Desde que soy infiel con el esposo de mi cuñada, me he vuelto una pervertida, ahora relatos eróticos, fotos, videos, y todo lo que se refiere al sexo, me calienta... Como ya les he contado en mis anteriores relatos, empecé con mi cuñado, ahora tengo hasta 3 amantes fijos y uno que otro ocasional. Todo este cambio en mí, se lo debo al esposo de mi cuñada, en cada ocasión me pervierte más y más y me encanta ser así.
Ya les había contado de mi vecinito, pues seguimos cogiendo. Un sábado me acompañó al súper, mientras hacía las compras me tocaba a escondidas, me calentaba poco a poco, le decía que esperara a llegar a la casa, que estaba sola, pero no entendía, me llevó casi a rastras a los sanitarios, esperamos que no hubiera nadie y entramos al de los hombres, al estar en el baño empezó como loco a desnudarme, yo ardía por una cogida así que levanté mi vestido a la cintura, y él me cargaba poniendo mis piernas en sus brazos y sosteniéndome de las nalgas, metía su enorme verga a mi vagina que ya humedecida tragaba el verga gustosa, así estuvimos hasta que se vino, gemí en mis oídos mientras me sostenía de su cuello. La cogida estuvo rica pero yo no me vine, apresurados llegamos a la casa y mientras colocaba las bolsas del mandado, agarraba mis nalgas, se colocó detrás de mí, puse mi pierna en la barra de la cocina, hizo a un lado mi tanga y sin quitármela empezó a cogerme, la leche que me había echado anteriormente salía en sus embestidas, yo lo besaba en su boca, él apretaba mis tetas, sin dejar de bombear mi raja. La sacó y se agachó para lamer mi ano que ansiaba verga, después de una lamida y metida de dedos en mi raja, colocó la cabeza de su palo en la entrada de mi hoyito, como su verga prácticamente vive en mi culo, entró fácil a pesar del tamaño y de lo grueso que tiene mi vecino su instrumento. Lo deslizó suavemente como me gusta, abría con sus manos mis nalgas, mientras yo empujaba para atrás, ansiaba toda esa monstruosidad en mi interior.
- ¡Mami, este culo ya quería verga!.
- ¡Sí, tu verga, la más rica verga!.
- ¡Cómo te encanta coger putita mía!, ¿Quieres que te coja otro?.
- ¡Si, quién quieres que me coja?.
- ¿Qué te parece Sandro, mi amigo?.
- ¿Y la tiene como tú?.
- ¡No sé, prueba!.
Así estuvimos hablando para calentarnos más, y muy en el fondo me gustaba su amigo, es más guapo, pero muy serio. Aumentó el ritmo en las pompeadas estrujando mis caderas, mis senos y estirándome el pelo hacia él, hasta que se vació nuevamente, pero esta vez en mi recto, quedando los dos sudados, me volteé para besarlo y agradecerle la rica cogida en mi ano.
Quedamos de vernos la siguiente vez en su casa, dos días después por la mañana, para eso me pidió que vistiera ropa interior que le gusta, o sea, liguero, medias, tanga y bra, combinados, eso lo trastorna. Al entrar a su casa, cerré con seguro, como siempre lo hago, estaba en la sala sentado, como casi siempre me espera, desnudo y con su inmensa reata apuntando al techo, ¡Esa escena me enciende, imaginar que estoy a punto de ser penetrada por tremenda cosa!. Me quité el vestido quedando solo con la ropa interior que mi cuñado me había regalado. Me acerqué a él sentándome en sus piernas para que mis tetas quedaran en su cara, acariciaba mi espalda, mi trasero y su boca exploraba las redondeces de mi pecho, bajé para saborear su verga, empecé a mamar como le gusta, desde los huevos hasta la punta, mordisqueando suavemente sus bolas, acariciando su vientre y su tórax, como es alto, se estiraba para apretar mis nalgas, me pedía que las moviera como si alguien me estaba cogiendo, y como soy complaciente empecé a moverme, mientras disfrutaba mamando verga.
- ¡Así mami, muévete rico, imagina que te cogen, ¿Quieres que te cojan mientras mamas mi verga?.
Yo asentía con mi cabeza, no podía hablar, tenía la boca llena.
- ¡Mira quien esta detrás de ti!.
Al mirar atrás me sorprendió, aunque no mucho, era Sandro, desnudo y con su verga apuntando a mi trasero, se acercó rápido y empezó como loco apretando mis nalgas, sin perder tiempo la metió en mi vagina, y empezó a cogerme casi desenfrenado, no me dejaba mamar bien, Iván tomaba mi cabeza para sostenerme, y seguir mamando. Parecía que se venía, pero de pronto la sacó y me dijo:
- ¡Ya sé que este cabrón te coge por el culo, ahora yo te voy a coger mamacita rica!.
