No hace mucho tuve esta experiencia que voy a contar, paso unos seis meses atrás. Tengo una vecina que iba al mismo colegio que yo. Siempre me había atraído, tenía exactamente lo que siempre quise en una fantasía, pero recién a fines de ese año la conocí bien. Se llama Claudia y es menor que yo. Mide mas o menos 1,65, delgadita y con cuerpo de nena, un culo bien redondo y marcado, no grande pero proporcionado con su cuerpo, una cintura estrecha y unas tetas bastante grandes y bien formadas. Tiene el pelo corto hasta los hombros y una cara inocente que resalta con los pequeños anteojos que usa.
Con el tiempo llegue a conocerle bien y fui descubriendo su lado morboso, tenía muchas fantasías que acallaba, pero se notaba cada vez mas caliente. Varias veces nos vimos y ella no dejaba de lanzar indirectas y yo la tocaba como distraídamente. En esa semana mis padres iban a viajar y yo iba a quedarme a cuidar la casa, así que decidí encararla a ver que pasaba. Vino esa misma tarde en la que viajaron mis padres, después de que la llamara y le avisara que íbamos a estar solos. Llegó con unos jeans negros que le ajustaban bien las nalguitas y una blusita roja que mostraba muy bien sus tetas. Empezamos a hablar de cualquier cosa y la fui dirigiendo hacia algún tema sexual para entrar en calor. Le pregunté descaradamente si se había masturbado alguna vez. No reacciono mal con la pregunta, se puso un poco roja y me dijo que si se había masturbado viendo unas películas porno algunas veces pero que nunca había hecho nada de verdad. ¿Y no te gustaría experimentar un poco?, no le hace mal a nadie le dije, yo ya estaba decidido a todo. Puede ser, dijo ella y para mi sorpresa deslizó su mano hacía mi entrepierna y sonrió pícaramente y sonrojada al notar que yo estaba totalmente duro. Me gustaría saber que sabor tiene me dijo. ¿Por qué no probáis? Le contesté mientras descaradamente le comencé a tocar una de las tetas por encima de la ropa.
Pero vos me tenéis que mostrar algo también, le dije apretándole un poco la teta. Sorprendido vi como ella inmediatamente se quitó la blusita. Debajo no tenía ropa interior, en lugar de eso vi sus tetitas blancas rebotando y mostrando unos pezones chiquitos y rosados. Me lancé sobre ellos, con una mano acariciaba un pezón y con la otra recorría su abdomen y espalda mientras le lamía la otra teta hasta dejarla totalmente mojada. Ella gemía y respiraba cada vez mas entrecortadamente mientras me acariciaba y arañaba la espalda. Después de lamer sus dos tetas y dejarlas totalmente mojadas le dije “ahora es tu turno de probar”. Me paré dejando su cara a la altura de mi verga que abultaba terriblemente mis jeans. Ella estaba totalmente roja y mientras sonreía mordisqueaba y acariciaba mi bragueta. No tardo en bajarme los pantalones y la ropa interior que apenas cubría mi verga en esos momentos. Al bajarla vio mi miembro y su expresión cambió de inocencia a lujuria y la lamió por los costados con lengüetaditas pequeñas. Después paso a chuparme la punta, no se animaba a meter mas en su boca. Mientras con una mano me masturbaba y la otra se metía bajo los jeans.
Sentí que ya estaba entrando en calor así que la tomé del cabello e hice que me la chupara mas fuerte y rápido. Ella me miraba ahí, arrodillada y con una cara de zorra detrás de esos anteojitos y con mi verga entrando y saliendo de su boca, era la visión más excitante que se puede pedir. Saque mi pija de su boca y ella se quedó con un hilo de saliva colgando de sus labios y se frotaba mi verga contra su cara y boca. Ahora quiero pajearme con tus tetas, le dije. La acosté en el piso, me senté sobre ella y puse mi pija entre sus tetas, agarre ambas con fuerza y me masturbé a gusto con sus tetas duras y redondas. Ella gemía y no dejaba de masturbarse bajo los pantalones. ¿Queréis saber que sabor tiene? Le dije. Estoy a punto de largarte. Rápidamente me puse de pie y ella se arrodilló. Con ambas manos se agarraba las tetas y las apretaba esperando recoger toda la leche posible. Cuando me fijé, vi que la mano con la que se había masturbado estaba totalmente empapada de jugo. Abría la boca y sacaba la lengüita invitándome a bañarla mientras me masturbaba en su cara y le pasaba la pija por los labios. Cuando me vine salieron unos chorros como nunca habían salido golpeándola en la lengua, los anteojos y las tetas, cuando sentí que solo quedaban unas gotas restregué mi verga contra sus tetas limpiándome las ultimas gotas de semen. ¿Dije que la otra visión era lo más excitante? No, esta era mi sueño, ella recostada contra la pared con mi semen colgando de su barbilla y anteojo, sus tetas de nena llenas de leche mientras ella se relamía y trataba de juntar toda la leche y comérsela.
