Mi nombre es Mimi y deseo contarles una historia que me sucedió el verano pasado y que desde ese entonces disfruto mucho. Una amiga me presentó a su mejor amigo Héctor, en diciembre de 2001. Desde ese entonces él y yo nos pasábamos todo el tiempo de playa en playa, de bar en bar y hasta de discoteca en discoteca. La pasábamos muy bien y podía considerar que era mi mejor amigo. Durante esos meses, comencé a sentir atracción por él, que no era muy normal en mi. El es este tipo de muchachos bien parecido, alto, delgado y de tez clara, cabello negro y ojos marrón, muy galante y caballeroso pero que cuando decía joder (molestar en Puerto Rico) lo hacía y a mi me gustaba porque yo jodía igual con él. Un día, me decidí a decirle lo que sentía por él, error, no la pase muy bien luego de decirle lo que sentía, ya no me llamaba y nada de nada.
Paso un mes en que no sabia nada de él hasta que un día me llama a mi celular y me pregunta que qué haría en el fin de semana que entraba, yo le conteste que no tenia hada que hacer y me invita a pasar un fin de semana en la casa de playa de su mamá, yo encantada acepté. Llegamos él, tres amigos de él con sus respectivas parejas y yo a la casa de playa de su mamá. La casa era muy grande y acogedora. Lo normal, sala, comedor, barra, baño de visitas y cocina abajo y arriba cuatro habitaciones, todas con circuito cerrado (que no se escuchaba nada hacia las demás habitaciones) y una de esas habitaciones con un baño que tenía Jacuzzi, Mini-Sauna, y todas las comodidades. Al entrar a la casa de playa, lo primero que pregunté era que donde me tocaba dormir a lo que uno de sus amigos, bromeando me contestó que era obvio que en la habitación en la que durmiera Héctor, mi amigo. Mi amigo se echo a reír y me dice, no hagas caso, esta bromeando contigo y yo pues, sonreí pícaramente y le dije que su amigo era muy gracioso. Durante esa tarde y noche, nos fuimos a la playa que quedaba frente a la casa y allí hicimos una fogata, quemando malvaviscos y haciendo chistes calientes gozamos mucho. Ya, pasada las nueve de la noche, uno de sus amigos, Jaime con Diana se fueron a bañar en la piscina que queda en la parte de atrás de la casa y Andrés y Christina se fueron a ver una película a la casa.
Acto seguido, yo ya me estaba muriendo del sueño y decidí subir a mi habitación y él a su vez entro a la suya que quedaba frente a la mía. Al principio me acosté en la cama para ver un poco de televisión, estaba un poco aburrida y pues, puse una película que hacia mucho no veía. De repente, tocan a mi puerta y cuando voy, pregunto que quien era y me dice, soy yo, Héctor, no dude en abrir. Cuando abro la puerta me pregunta que qué hacia y yo le dije que estaba viendo una película y yo le pregunte que qué hacia aquí y el me contesto que sus amigos estaban haciendo cositas con sus novias y que no podía sentirse allá en su habitación así. Me pregunta que si la podía ver a lo que yo contesté que sí, que nada más me cambiaba para que no me viera así y lo acompañaba pero me dijo que no, que no me preocupara y pues, no me negué y empezamos a ver la película. Claramente se podía notar una pequeña erección por encima de su pantalón al verme puesto que llevaba una tanguita con mi bra y un suetercito transparente como t-shirt. Yo estaba un poco calentita y pues, siempre habia querido tener un encuentro con él. Al principio él estaba acostado a mi lado, me dice, hace frío, no? Y yo le contesto que sí, que hacia frió y me dice, amiga, sabes que si tienes frío te puedes acurrucar de mi y yo le digo, que no se preocupara, que estaba bien.
