Entre dos fuegos

Ana cepillaba su rubio cabello, largo hasta la cintura, mientras observaba su rostro de mejillas sonrosadas, frente al espejo de su dormitorio. Esta noche pensaba divertirse, habia terminado una relación amorosa de más de 1 año, lloro mucho tiempo por ese amor perdido, pero ya se encontraba dispuesta a enfrentar la vida nuevamente. Por eso esa noche se sentía preparada para vivir algo “especial”, no sabia que, pero lo viviría tal cual se presentara.

Enfundo sus sedosas piernas en medias de nylon negra que se ciñeron a ellas como un guante, abrazando sus caderas. Ciño el portaligas de igual color a sus esbeltas caderas. Poso sobre su prodiga figura un vestido negro, que cayo sobre si misma con suave roce. Se observo al espejo, y se dijo: - Estoy bonita, me siento bonita, hoy reviviré!. Coloco una fina hilera de perlas alrededor de su cuello, calzo sus pies en zapatos de tacón alto. Termino de cepillar su cabello, paso algo de rubor en sus mejillas, y maquillo sus labios con un leve tono rosa, no gustaba de recargarse, su belleza natural no le exigía nada más.

Era verano por tanto la noche permitía que solo con su bolso en bandolera, pudiera caminar fresca y lozana, sin sentir mas que la leve brisa agitar sus cabellos. Vivía en una zona céntrica, y transitada por tanto comenzó a caminar displicentemente rumbo al pub del lugar, muy concurrido a esa hora, pasada la medianoche. Penetro en el local, se dirigió al guardarropa entregando su bolso, y acercándose a la barra, se sentó en una alta banqueta, al hacerlo, la falda de su vestido subió unos centímetros dejando ver sus hermosas piernas. Pidió un whisky on the rocks, y mientras bebía, su cabello resbalaba una y otra vez por sus hombros, tapándole levemente el rostro, el cual ella quitaba de vez en cuando. Giro la cabeza, y observo a su alrededor, el lugar estaba en semi penumbras, y una banda tocaba temas de moda en un pequeño escenario dispuesto para tal fin.

Muchos cuerpos se agitaban acompasadamente, piernas, caderas, cabellos, todo era una vorágine de “sentidos” sumergidos en la audacia, las chicas mecían sus cuerpos, giraban, se podían ver colas, piernas, escotes, todo al unísono, mientras los chicos observaban y hacían lo propio, entre sonrisas de complicidad. De pronto, una mano se poso sobre la mano de Ana que reposaba en su falda, obligándola a incorporarse y resbalar desde la alta banqueta, siendo impulsada hasta la pista, su cuerpo comenzó a moverse al compás de la música, mientras sus caderas mostraban un gran toque de sensualidad, Ana se sintió devorada por la mirada del chico que la habia sacado a bailar, al cual ni siquiera habia observado.

Era un buen espécimen masculino, morocho, de ojos azules, cabello corto, muy corto, finas caderas, vestido con jeans y camisa negra que tenia levemente desabotonada, dejando entrever vellos negros, tan negros como su cabello. Ana gusto de aquel joven, que se agitaba frente a ella, le pareció muy masculino, por tanto comenzó una especie de baile de seducción, girando en torno a el, mirándole fijamente a los ojos. Asi estuvieron por varios minutos, hasta que el ritmo de la música cambio, para escucharse una suave melodía que invitaba a unir cuerpos, en un sonido lento y romántico. Los brazos del joven se ciñeron a su cintura, y la cabeza de Ana, levemente mas baja que el chico, reposo en su hombro. Sentía la respiración masculina en su cuello, algo asi como un leve calorcillo, comenzó a filtrarse por su cuerpo, y apretó su cuerpo mas al del joven.

- Oye como te llamas? pregunto el.

Ana contesto la joven, - Y tu?

- Juan – Vienes mucho por aquí?

