloque bocarriba. De mi cajita saque varias pinzas las cuales coloque en sus pezones y en sus huevos viendo como se retorcía de dolor y como casi se corre, pero sabía que si lo hacía su castigo sería más fuerte.
Viendo como lloraba y suplicaba le quite las pinzas del cuerpo y le saque las bolas chinas que fueron sustituidas por un vibrador de casi 25 centímetros, una vez dentro volví a taponarle el culo y colocándolo boca arriba me coloque encime suya colocando mi coño en su boca, y mientras yo le hacía una mamada él introducía su lengua sin parar en mi coño acariciaba mi clítoris. Fue entonces cuando decidí que los dos deberíamos de tener el culo ocupado, me puse a cuatro patas y le dije que me penetrara mi culo y que se corriera en el mientras yo con mis dedos frotaba mi clítoris. Notaba como se venía, como su pene se endurecía más mientras yo me corría como una loca, note como su leche lleno todo mi coño y vi en su cara satisfacción.
Después de esto me pidió disculpas y me dijo que ahora me amaba más y que desde ese día seria mi eslavo, es así como desde hace tres años tengo mi esclavo.
Ya contaré todas nuestras experiencias.
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