No acababa de decir cuando la metió en mi ano, su verga no es tan grande como la de Iván pero es rica, parecía trastornado por la forma en que me cogía, como si me violara, pero se vino casi de inmediato, gemía grotescamente mientras llenaba mi culo de su leche.
Luego Iván me pidió que me sentara en él de frente, colocó su verga en mi raja y empecé a disfrutar de una buena verga, movía mis caderas como alucinada mientras Sandro descansaba a un lado, luego se paró en el sofá frente a mi para que se la mamara, su verga, aunque es un poco más chica que la de Iván, podía meterla toda hasta el fondo de mi garganta. De repente se quitó, ya la tenía otra vez parada, (y como no, si tiene 18 años), se puso detrás de mí, y le grité que me la metiera en el culo, sin perder tiempo, de nuevo mi ano recibía esa verga deliciosa mientras mi raja tragaba la enormidad de Iván. Por primera vez estaba en un sándwich, una de mis fantasías, aunque fantaseaba con mi cuñado y con Iván, pero esto estaba rico. Iván me cogía como nunca, lamía mis tetas, las mordía, Sandro de repente sacaba su verga de mi culo para besar mis nalgas y morderlas, era tanta la lujuria que no me daba cuenta de los chupetones que me dejaban, de lo que me escondí de mi esposo y mi cuñado.
Cambiamos de posición, Iván me levantó y me cogió como en los baños del centro comercial, me colgué de su cuello, pero esta vez Sandro lo ayudaba cogiéndome por atrás. Parecía que Iván llevaba el control de todo, luego nos acostamos en la alfombra, me coloqué sobre él dándole la espalda mientras Sandro metía su verga en mi boca, entonces Sandro se acostó sobre mí, y la metía por mi vagina haciéndome ver estrellas, para ese entonces no sabía cuantas veces me había venido. Iván me quitó y me empinó, así los dos se turnaban para cogerme, esa posición me gusta porque entra toda la verga, notaba que Sandro se aferraba más, no le daba mucha oportunidad a Iván. Pero este se acostó y me puse sobre él, coloqué su vergota en mi culo, me dio ansioso, casi se venía. El otro le exigía que se quitara porque me quería dar por el culo, pero Iván no hacía caso. En eso pasó algo increíble, algo que si me lo contaran, no lo creería.
Sandro se desesperó, y se puso detrás de mí, quería meter su verga, insistió tanto hasta que lo logró, ¡Eran dos vergas en mi culo!, el dolor era tanto que hasta me daban ganas de ir al baño, (Esto si me da pena decirlo), me relajé, muy dentro de mí deseaba que me penetraran los dos a la vez, y pasó, después de un rato relajada, los dos me cogían imponiendo un ritmo sin ponerse de acuerdo, imaginaba mi culo tan abierto, y creo que se logró por mis cogidas anteriores y mis deseos de ser cogida por el ano. Luego de un rato así, los dos empezaron a acelerar, mi mente estaba nublada, nada me importaba mas que esas dos vergas cogiéndome, quería gritar pero me tapaba la boca con un cojín del sofá. De repente los gemidos de los dos chicos se confundían en mis sentidos, y sentí lo que nunca había sentido, mi ano estaba tan abierto que los chorros calientes de semen, chocaban en las paredes de mi recto, ardían, provocando un intenso orgasmo, el más rico y largo que he tenido. Mi vagina se contraía en tan rico orgasmo, mi culo no podía contraerse más no se abría.
Quedamos rendidos, sudados, y oliendo a sexo. Iván seguía con la verga parada, la sacó, y quería que se la mamara, pero yo estaba agotada, se la chupé poco, levanté su verga para lamer sus huevos mientras se masturbaba, cuando estaba a punto de venirse, tomó mi cabeza y metió su verga en mi boca, un chorro llegó a mi garganta, saqué la verga para que el resto cayera en mi cara, lo recogía con mi lengua, cayó un poco en mi ojo, duré dos días con el ojo irritado. Me levanté para vestirme, Sandro me dio una nalgadas suaves, advirtiéndome que no iba a ser la única vez, le sonreí agradecida y temerosa, le pedí discreción, miré a Iván y le pedí de favor que ya no me trajera amigos, que era peligroso, además de que mientras más hubiera, menos habría para él. Y no quería ser la puta del barrio.
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