- Solía venir, pero deje de hacerlo por más de un año, hoy es mi regreso – contesto Ana.

- Pues bienvenida, que afortunado he sido al encontrarte!

Ana sonrió y ambos jóvenes se estrecharon más y más. De pronto, Juan estiro su mano saludando a alguien que pasaba rumbo a la barra, era su amigo Jorge, (de cabello negro igual que el, algo mas largo en la nuca, ojos castaños, vestido tambien con jeans y camisa azul, desabotonada en parte como Juan, (pero con poco vello, como observo Ana en una furtiva mirada, pero muy sensual tambien, hombre atractivo, se dijo Ana para si) con el cual habia quedado citado la noche anterior. Ambos amigos se habían propuesto, encontrar amables chicas para culminar esa noche, en sendas camas brindando y dando calorcillo sexual, pero al ver Jorge que Juan ya estaba con esa chica tan bonita, algo cruzo por su mente, una idea que comenzó a tomar forma a medida que se acercaba a la pareja.

- Hola Juan! Que bien acompañado estas!.

- Hola Jorge, te presento a Ana, nos hemos encontrado hace poco, has visto que bonita es?, interrogo Juan con una sonrisa en los labios.

Ana no pudo evitar ruborizarse, y tendió su rostro al nuevo amigo, quien deposito un beso que casi casi muere en los labios de la chica, pues esta movió su cabeza involuntariamente. Los tres se miraron y en la mente de cada uno de ellos se comenzó a perfilar la misma idea, sin decirlo por supuesto. Dejaron la pista de baile y se acercaron a la barra, Ana sentada en medio de ellos, bebió otros tantos whiskys, hasta que comenzó a sentir un fuego interno que no sabia si provenía del alcohol, o de lo que su mente perfilaba.

Juan propuso dejar el lugar he ir a divertirse a otro lugar, por tanto, Ana tomo su bolso y salió precedida de los dos jóvenes, que se miraban entre si, sonriendo , sin quitar los ojos de ese cuerpo de diosa que se cimbreaba delante de ellos. Al llegar a la calle, Ana se quedo en suspenso, mientras Jorge abría la puerta de un Mustang rojo fuego, que estaba aparcado frente al pub. Ana deposito su cuerpo en el asiento delantero, y a su lado se sentó Juan, mientras detrás del volante se sentaba Jorge. Quedo levemente aprisionada entre los dos jóvenes, que prestos, encendieron la radio alborotando su interior con una música melodiosa.

- Que hacemos?. Yo tengo una excelente idea pero no se si Ana gustara de ella - dijo Jorge.

- Cual es la idea Jorge?, dijo Juan.

- No se Ana si tu quieres, pero tengo un departamento con vista al mar, no muy lejos de aquí, podríamos ir hasta allí, seguir bebiendo como buenos amigos, escuchar música a nuestro gusto, que se yo!.

Ana se encogió de hombros, sonriendo sin decir nada, apenas entornando los ojos, y para Jorge esto fue una respuesta positiva. Mientras recorrían las calles, una mano algo atrevida de Juan se poso sobre la pierna derecha de Ana que reposaba muy junto a la suya, la chica quedo muy quietecita, y no hizo ningún movimiento de retroceso, por lo cual, Jorge al observar esto, quito una mano del volante e hizo lo propio. Ana sentía mucho fuego interior, y se dejo hacer, pues la sensación era demasiado osada y atrevida asi como excitante para negarse. La mano de Juan vago desde la rodilla hasta la cadera de Ana metiéndose por debajo de su vestido, y la de Jorge arremetió bajo la falda sin mucho miramiento, hasta rozar la entrepierna de Ana, que comenzó a sentir su respiración muy agitada. Con una brusca frenada que tomo de improviso a Juan y a Ana, Jorge estaciono frente a su departamento. Bajo apresuradamente, cerrando de su lado, y yendo a abrir la puerta con calenturienta prontitud. Juan y Ana traspasaron el umbral, Ana era guiada por el brazo seguro de Juan, quien miro en forma cómplice a Jorge, que encendía lámparas de luz tenue por toda la habitación.