No pasaron cinco minutos y me dijo, bueno, yo me voy a acurrucar de ti porque yo si tengo frío. Me abrazo y me dice, uyy, que bien se siente estar así y sin mediar palabras comenzó a tocarme mis muslos, subió por mis caderas hasta llegar a mis tetas. Bajo de Nuevo sus manos, por mis muslos y situó sus dedos en mi vagina y al llegar allí me dice, estas totalmente húmeda, mmm, que rico es eso. Nos comenzamos a besar apasionada mente. Era como si algo entre nosotros, algún experimento que teníamos dentro le faltaba algún antídoto y ese antídoto era él y yo. Hicimos mil malabares en la cama. Me quito la ropa totalmente y comenzó a besar cada crepúsculo de mis senos, mis caderas y lentamente llevo su boca hasta mi clítoris. Allí comenzó a mover su lengua en contra de mi clítoris como un demente, infernalmente. Yo jadeaba de placer mientras le decía que hacia mucho tiempo estaba deseando que ese momento llegara. Metía su lengua, la sacaba, una y otra vez. Su lengua caliente hacia que me viniera varias veces.
Era increíble. Yo aún no veía su pene así que le dice, detente, quiero hacer yo ahora algo contigo. Le comencé a quitar la t-shirt lentamente, y cuando me disponía a quitarle el short que llevaba puesto, me detuve y comencé a besarle el cuello, bajar por su pecho y al llegar a su pene, con su calzoncillo aún puesto, empecé a frotarlo con mi boca y mi lengua. Eso lo volvía loco al punto que agarrar mi cabeza con sus manos y no dejarme salir de allí. Luego de eso, me subí encima de su pene, con el calzoncillo puesto, y empecé a frotar mi vagina, ya bastante húmeda, encima de él. Eso lo hacia delirar. Me dice, no sabes cuanto deseaba tu cuerpo, tu piel canela me enloquece. El, lo único que hacia era controlar mis movimientos con sus manos puestas en mi cintura. Me salí de encima de él y le quite el calzoncillo. Adivinen que hice, me lleve su enorme polla a mi boca y comencé a succionar todo su jugo. Me decía, sigue mamita, sigue mamando, eso es así, por Dios, tu boca bien llevaba el mensaje, eres una diosa amor, sigue. Yo solo seguia succionando y volviéndolo loco. Ya cuando sentí que llegaba a su orgasmo, me trague casi todo lo que tenia por explotar. Luego de eso, me viro hacia él y comenzó a mojar sus dedos en mi vagina, me estaba masturbando con sus dedos. Yo jadeaba como una puta en celo y luego de él estar jugando unos tres minutes con mi vagina, me dilato el culito. Cuando ya estaba bien lubricado, me empezó a meter su dedo anular, luego dos, tres y allí comenzó a moverlos muy fogosamente, que sensación tan espeluznante.
Me quería morir hasta que, en su momento, dejo de hacer eso y al notar que ya no hacia nada, comencé a decir, dale amor, yo se que quieres, mete tu bastago en mi culito, vamos, estas loco por hacerlo, hazlo, quiero que lo hagas, castígame. No tardo nada hasta que sentí como un correntazo que entro a mi culito y allí comenzó a dar sus fuertes envestidas, que fuertemente sentía que me rompían por dentro. Saco su pene de allí y luego me vira hacia él y me penetra. Fue tan rico lo que sentía que casi me desmayo de tantos jadeos que ambos dábamos. En su momento justo, me saca el pene y me dice, ahora quiero que te sientes encima de mi como estabas ahorita y yo no dude y pues, me senté como a caballo encima de él. Parecíamos uno en tal posición que nos llevaba al delirio. Subía y bajaba una y otra vez encima de su delicioso pene, era delicioso, algo tan rico, mmm. Ufffff, papi, que rico, tu pene duro me vuelve loca, dame más. En esa misma posición, comenzó a tirarse encima de mi hasta acostarme y darme más duro pero esta vez, él encima de mi. Era exquisito sentir al hombre que desde hace mucho quería sentir dentro de mi. Fue algo excelente. De pronto, sentí una fuerte presión que quería salir de mi y a la vez, sentía que Héctor comenzaba a moverse fuertemente, entendía que estaba sucediendo y era que ambos estábamos teniendo el más fuerte orgasmo jamás sentido por mi. Terminamos los dos tendidos de la cama besándonos tiernamente.
Tengo otra historia, que le sigue a esta, muy interesante por cierto. Espérala, te va a gustar, es la continuación. Por favor, escríbeme y dime si te gusto mi historia.
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