10 Reglas de oro para organizar una Orgía

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  1. Regla de Oro: Organice la orgía como un acto de profundo amor y confianza en su pareja. Es una reunión que le permitirá tomarla de la mano y acompañarla con ternura la experiencia de cruzar el puente de gozar el placer, con usted a su lado, de sus fantasías y deseos sexuales más ocultos. No se arrepentirá. Cada jadeo de ella, cada crispación de sus manos, cada movimiento involuntario de su vientre, cada beso en medio de su crisis será profunda e íntimamente suyo.
  2. Junto con ella, defina con claridad la lista de la persona, pareja o parejas invitadas. En caso de ser más de una pareja, es importante que todos sepan quienes son todos los invitados. Está terminantemente prohibido invitar a alguna pareja no conocida. Siempre invite a mujeres, varones o parejas que compartan la perspectiva de vida y valores de su esposa y el suyo. Asimismo, es importante también, que sus invitados compartan las opciones, preferencias sexuales que permitan hacer realidad las fantasías más íntimas de su esposa. Ella lo disfrutará y se lo agradecerá. Las parejas siempre deben ser esposos con matrimonios estables.
  3. De acuerdo al número de parejas invitadas (por consiguiente de personas), debe disponer de un local amplio. Puede ser su casa si es que existe la confianza suficiente con todos los asistentes, o puede ser un local alquilado (Hotel, club, etc.). Es preciso que el local sea confortable y amplio para que todos puedan estar desnudos con comodidad mientras dura la reunión.
  4. Es muy importante que se disponga en casi todos ambientes, de manera discreta y con buen gusto, de agua en abundancia, jabón, toallas, papel higiénico y condones. Las toallas deben ser de dos tipos. Pequeñas para el aseo o limpieza y medianas para que, las mujeres que deseen cubrirse un poco, mientras platican u observan acoplarse a otra pareja o trío.
  5. Todos deben saber cuál será la forma de actuar de todos, en caso de presentarse algún problema con alguien del exterior (un vecino por ejemplo), o algún hecho imprevisto (la llegada de un familiar). Esto es importante.
  6. Todo consumo de bebidas alcohólicas debe ser limitada y controlada. No es recomendable abusar del alcohol ni de ningún tipo de droga o estimulante. A quién consuma más de lo debido, debe invitársele amablemente a retirarse con su pareja o se debe suspender la reunión.
  7. Al llegar cada pareja y en un momento de la reunión cuando todavía no se ha pasado a mayores, los anfitriones deben recordar explícitamente a todos que esta es una reunión especial. Por ello, el amor, la consideración y disfrute del placer sexual de su pareja, así como sus sentimientos, siempre serán lo primero. Todos deben llegar con su pareja y retirarse con ella. Nada de apuntar teléfonos y nombres de manera pública en una libreta. Si alguien está interesado en otra pareja, debe pedir sus datos con mucha discreción o a través de la pareja anfitriona.
  8. La limpieza e higiene personal es fundamental y es la mejor tarjeta de presentación. No hay nada mejor que ver ropas limpias, cabellos recién lavados y con olores agradables. El aseo previo de los genitales, tanto de las vergas masculinas, así como de la vulva, vagina y anos femeninos permitirán un acercamiento agradable y placentero.
  9. Es muy importante el saber desvestirse y vestirse. Se recomienda que en algún momento las parejas vistan de pijama (con la ropa interior que deseen lucir después, naturalmente). Es una prenda suelta, fresca y facilita mucho las cosas. Las mujeres también pueden llevar un vestido, especialmente suelto o que permita el fácil movimiento en la parte inferior. No se recomienda que ellas lleven pantalones, menos apretados.
  10. Un problema común en las orgías es el momento de romper el hielo. Tener de fondo música agradable y saber bajar adecuadamente la intensidad de la luz, son detalles fundamentales. Usted y su esposa, como pareja anfitriona, invitarán, mediante un primer juego, al inicio de las acciones. En esta etapa, no sea desesperado y goce del placer que le brinda la paciencia.

Llevará a su esposa al medio de la sala, donde estará una cama dispuesta sólo con sábanas y cojines. Su esposa será vendada suavemente por usted quedando en un provocativo estado de sumisión e indefensa. Usted le desabotonará el vestido negro y dejará sus pechos al descubierto.

Suavemente le lamerá alternativamente cada pecho y con lentitud, le pasará un hielo por cada duro y hermoso pezón hasta que el hielo se derrita. Ella se crispará al sentir el terrible y delicioso frío pero no le permitirá moverse y le ordenará tener las manos quietas y colocarlas sobre la cama, quedando en posición de arrodillada.

Le ordenará que separe las piernas. Mientras usted se saca la verga y la agacha a ella para que abra sus deliciosos labios y comience a mamarle tal como usted le ha enseñado y ordenado. En silencio, usted le ordenará a la mujer blanca de mamas grandes y turgentes, que lentamente le levante el vestido y deje a la luz sus rotundas nalgas y su concha semi abierta.

Ordene a la mujer que, de manera suave pero firme, le masaje las nalgas, las bese, las acaricie y le comience a dar palmazos en las nalgas cada vez más fuertes, hasta enrojecerlas. En ese momento, pregúntele a la mujer si la concha de su esposa se está mojando y ordénele que le pase suavemente el dedo índice por medio de su raja.

Usted no deberá dejar que su esposa suelte su verga de la boca. Ella debe seguirle mamando y no deberá moverse ni arquear las caderas o el vientre ni siquiera al sentir el electrizante dedo de la mujer pasar por su concha. No te muevas!! Pídale a la mujer que le enseñe su dedo. De estar mojado, cójale con ambas manos las puntas de los pezones de su esposa y comience a presionarlos entre sus yemas cada vez de manera más dura. Ella gemirá a pesar de tener la boca totalmente llena y salivada. Bajo sus indicaciones, la mujer le abrirá las nalgas y violentamente y le meterá su lengua en la concha, agarrándola entre las piernas y apretando sus caderas a su rostro.

Agarrada firmemente, le comenzará a succionar, lamer y chupar con sus labios y con su dulce lengua, hasta lo más profundo de su intimidad. Le abrirá los labios de su concha, chupará su clítoris ya duro y comenzará a beber toda la inmensa, olorosa y cremosa humedad que su esposa estará produciendo. En ese momento, bésela largamente en la boca mientras le llega la crisis. Después, recuéstela en la cama y cúbrala con una toalla mediana. Ámela. Acaricie todo su hermoso cuerpo, su cabellera, sus caderas, recorra con cariño su espalda y su bello rostro. Acompáñela. Se lo agradecerá y usted será feliz embriagado de amor.

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