Estaba amoblada en forma muy masculina, fotos de mujeres desnudas adornaban por doquier, y tras un cortinado vaporoso, se vislumbraba una cama doble, con el acolchado entreabierto como una clara invitación a pecados, calientes pecados. Bebieron mientras Ana en medio de los dos, mecía su cuerpo. Habían colocado una melodía súper sensual en el equipo de música, y de pronto Jorge quien era el mas osado, le dijo a Ana: Porque no nos haces un Streap Tease?. Ana se sonrió y les comento: seria mi primera vez, ja ja! Nunca lo he hecho para espectadores.

- Pues somos tus más fervientes admiradores con ropa como llevas, imagínate sin ella amor!.

Por tanto ambos se sentaron en sendos sofás, sorbiendo pequeños tragos de sus whiskys, y preparándose a disfrutar de los movimientos sensuales de la chica. Ana se puso de espaldas a ellos, comenzó a contornear su cuerpo al compás de la sensual música, y fue pasando sus brazos en arco sobre su cuerpo, despojando su bello cuerpo del vestido negro, y moviendo su colita, una y otra vez, al unísono con sus caderas.

Ana se giro, quedando frente a ellos, en tanga y sostenes negros, provistos de abundante encaje, sus medias negras de nylon con portaligas de igual color, Juan y Jorge acariciaban sus vergas por sobre el pantalón los dos al mismo tiempo, con ojos enrojecidos por el vapor de la bebida y por el acaloramiento interno que les devoraba al ver a Ana tan sensual y tan apetecible. Ana coloco una pierna sobre el extremo del sofá donde estaba sentado Jorge y comenzó a desprender su portaligas, liberando las medias una a una de sus piernas las cuales se deslizaban suavemente, Juan estiro una mano y acaricio por sobre el sostén un seno redondo, perfecto, armónico y deseable. Ana poso su mano sobre la de el, y apretó, esto hizo que Juan obedeciera, pasando sus dedos a través de la fina tela de la prenda, rozando el pezón que se endureció como por arte de magia. Jorge se paro de pronto y comenzó a desabrochar su pantalón, se lo quito, y sus caderas estabas aprisionadas con un slip negro que marcaba lo profundo de su calentura. Al pantalón le siguió la camisa, que quedo a un lado prontamente. Su verga abultaba muchísimo, e incluso tenia húmedo el frente, justo allí donde reposaba la cabezota, claro indicio de su calentura contenida hacia rato. Ana paso la lengua por sus labios y fue el llamado de atención para que Juan hiciera lo propio con su pantalón, y su camisa negra, ambas prendas volaron por el aire, dejando ver piernas velludas lo mismo que su pecho, y portando un slip negro tambien casi como el de Jorge, y tan mojado como el de su amigo.

Ana lanzo sus zapatos lejos como todo lo demás. Quedo tan solo la fina hilera de perlas en torno a su cuello, pero poco durarían estas en su lugar. Ana les miro a ambos, se acerco, y les toco la verga al mismo tiempo, estas como hipnotizadas, se irguieron mas y más, pugnando por escapar de su encierro, por tanto Ana se arrodillo frente a Jorge, empujándolo sobre el sofá de modo tal que el joven cayo sentado nuevamente, con las piernas abiertas, recibió a Ana quien con los dientes y la lengua comenzó a bajar el slip de Jorge, sin tocar nada mas que su pecho, retorciendo levemente sus tetillas entre la punta de sus dedos, Jorge sentía que se moría por acariciarla, pero apenas rozo sus hombros, apretando aquí y allá, pasando dedos suaves por su espalda. Cuando el slip de Jorge estuvo por sus rodillas, Ana cambio su cuerpo para depositarlo entre las piernas de Juan que respiraba agitado al ver a su amigo, ser seducido por este ángel rubio que le habia caído del cielo!

