En el cine con Laura

Llegaron al cine tomados de la mano, le había pedido a su novia Laura que se vistiese provocativa para la ocasión. Ella vestía una blusa blanca ajustada con un gran escote, no llevaba corpiño de modo que a través de la blusa se veían con absoluta claridad sus pezones, sus tetas eran grandes, usaba una 110, sus pezones eran puntiagudos y también muy grandes, a mí me encantaba morderlos con pasión. Vestía una minifalda que cuando soplaba el aire dejaba ver con claridad sus nalgas, y todo lo demás porque no se había puesto bombacha esa tarde. Llevaba puestas unas botas negras con largos tacones que le llegaban a pocos centímetros de las rodillas. El pelo negro azabache lo llevaba recogido en una gran cola que caía hasta la cintura.

El hombre de la bonetería se quedó mirando con deseo a Laura, ella notó que empezaba a mojarse. Cuando llegaron al interior del cine vieron que la película había empezado, era una película porno, en la que tres hombres de color se follaban a una mujer rubia en todas las posiciones inimaginables. Eso les excitó muchísimo, por lo que se fueron a las últimas filas, donde pudieran estar tranquilos, allí envueltos en la oscuridad del cine se sentaron.

A esas alturas Laura estaba muy caliente, notaba las piernas húmedas debido a todos los líquidos que le bajaban de su concha, se fijó en que Hugo tenía un gran bulto entre las piernas. Laura puso la mano encima del bulto de su novio y empezó a masajearlo. Notaba como su pija pugnaba por salir del pantalón, bajó el cierre y sacó la verga al exterior, era enorme, era la erección más grande que había tenido Hugo. Laura miró a su alrededor para cerciorarse de que nadie les miraba, al ver que los otros espectadores estaban mirando la pantalla, y que incluso algunos estaban muy ocupados con sus propias pajas, se agachó y se colocó entre las piernas de Hugo que empujó su cara contra la pija, Laura abrió la boca y se tragó la pija hasta el fondo de un empujón, Hugo no pudo evitar un gemido de placer, Laura comenzó un rápido mete-saca, consiguiendo que la pija de Hugo palpitase, entonces apartó la poronga con la mano y comenzó a chupar y mordisquear los testículos. A Laura le excitaba muchísimo la situación, imaginar que alguien podría verles, la recalentaba, y más imaginar que esa persona se pajease mientras miraba. Hugo no pudo más y le acabo en la boca de Laura, una gran explosión de leche inundó su boca, desbordando por la comisura de los labios, por lo que Laura se tuvo que relamer para limpiar los restos, también limpió a full la pija de su novio.

Ahora le tocaba el turno a ella, se volvió a sentar, se levantó la minifalda para que su concha quedase al descubierto, estaba totalmente rasurada, con un pequeño triángulo de vello en su parte superior. Hugo se agachó entre las piernas de su novia y comenzó a lamer dulcemente esa hermosa conchita, le encantaba su sabor, y más que Laura le acariciase la cabeza mientras se la chupaba. Laura estaba gozando muchísimo, se levantó la blusa y sacó las tetas, comenzó a masajeárselas, se pellizcaba los pezones y se los lamía, a esas alturas sabía que alguno de los espectadores más cercanos se habría dado cuenta de todo, le excitaba saber que le estaban viendo las tetas, esas grandes tetas de las que estaba tan orgullosa, de repente notó algo en su mejilla. Se sorprendió al ver que era una pija enorme que pertenecía a un joven que se había colocado detrás de su asiento, le estaba acariciando la cara con su verga, eso la excitó muchísimo, nunca había vivido una situación semejante, por lo que tener otra pija a su alcance mientras su novio le chupaba la concha la recalentó.

Decidió que no podía dejar pasar esa oportunidad, además a esas alturas estaba demasiado caliente como para pensarlo. Giró un poco la cabeza de modo que la pija le quedó frente a su cara. Entonces abrió la boca y se la puso en la boca, comenzó a mamarla con gran pasión, el joven cogió su cabeza y empujó más aún, la pija le llegó hasta la garganta. Luego sacó la verga de su boca y comenzó a lamerla de arriba abajo, era más corta que la de su novio, pero era muy gruesa, para metérsela en la boca había tenido que abrir completamente los labios. Entonces fue plenamente consciente de lo que ocurría a su alrededor, un par de chicos jóvenes se habían colocado alrededor de ellos y estaban pajeándose, su novio se había dado cuenta de todo, pero no parecía importarle, al contrario se le veía muy caliente con la situación.

