Ya cuando entrado a su casa fuimos al baño a ducharnos. Me toco ducharme primero pero de repente sentí que abren la cortina de la bañera y era Luis, que disponía a bañarse conmigo pero, coloca sus manos en mis hombros y comienza a darme un masaje súper sensual. Bajaba y subía sus dedos por mi espalda. Cogió el jabón líquido y lo echo encima de mi frotándome con una esponjita mis senos, mi espalda, mi cuello, mi estomago, mis muslos y todo lo demás. Yo hago lo mismo pero, con él, paso mis manos por su espalda, su pecho, su cintura, sus muslos y pues, notablemente, se veía su pene ya erecto. Yo sin dudas, aunque acabábamos de hacernos el amor en el garaje pues, también estaba excitada. En el momento cuando yo termino de pasar mis manos por su cintura y ver su pene erecto, no aguante y baje hasta su torrecita y comencé a chuparla. Se sentía aún más rica y fuerte. Era una dulce sensación. Por su parte, él estaba aguantando mi cabeza con sus manos y me decía, no quites tu dulce boquita de allí, me hace sentir tan bien que la tengas en tu boca. Eres una delicia y quiero que sigas allí, me repetía constantemente.
Acto seguido, se vino en mi boca y pues como estábamos en la ducha, aproveche para limpiar todo lo que había tirado en mi. Aún excitado él baja hasta mi vagina y arrodillado en la bañera, me dice, abre tus piernitas mi amor, quiero comerte ese coño otra vez, mmm, que lindo se ve, déjame ver, vamos a ver si le falta cariñito a tu coñito. Introduce su dedo allí y me dice, mmmm, esta como me lo recomendó el doctor y bruscamente me jala hacia él y comienza a introducir su lengua en mi torito y a morder como un demente. Me decía, mmmm, ahora es que es y yo a la vez, jadeando y gimiendo de placer y teniendo varios orgasmos corriditos. No podía más, tenía que metermela otra vez en mi vagina, lo que comenzó como una plática amistosa y con una vuelta por la playa, terminó en un desenvolvimiento sexual sensacional. Me decía con palabritas muy suaves, mamita, estas riquísima, quiero más de ti mi amor. Mmmmm, te deseo tanto. Nuevamente allí, se sienta al borde de la bañera y yo posándome en su cintura introduje su pene en mi coño y allí mismo, me hizo el amor desesperadamente. Jadeando, gritando, entre corridas y corridas nos fundimos en placer.
Terminamos de bañarnos y pues, nos acostamos a dormir completamente desnudos. Al día siguiente, siento como un leve cosquilleo que sube por mis muslos. Era como húmedo pero, sensacionalmente rico. Luis estaba subiendo lentamente humedeciendo cada uno de los lugares de mis piernas. Humedeciendo mis muslos con su lengua comenzó a abrirlas lentamente y mirándome me dice, sabes que es lo que voy a hacer, verdad? y yo le contesto, que si es lo que yo creo, que no se detenga. Ya para cuando llego a mi vagina, yo estaba súper humedecida y comienza a chupar violentamente mi clítoris, eso le enloquecía mucho. De repente, siento que se levanta de la cama y me dice, vengo ahora. Cuando llega, con un pene de gelatina que vibraba y yo ajena a todo eso, le pregunto que porqué lo tenía y me dice, lo compre hace algún tiempo porque, siempre había querido tener sexo oral e introducirle un pene de gelatina a mi compañera, yo no puse pretexto y pues, mientras él comenzaba a chupar mi clítoris frenéticamente me introducía aquel pene de gelatina en el coño. Aquello fue algo brutal, mientras más tenía la sensación de él comiéndome el clítoris, aquel pene vibrando en mi coño y su otra mano estimulando mis senos, mmmm, no pude aguantar en explotar en un orgasmo.
Sacando el pene de gelatina de mi vagina él sube sobre mí y me dice, quiero que tengamos un orgasmo a la vez, yo le dije que no había problema y pues, él se recuesta sobre la cama y yo me viro hacia su pene dejando posar mi vagina en su cara (69) esa famosa posición. A la vez que él me comía el coño yo le comía su torre espectacular. Fue explosivo cuando llegamos a aquel orgasmo. Las paredes querían caer de tanto ruido que provocamos. Era tanto lo que sentía que luego de habernos corrido, me dije, mi amor, quiero ser tu jinete y me senté sobre su torre metiendola hasta adentro en mi vagina. Fue algo mmmm, sorprendente, ver como mi pequeña vagina se comía todo aquel montón de carne. Ya sentada allí comencé a cabalgar como si estuviera en un todo loco o algo así, y de repente, me sentí como una loca y el orgasmo que tuve fue lo suficiente como para gritar, me muero, me muero, no puedo, haaaaaaa, uuuffffff, si, si, hay ahy, que rico, si, eso quiero dame, duro mmmmmmm, te voy a matar de placer, al ver él que yo estaba gritando como una demente loca sexual endemoniada, me pone boca abajo y sube mis piernas hasta sus hombros. Cuando me sube los pies hasta sus hombros, comienza a darme bien duro, bien, bien duro y me decía, dale, eso es, te estoy dando bien duro mamita, eso era lo que querías, pues toma, toma pinga mamita, toma más, así como te gusta que te den, eso es para ti mi amor, una libra de salchichón completito para ti. Toma mi amor, toma más de lo que tengo. Era tanta la presión que sentía yo, sentía como sus bolsitas chocaban en mis nalgas, era tango y tanto y tanto.
Seguía dándome como un toro y me dice, hay mi amor, hay tu me vas a matar, vamos, dime que me deseas, dime que ese coño es mío, dime que me lo vas a dar, dime, dime, pídeme más y yo por mi parte, dame lo más duro que puedas. Pronto me di cuenta que era un orgasmo lo que estaba teniendo que en vez de decirme que me detuviera me pedía más placer, mucho más. De repente sentí como su cuerpo comenzaba a temblar haciendo que mi excitación creciera aún más y estalláramos ambos de placer feroz. Que rico fue eso.
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