Juan ya estaba en posición, y Ana hizo lo mismo que con Jorge con la diferencia que ya Jorge estaba arrodillado detrás de Ana, pasando su lengua por la espalda de ella, recorriendo su columna vertebral, y acariciando sus caderas, hasta llegar a las nalgas las cuales entreabrió con la yema de los dedos. Juan respiraba entrecortadamente, asi es que se acomodo mejor en el sofá y mientras la besaba en la boca, metiendo su lengua bien profundo, chapándosela y lamiendo los labios de la chica, Jorge, seguia arrodillado, sobando el anito de la chica, que se encogía y estiraba como pidiendo mas caricias.

La boca de Juan, vago por el cuello de la chica, los hombros, dejando un rastro de saliva en cada lugar que recorría, mientras la lengua de Jorge, se depositaba en lo más profundo del culito de Ana, punteando con la lengua su entrada, una y otra vez, Ana comenzó a lanzar gemidos de calentura, hasta que estiro sus manos hacia atrás, y ella misma se abrió mas las nalgas, para que Jorge siguiera mancillando su culo una y otra vez, solo con la lengua, le encantaba!!!!! Juan se apodero de un pezón de la chica, elevándole el seno, haciendo que el pezón sobresaliera mas y más de su estuche, la aureola era levemente oscurita, y el pezón sobresalía como una tetina pidiendo ser sorbida. Juan hundió su boca en ese pezón provocativo, y mordisqueo levemente, pero Ana tomo su cabeza con sus propias manos, y apretó la cabeza de Juan sobre el, para que comprendiera que quería ser lamida y mordida con fuerza. Juan entendió el mensaje y se prendió como un bebe a la teta de su madre, lamiendo chupando, sorbiendo, apretando el pezón muy fuerte, este estaba algo enrojecido, pero Ana no emitió ningún gemido de dolor, al contrario, estaba muy caliente y quería todo, todo y mas!. Paso de uno a otro muchas veces seguidas, mientras Jorge, habia cambiado su lengua por un consolador que habia tomado de un costado del sofá, que Ana no vio al entrar. Comenzó a puntear el anito de la chica, esta gimió un poquito, por tanto Jorge no quiso insistir si ella aun no estaba lo suficientemente caliente, en eso era muy comprensivo, por tanto, se incorporo, y entre los dos, la besaron toda de arriba abajo. Juan por el frente, boca, frente, ojos, mejillas, cuello, hombros, pezones que chupo y chupo enfebrecido, ombligo, vientre. Jorge, espalda, brazos por detrás, tomo una mano de Ana y la introdujo en su boca, lamiendo uno por uno sus dedos, nalgas, piernas.

La boca de Ana dejaba escapar gemidos agónicos de calentura y pedía: Más Másssssssss. Entre los dos la llevaron a la cama, la colocaron arrodillada al costado de la misma. Y mientras Jorge, chupaba su culito, metiendo lengua en su agujerito inflamado y húmedo con los vellos rubios apenas vislumbrados en su entrada, acariciaba y daba pequeños chirlos a sus nalgas con lo que hacia que Ana gimiera caliente, muy caliente, Juan se arrodillo frente a ella, apoyo su verga dura y rojiza, babeante en los labios de la chica, quien comenzó a lamer como desesperada, esa vergota de venas hinchadas que pugnaba por entrar en su boca. Lamió todo el palote hinchado, de arriba abajo, paso por los huevos calientes y duros de Juan, aferrándose a sus caderas, acariciándolo todo, pues las piernas velludas de un hombre la excitaban muchísimo, y las de Juan eran adorables. Jorge ya dejo a un lado su hidalguía de macho, y metiendo un dedo, el dedo medio de su mano derecha, muy al fondo del culo de la niña, lo removió dentro enfebrecido. Ana dio un respingo como queriendo alejar lo que la habia invadido muy de golpe, pero no pudo zafarse de la opresión de su culito, Jorge ya no perdonaba, estaba muy caliente y quería penetrarla a como fuera. Juan seguia gozando con los ojos cerrados de las lamidas de Ana, mientras acariciaba y empujaba sus rubios cabellos para que ella no desistiera.