Me encantó tu leche, me dijo, se levantó pasó al baño un momento para limpiarse y cuando yo creía que era solo el comienzo, se vistió y me dijo que si no volvía ya a su casa iban a sospechar. Pero tengo algo que pedirte, me dijo. Ahora estoy dispuesta a cumplir todas las fantasías que tenga, y -acá volvió a sonrojarse- siempre tuve la fantasía de iniciarme a lo grande como vi en una porno una vez. No se como decirte pero me gustaría coger con por primera vez con varios tipos, quiero sentirme muy zorra como hoy. Estaba totalmente roja y yo totalmente sorprendido. Claro le dije, no te avergüences podemos arreglar eso esta semana y pasar en grande ¿queréis?, le dije y la agarré de la cintura trayéndola hacia mí para que sienta mi verga que estaba dura otra vez. Nos besamos unos minutos contra la pared mojándonos toda la boca. Hablamos, acordate que me prometiste me dijo y nos despedimos por el momento.
Casi una semana después ya estaba todo dispuesto, llamé a unos amigos y en total eramos seis. Llegaron las cuatro de la tarde, la hora acordada y ella llegó puntual. Venía con un short realmente muy corto, color rosado que dejaban ver sus hermosas piernas y arriba traía una remera blanca muy inocente con el estampado de un osito. Sabía que su atractivo principal era su apariencia de inocencia así que supo aprovechar eso para excitarnos de entrada. Saludo un poco cohibida a mis amigos y la invitamos a tomar algo. Ella tomó bastante cerveza y pidió algo mas fuerte. Con un poco de tequila ya estaba totalmente suelta. Bueno, para empezar quiero algo de música, dijo. Le pusimos un tecno que rápidamente le gustó y empezó a moverse. Dale, ustedes siéntense y yo voy a calentarles bien, nos dijo. Todos nos sentamos y ella comenzó a moverse. Se contoneaba muy provocativa, bajaba su culo abriendo las piernas casi hasta el suelo, se acariciaba las tetas y se chupaba los dedos poniendo otra vez esa cara de zorrita que ya había visto.
Agarró una botella de cerveza, tomó un poco y empezó a derramarla sobre su remerita. Al mojarse pudimos ver que no tenía nada debajo y sus pezones estaban totalmente erectos. Se agachó y comenzó a bajarse el pantaloncito mostrándonos un culo perfecto, pero muy chico con una bombacha de nena color blanco. Se metió la bombacha entre las nalgas marcándolas perfectamente. Nosotros estábamos totalmente calientes y ya nos sacábamos los pantalones y nos pajeabamos frente a ella. Dale Claudia mostradnos esas tetas, chupame la pija le gritábamos y ella sonreía mientras se quitaba la remerita. Siguió bailando un rato, se puso contra la pared dándonos la espalda, abrió las piernas y se bajó la bombachita. Desde atrás pudimos ver como sus nalgas se abrían y nos mostraban su ano muy cerrado. Al darse la vuelta vimos su concha. Se había recortado el vello púbico dejando el clásico triangulo negro pero no muy grande. Se sentó en un sofá poniendo cada pierna en un apoyabrazos dejando su concha a la vista de todos. Estaba cerradita con el clítoris sin asomar, una auténtica concha de virgen. ¿Y bueno, por que no vienen a cogerme?.