Laurita les hizo un gesto con la mano a los tres jóvenes para que se acercasen, ellos no se lo podían creer, tendrían entre 18 y 19 años de edad y Laura estaba cerca de los 30 años, era lo que se dice una mina experimentada, y les estaba invitando a que se acercasen. Hugo la colocó a cuatro patas de modo que se apoyase en el asiento, y comenzó a cojersela por la concha con gran fuerza, Laura gemía sin ninguna timidez, los tres jóvenes se acercaron, colocando sus vergas frente a Laurita, ella comenzó a chuparlas una detrás de otra, mientras chupaba una masajeaba las otras dos con las manos, los jóvenes tenían las pijas finas pero muy largas, uno de ellos, el más joven no tardó en acabar lanzando un gran chorro de lechita a la cara de Laura, que enseguida le limpió la pija de semen, relamiéndose ruidosamente.

Hugo había acabado de modo que sacó la pija de su concha y le acabó en su espalda manchándola completamente. Laura ya no tenía blusa, las tetas le colgaban libremente moviéndose adelante y atrás como grandes campanas, por lo que el chico que había acabado se colocó bajo ella y comenzó a mamarlas y acariciarlas, mientras tanto uno de los chicos había ocupado el sitio de Hugo, se colocó detrás de ella, notó como refregaba su pija humedecida por la saliva de ella por el agujero de su culo, entonces sin previo aviso le metió toda la pija en el culo. Laura dejó escapar un chillido mezcla de placer y dolor, parecía que le iba a reventar el culo, pero a la vez le producía un gran placer. Se dedicó entonces de lleno a la pija del otro chico, se la chupo como si le fuese la vida en ello, su pelo se movía como una marea negra envolviendo parte de su cuerpo, mientras, el otro joven le daba por el culo, tuvo varios orgasmos.

Estaba recibiendo un gran placer, ya que además al joven que le estaba manoseando las tetas se le paro otra vez la pija, y se la puso por la concha. Era un gran espectáculo, ni en sus sueños más locos Laura se había imaginado una situación tal. Estaba siendo cogida por el culo, por la concha, por la boca y su novio se pajeaba nuevamente mientras observaba como su novia gozaba de los tres chicos.

El joven al que se la estaba chupando ya no aguantó más, cogió a Laura de los pelos, le levantó un poco la cara, Laura le miro a la cara al joven, estaba experimentando un gran placer, de repente le acabo encima, la cara de Laura chorreaba semen, el joven terminó de limpiarse la pija en su cara, entonces Hugo que ya no podía más metió su pija en la boca de Laura, la metió y sacó varias veces y volvió a acabar en su interior, ella se tragó todo el semen sin derramar una sola gota, un terrible orgasmo recorrió todo su cuerpo, ya que en ese mismo momento, los jóvenes que le estaban garchando por el culo y por el culo acabaron tambien adentro suyo, Laura notó como el semen calentito se escurría desde su orto.

Laura tenía todos sus agujeros llenos de leche, el cuerpo le resplandecía debido a las acabadas que había sobre el, chorretones de semen le corrían por las piernas, la cara y el pelo estaban totalmente llenos de semen. Laurita se arrodillo y procedió a limpiar el semen de todas y cada una de las pijas presentes, incluso se añadió alguna de última hora que por supuesto acabo en su boca.

Se sentía como una zorra viciosa, pero había disfrutado como nunca del sexo, no recordaba cuantos orgasmos le habían producido las cogidas, procedió a limpiarse todo el cuerpo y se colocó nuevamente la blusa, la cual dejaba entrever sus pezones, ya que todavía tenía el cuerpo húmedo y la camiseta dejaba transparentar sus grandes tetas.

Tomados de la mano abandonaron el cine, no sin que Laura al salir tranquilizara al boletero antes de salir, con una chupada de pija monumental, que le hizo mientras este vendía los tickets a la gente que entraba.