Jorge revolvió en el culito de Ana una y otra vez, a ese primer dedo, le sumo uno mas y otro, Ana gemía incomoda pero muy caliente, tenia 3 dedos en su culo, moviendo y girando a un lado y otro, asi que no se resistió más, y ella misma se abrió nuevamente las nalgas, no podía decir nada ni pedir nada puesto que su boca estaba muy ocupada en dar goce a Juan, pero Jorge comprendió el mensaje y comenzó a entrar y sacar los dedos, moviéndolos, a un lado y otro, una y otra vez, los gemidos calientes de Ana, eran contagiosos, ella pedía: Más adentro, más dedos, asi bien adentro, aaahhh, aaahhh, y Jorge obediente lo hacia fuerte, cada vez más fuerte, de pronto cambio los dedos, por su verga, acaricio con ella el anito de Ana, y comenzó a empujar despacito, pero Ana de pronto soltó la verga de Juan y le grito a Jorge: Fuerte, damela fuerte, que me duela, me muero!!!.

Jorge no necesito de más indicaciones y arremetió con fuerza sobre el agujero caliente de Ana, entro toda de un tirón, al compás de su grito agónico de: Aaaahhhh, pero Juan no la dejo seguir volvió a meterle la verga en la boca, y Ana se aferró a ella, con manos, lengua, dientes, chupando y lamiendo, como loba hambrienta. Jorge la penetraba una y otra vez, su verga habia entrado totalmente en el culo de Ana, hasta la raíz, sus huevos inflamados pugnaban por estallar, y golpeaban sordamente en el culo de la chica, (ni siquiera un cabello podría traspasarla, de tan unidos como estaban), pero se contenían al compás de su dueño que jadeaba como desesperado. Los gemidos de goce de Juan, chocaban contra el sonido, Chup Chup Chup, de Ana, que seguia comiéndose esa verga mojada e hinchada.

De pronto Juan y Jorge se miraron y los dos al unísono bañaron por arriba y por abajo a Ana, chorros de liquido caliente, blanco, espeso la inundaron como lava hirviente. Ana trago y trago, esa leche hermosa que chorreaba por sus labios, rumbo a sus pezones, y sintió como algo caliente inundaba su culo, desbordándose por su entrepierna. La mano de Ana sumergida en su concha, frotaba su clítoris una y otra vez, para acompasarse a las corridas de ambos jóvenes. Por largos minutos ambos descargaron su calentura en el cuerpo de la chica, que al culminar ellos, quedo tendida en la cama como desmadejada.

Juan se acostó a su lado y paso su lengua por los pezones mojados de su propia leche, pegajosa y espesa que bañaba el cuerpo de Ana. Jorge hizo lo propio con la suya en el culito de Ana, cada cual probaba de sus propios jugos, nunca lo habían hecho y esta vez merecía la pena. Ana bajo de la cama, y se dirigió al baño, allí abrió la ducha y se jabono totalmente el cuerpo, su rubio cabello, y el resto. Juan y Jorge echados aun sobre la cama fumaban sendos cigarrillos, disfrutando del momento de letargo. Querían más, y lo obtendrían, Ana se habia portado muy bien con ellos, y querían hacerla gemir más aun.