Inmediatamente nos levantamos. Yo tomé la posición privilegiada frente a su concha mientras los demás se empujaban para que les chupara la pija. Su concha era realmente excitante, tenía un poco de vello y estaba bien cerradita. Por entre los labios rebosaba su jugo que empecé a lamer mientras frotaba sus vellos y trataba de abrirle los labios. Cuando miré arriba ella tenía dos pijas en la boca, se las turnaba, con sus manos frotaba frenéticamente los huevos de los dos y casi entre todos le manoseaban las tetas con fuerza. Ella gemía y trataba de tragar toda la pija posible. Ya no soporté mas y me puse en posición de penetrarla. Entonces se sacó las vergas de la boca y me dijo que por la concha solo nos dejaba cogerla con condón. Esta bien zorrita, como quieras le dije. Me puse el preservativo y apoyé mi verga sobre su raja. De a poco la fui enterrando, su concha era muy estrecha y costaba meterla a pesar de lo lubricada que estaba. Ella lanzaba gemidos apagados por las pijas en su boca hasta que se la encaje hasta el fondo de un solo impulso. Soltó un grito espectacular, esto me excitó mas y comencé a bombearle hasta los huevos lo más rápido posible haciendo que se retuerza y gima. ¿Te gusta zorrita? Te voy a destrozar la concha! Le dije.
No aguanté mucho por la visión de violación que estaba teniendo y terminé dentro de ella. Pero no te vas a perder de mi leche putita! Le dije, saqué mi verga, me puse a su lado, me quité el preservativo y se lo exprimí en la cara. Ahora límpiame la pija, acá hay mas leche para vos y le metí mi verga llena de semen para que me la limpie con su lengua. Así que a la puta esta le gusta la leche! Dijo un amigo y le terminó en la cara también. Claudia estaba con la cara llena de semen, trató de limpiarse con las manos pero se las atajamos mientras otro se la cogía por la concha. Se relamía como tratando de comerse todo el semen posible. Después de cogerle un rato mi amigo, que estaba a punto de terminar, se sacó el preservativo y terminó sobre su abdomen. Mas lechita para mí! Gritó Claudia restregándose el semen por los pelos de su concha dejándolos pegajosos.
Vamos a estrenarle el culo a la zorrita! Dijo uno de mis amigos. La pusimos de cuatro con las tetas y la cara apoyadas en el suelo y con las piernas abiertas. Su culito estaba muy cerrado a pesar de que ella se abría las nalgas lo mas que podía. Empezamos entre dos a urgarle el culo con los dedos índice y cada vez metíamos mas dedos hasta que dentro de su culo tenía unos cinco dedos. Me van a romper el culo! Mas despacio! Gemía ella. Callate puta! Le gritaron y le pusieron dos vergas en la boca. No se resistía así que decidimos seguir. Me puse un poco de vaselina que trajimos para la ocasión y fui penetrándola. Sus gritos ya no se ahogaban con las pijas pero ya no nos importaba, ella también disfrutaba. Una vez totalmente adentro la tomé de las nalgas y la monté con fuerza. Sentía las paredes de su recto apretándome la verga hasta un punto doloroso, la movía despacio y de a poco hacia los lados para que vaya aflojando, hasta que la tenía totalmente dentro. Te gusta? Vamos a desgarrarte el culo! Le grité. Dame mas! Gritó, Soy muy puta, muy puta! Gritaba hasta que le terminé adentro. Al sentir el chorro se estremeció un poco. Saqué mi pija y vi que su culo estaba dilatándose, ya casi no se cerraba. Así todos nos turnamos, con ella en la misma posición, terminando todos dentro de su culo. Al acabar los seis su culo estaba totalmente abierto, en esa posición ya no se cerraba y de adentro rebozaba leche que se deslizaba por sus nalguitas y muslos.
Ella se dejó caer de costado y quedó ahí tirada respirando muy agitada por un tiempo. Cuando pensamos que nos pasamos ella comenzó a meterse los dedos en el culo sacando leche y comiéndosela. Tirada en el piso comiéndose el semen que dejamos en su culo, con la cara y el cuerpo bañados de leche y sudor fue espectacular, suficiente para que tengamos ganas de una más. La rodeamos, ella entusiasmada se arrodilló como pudo y se dispuso a chuparnos la pija a todos. Uno por uno y como pudimos por el cansancio le fuimos terminando, en la cara, el cabello, las tetas, dentro de la boca. Cuando terminamos se levantó para ir al baño, se dio la vuelta y nos dijo Fue la mejor cogida que pude tener, cuando quieran otra ya saben como encontrarme, no tengan vergüenza y entró al baño con una sonrisa.
Hasta ahora ella sigue haciendo servicios en el barrio y la volví a coger unas veces mas, pero ahora ya perdió bastante el encanto infantil que tanto me atraía de ella.
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