Cuando la chica regreso, se acostó entre ellos, boca arriba de piernas abiertas, clara invitación, muda invitación, que ambos comprendieron. Juan deslizo sus labios por el vientre de Ana, besando cada milímetro de su cuerpo, mientras Jorge se colocaba a la cabecera de la cama, poniendo su verga fláccida aun al alcance de la boca de Ana. Juan hizo abrir las piernas de Ana totalmente, y rebuscando entre sus pálidos vellos rubios, encontró el botoncillo de placer, tocándolo levemente con la punta de su lengua, haciendo que este respondiera presto, y erizándolo instantáneamente. Juan hundió su boca entre los labios vaginales, al tiempo que introducía de golpe dos dedos en la vagina, Ana dio un leve respingo, pero ya la verga de Jorge, estaba haciéndole caricias en los labios, con lo cual Ana los abrió, y comenzó a asomar la puntita de su lengua, tocando “tímidamente”, el miembro de Jorge, que comenzaba a reaccionar nuevamente. Juan al ver a Ana que volvía a ponerse en orbita, lamió su concha, en forma enfebrecida, mientras entraba y sacaba los dos dedos, que amplio a tres, y luego a 4, Ana no se dio cuenta del cambio, mas que por los gemidos que le hacían lanzar, mientras chupaba los huevos calientes de Jorge, llegando con su lengua a la entrada de ano del joven, pasando la lengua a su vez, por la costurita que lleva desde los huevos al ano, una y otra vez, Jorge temblaba de calentura, y tenia a Ana aprisionada de los antebrazos, Juan, lamía el anito de Ana, inflamado por la penetración anterior, y Ana gemía como enloquecida. Los 4 dedos de Juan entraban y salían como locos de su conchita, y la lengua del joven cabalgaba por el agujerito abierto totalmente de la chica.

De pronto Juan le dijo: Ana, quiero que orines! Quiero sentir tu orina caliente en mi vergota!.

- No puedo!, dijo ella, Nunca lo hice, si estoy caliente no me sale.

- Si que puedes cariño, prueba y veras que bien se!.

Asi fue como Ana, sintió la verga de Juan atravesarla prontamente, y acunarse dentro de ella. Vamos amor, vamos Ana, quiero tu orín caliente, damelo nena, damelo!!

Jorge seguia penetrándola por la boca, una y otra vez, los labios de Ana henchidos por la verga de Jorge, imprimían a su cuerpo una calentura inusual, por tanto, ejercito fuerza en su vagina y comenzó a orinar cayendo en la cabeza de la verga de Juan, quien saco de pronto su aparato de la concha de ella, viendo como Ana orinaba sin poder parar. Los ojos de Jorge no cabían en su orbita, y al ver esto, comenzó a correrse sin poder evitarlo, su leche baño la boca de Ana que trago y trago mientras orinaba sin intentar detenerse, siguió deslizándose por los pechos de Ana, sus pezones, su vientre, hasta unirse con la orina de ella, con todo esto Juan paso la palma de su mano por la entrepierna de Ana, inundando su concha de orina y semen, rara mezcla que excito a los dos hombres de la misma manera, con lo cual Ana comenzó a temblar, los dedos de sus pies, se tensaron, y su cuerpo se arqueo de tal forma que se corrió como enloquecida, ya era mayor la mezcla, leche de Jorge, su propia orina, y su corrida, que cayo en su mayor parte en la mano de Juan, que jadeaba sin poder evitarlo.

Ana nuevamente volvió al baño, se ducho mas aun que antes, lavo su entrepierna, y sintió desde el baño la voz de Jorge que le pedía: Ana queremos verte orinar allí en el baño, queremos masturbarnos viéndote orinar, puedes hacerlo?.

- No lo se, de nuevo no creo que me salga! - sonrió la chica, mientras se secaba.

- Vamos Ana cielo, tu puedes, queremos pajearnos bien, hazlo!!!.

Entonces Ana, fue a la cocina de los chicos, busco en el refrigerador, ambos se miraban expectantes: Que buscara? Se preguntaron uno al otro con la mirada interrogante. Encontró lo que buscaba, era una zanahoria, grande, gorda y tan cabezona como las vergotas de sus amigos.

- Bueno, lo haré, espero que me salga de nuevo, no garantizo nada eh?. Pero tambien quiero que tu Juan me pongas esta hermosa zanahoria en el culo y me penetres mucho, mucho con ella, yo me abro de piernas y probare a orinar en el baño ok?.

Ambos pasaron la lengua por sus labios, y siguieron a Ana al baño. Esta se coloco en el lugar de la ducha, de costado, y Juan primero arrodillado detrás de ella, paso su lengua por el agujerito de la chica, ella se abrió las nalgas, mojo un dedo propio en su conchita, sacándolo mojadito y gomoso, y lo paso por la entrada de su culito, introduciendo el dedo mientras Juan sacaba la lengua del lugar, uno y otro por vez, ella con su dedo, el con su lengua, fueron masturbando ese culito que se fue agrandando mas y mas por la calentura, una y otra vez, los dedos de Ana llegaban a su conchita se mojaban allí y pasaban detrás, hasta que Juan apoyo la zanahoria gorda y dura en la entrada, empujando, Ana entrecerró los ojos, se apoyo en los hombros de Jorge que la miraba expectante mientras se sobaba su propia verga, dura de nuevo como un palote, hizo fuerza hacia atrás, y se sintió penetrada por la hortaliza, hasta el fondo, una y otra vez, Juan la introdujo y la quito, muchas veces, la conchita de Ana, destilaba jugos a mas no poder, Jorge paso su mano plana totalmente por ella de adelante hacia atrás, palpando la zanahoria por entre las piernas de la chica, y notando que solo tocaba los dedos de Juan, que sobresalían por detrás.

Ana gemía y pedía: másssss asiiiiiiiiiiiii, Juan asiiiiii, más adentro, fuerte, rómpeme el culo, me gusta.

Y Juan obedeció, fuerte más fuerte apremio contra el agujero de la chica, hasta que Ana comenzó a dejar salir lechita de su vaginita, junto con un liquido claro, caliente y transparente, que inundo la mano de Jorge, Ana con las piernas bien abiertas se estaba orinando para placer de los dos. Juan dejo la zanahoria introducida en la cola de Ana, paso por delante de ella y ambos amigos se pajearon viendo como Ana se orinaba, su orín caía por las piernas, junto con las terribles convulsiones de la chica, que empujaba ella misma la zanahoria en su culo tan fuertemente penetrado. En medio de estos estertores, Jorge, con la verga en la mano aun chorreando, estiro el brazo y removió la zanahoria en el culo de Ana, fuertemente, casi brutalmente, como escarbando en ella, le tiro del cabello hacia atrás, y soltando su propia verga, empujo la zanahoria que resbalaba pugnando por salir, mas adentro de la chica, mientras lamía su cuello una y otra vez.

Juan, impulsado por las caricias de Jorge, introdujo su boca entre las piernas de la chica, y chupo todo lo que tenia a mano, consciente o inconscientemente bebió de lo suyo propio, deleitándose en el sabor salado que manaba del interior de Ana, su boca, chupaba el clítoris que parecía fuego puro, lo lamía una y otra vez, arriba abajo, las manos de Ana, parecían haber perdido el rumbo, acariciaba la cabeza de Juan, y la apretaba mas sobre si misma, hasta que los tres no resistieron mas y cayeron desmadejados al piso.

Asi culmino esta aventura erótica de Ana y sus dos nuevos amigos. Juan y Jorge. Ana se prometió a si misma, que la próxima vez, invitaría a su amiga Laura a compartir a estos brillantes amigos ocasionales, que ya no lo serian tanto en lo sucesivo. Prometiéndose que buscarían nuevas sensaciones para disfrutar entre los 4. Puesto que habia valido la pena.

Sylvia de Uruguay (Sábado 12/05/01)

PD: Lo confieso, al releer lo que escribí, no tuve otra opción que masturbarme!!!. Espero que a quien lo lea le produzca el mismo efecto!!!.